En medio de una jornada de paro total y movilización de los trabajadores del Hospital Garrahan, el vocero presidencial, Manuel Adorni, desestimó las denuncias de desfinanciamiento y atribuyó la crítica situación del prestigioso centro pediátrico a una «mala utilización de recursos». La polémica se produce mientras el personal del hospital denuncia «vaciamiento y asfixia salarial».
Manuel Adorni reconoció inicialmente que «el reclamo de los profesionales de la salud es entendible en Argentina. Argentina es un país en el que hace mucho tiempo los médicos deberían ganar más, los policías deberían ganar más y los docentes deberían ganar más». Sin embargo, rápidamente se desmarcó de la responsabilidad del gobierno, asegurando que «el Garrahan hoy tiene equilibrio financiero y sus cuentas volvieron a estar en orden después de 10 años».
La justificación central de Gobierno Nacional se centró en la composición del personal del hospital. El vocero denunció que «el Garrahan no está desfinanciado. Los recursos están, pero están mal utilizados», y afirmó que el presupuesto destinado a empleados administrativos supera al del cuerpo médico. Según sus cifras, la proporción entre ambos tipos de trabajadores es de «66% de empleados administrativos y un 34% de médicos».
Estas declaraciones contrastan con la realidad del Garrahan, que, según la lista de Scimago Institutions Rankings, se ubica entre los 10 hospitales y centros de salud más destacados para atención infantil en Latinoamérica.
Según aseguran desde el Ministerio de Salud, no hay un problema de erogaciones o presupuestario, sino de eficiencia del gasto. Acusan a los gremios y al personal administrativo de quedarse ilegalmente con fondos que deberían ir destinados al personal sanitario. Sin embargo, los sueldos de los médicos, sean o no residentes, son cada vez peores y los profesionales hablan de una pérdida adquisitiva del 40 por ciento.
La medida de fuerza, que incluyó un paro total este jueves 29 y una marcha al Ministerio de Salud de la Nación, se enmarca en una serie de pedidos que los trabajadores realizan desde abril del año pasado. Denuncian que el último aumento recibido fue del 1% el mes pasado, una cifra insignificante frente a la inflación acumulada y el deterioro del poder adquisitivo.
Julieta, residente del hospital, enfatizó en declaraciones a C5N la gravedad de la situación: «Es esencial para la atención y es imposible mantener una vida cotidiana con el sueldo que percibimos». Además, resaltó que sus tareas son fundamentales para el funcionamiento diario del Garrahan.
Por su parte, Belén, otra médica residente, brindó cifras alarmantes sobre los ingresos: «Un ingresante de primer año con 70 horas semanales de lunes a viernes, 8 horas, 6 guardias de 24, cobran $797.000. Todo eso está dentro del mismo sueldo. Está por debajo de la línea de la pobreza». Ambas profesionales coincidieron en que la mayoría de los residentes se ven forzados a tener dos o tres trabajos y, en muchos casos, a compartir vivienda para reducir gastos.
El vaciamiento del hospital por la renuncia de profesionales altamente calificados es otra de las consecuencias más alarmantes. «Sufrimos un éxodo de personal, incluidos profesionales de altísima calificación, lo cual vacía las capacidades de atención de este hospital modelo. Las víctimas son cientos de miles de niños y niñas que, junto a sus familias, acuden a lo largo del año al Garrahan», alertó Alejandro Lipcovich, trabajador y secretario general de la Junta Interna de ATE
La indignación de los trabajadores es palpable. «Estamos reclamando básicamente por un salario digno para defender la salud pública», manifestaron las médicas. «Estudiamos más de siete años. Nos recibimos de médicos y queremos ejercer la pediatría, que es de lo que nos recibimos. Elegimos este lugar que es de alta complejidad y realmente somos la base de sustentación de este hospital para la atención».
El conflicto en el Garrahan, un pilar fundamental de la salud pediátrica en el país, pone en evidencia las tensiones entre las políticas de ajuste del gobierno y las demandas de un sector esencial para la sociedad.