Tras uno de los mayores ataques rusos contra la infraestructura ucraniana, las autoridades luchan este 17 de diciembre por restablecer los servicios de energía y agua, pero advierten que el proceso será lento, dada la gravedad de los daños.
El Ejército de Kiev anticipa que las tropas rusas preparan un relanzamiento de la invasión desde su aliado Belarús, país en la frontera norte de Ucrania, que tendría lugar alrededor del primer aniversario de la guerra, el próximo febrero.
Las sirenas de ataque aéreo volvieron a sonar este sábado a lo largo de Ucrania, incluida Kiev, la capital, mientras el país intenta recuperarse del ataque masivo perpetrado por Rusia un día antes, considerado uno de los mayores desde que el Kremlin ordenó la guerra hace casi diez meses.
«¡Por favor, vayan a los refugios!», urgió la administración militar de la ciudad a los habitantes de la capital.
Las nuevas advertencias de asaltos fueron emitidas en momentos en que los expertos tratan de restablecer los servicios de agua, electricidad y calefacción en medio de temperaturas bajo cero.
En las últimas horas, el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, informó que las autoridades lograron restablecer el servicio hídrico y el funcionamiento del metro.
Sin embargo, en la mayoría de ciudades aún no ha sido posible reanudar las operaciones de la energía eléctrica y los sistemas de calefacción en los hospitales y otras infraestructuras críticas golpeadas por el reciente aluvión de embestidas con misiles rusos.
De acuerdo con los datos difundidos por el país atacado, Moscú lanzó más de 70 misiles de los cuales el Ejército ucraniano logró derribar alrededor de 60, pero la agresión rusa causó apagones de emergencia en toda la nación y dejó al menos tres personas muertas, incluido un niño rescatado de entre los escombros en la ciudad central de Kryvyi Rih.
Rusia afirma que impactó infraestructura energética y objetivos militares de Ucrania
Este 17 de diciembre el Ministerio de Defensa ruso reconoció la ofensiva del viernes. Señaló que sus armas de «alta precisión» alcanzaron partes del complejo militar-industrial e instalaciones administrativas militares y de energía de Ucrania.
La Administración de Vladimir Putin justificó que la mayor parte de los daños fueron perpetrados contra el Ejército, pese a que Kiev y sus aliados occidentales señalan que con este tipo de operaciones Moscú apunta a destruir instalaciones civiles críticas para matar de frío a los civiles, como parte de su nueva estrategia en la guerra.
«Como resultado del ataque, se ha frustrado el transporte de armas y municiones de producción extranjera (…) Las plantas de producción de armas, equipos militares y municiones de Ucrania han sido inhabilitadas, agregó la cartera de Defensa rusa.
Ucrania advierte que Rusia relanzaría la invasión desde el norte el próximo febrero
El comandante militar ucraniano, Andrii Kovalchuk, indicó que Rusia se prepara para lanzar una nueva fase de la invasión desde Belarús, nación aliada de Moscú que limita con el norte de Ucrania, cerca de donde se encuentra la región de Kiev, a la que pertenece la capital homónima.
El uniformado indicó que la nueva ofensiva sería probablemente lanzada alrededor del primer aniversario de la guerra, el próximo febrero, por lo que advirtió combates más feroces y pidió a los aliados occidentales que apoyen a Ucrania con armas letales, incluidas potencialmente municiones de racimo.
Se puede “prever que las fuerzas rusas intentaran invadir Ucrania desde el norte, el este y el sur, tal vez incluso el 24 de febrero, en el aniversario de la invasión rusa al país”, señaló Kovalchuk en una entrevista con el medio británico Sky News.
Semanas antes de la invasión hace cerca de 10 meses, Rusia movilizó unidades militares a suelo bielorruso y aunque en ese momento negó que pretendiera atacar a Ucrania, pocos días después Putin ordenó la primera guerra en Europa desde la de los Balcanes en la década de los 90.
En la primera parte de la invasión, la toma de Kiev resultó infructuosa, lo que fue considerado una gran derrota en la primera parte de la guerra de Moscú, ante la resistencia de las fuerzas ucranianas. Fue entonces que Rusia replanteó su estrategia y concentró su ofensiva en el este y sur de su vecina nación.
Recientemente, el Kremlin ha vuelto a movilizar tropas al territorio gobernado por su aliado Alexander Lukashenko. De hecho, el pasado 8 de diciembre, Moscú y Minsk informaron que iniciaron ejercicios tácticos en Belarús, al señalar un presunto «riesgo» de ataques ucranianos en Crimea, provincia en el sur de Ucrania que Putin se anexó en 2014.
El proyecto Hajun, que monitorea la actividad militar en Belarús indicó este fin de semana que se observaron varios aviones de combate rusos volando sobre el territorio bielorruso y en dirección al norte de Ucrania.
FUENTE: France 24