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Cuatro veces ofreció su pistola 9 mm para matar a Cristina Kirchner

“Contá conmigo”, le escribió “Dali Revolución” a Jonathan Morel seis días antes del intento de magnicidio. “Tengo ganas de usar mi 9mm”. Revolución Federal había decidido abandonar su faz “pacífica”. Los chats surgen de un peritaje, Martínez de Giorgi se los envió a Capuchetti. Los mensajes, sorpresa por las fechas y la cronología.

“Contá conmigo. La actividad, bala. Tengo unas ganas de usar mi 9mm”, le escribió una mujer ligada a Revolución Federal a su líder, Jonathan Morel. Fue el sábado 27 de agosto del año pasado, seis días antes del intento de asesinato a Cristina Fernández de Kirchner y no era la primera vez que ofrecía aportar su supuesta arma en grupos de whatsapp ligados a la organización ultraviolenta. El jueves previo, ante un mensaje que aludía a la manifestación del grupo en la puerta del Instituto Patria que incluyó amenazas de muerte contra CFK, dijo: “No es una mala idea tengo una 9 mm cualquier cosa me avisan”. Fueron cuatro las veces que ofreció su pistola. Su cuenta aparece identificada en los chats como “Dali Revolución”, según surge del informe que entregó la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (DATIP) del Ministerio Público Fiscal, al fiscal Gerardo Pollicita y al juez Marcelo Martínez de Giorgi, que investigan el accionar de la agrupación. Este último mandó el material al juzgado de María Eugenia Capuchetti, a cargo de la causa sobre el atentado.

El gran bonete habitual
El hallazgo, que podría relacionar a Revolución Federal con el intento de matar a la vicepresidenta, reabre una pregunta clave: ¿Por qué siguen separadas las causas sobre el accionar de la organización y del atentado? Pollicita le pidió a Martínez de Giorgi medidas básicas para determinar quién es la usuaria de la línea telefónica, su domicilio, con quién hablaba (entrecruzamiento de llamadas), si usa redes sociales, si tiene otra línea de teléfono, y si es legítima usuaria de armas de fuego. ¿Qué participación tuvo “Dali Revolución” en hechos violentos y dónde? ¿En la calle, en las redes sociales? ¿Cometió delitos? Son parte de los enigmas a despejar.

El juez, sin embargo, rechazó las medidas. Su principal argumento fue que los mensajes ya habían aparecido en el expediente, en un informe de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), y la Cámara Federal les restó relevancia. Los camaristas Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi incluso suavizaron la imputación contra los integrantes de Revolución Federal involucrados hasta ahora (Morel, Leonardo Sosa, Gastón Guerra y Sabrina Basile): descartaron que integraran una asociación ilícita para “imponer sus ideas o combatir las ajenas por la fuerza o el temor” y les adjudicaron “incitación a la violencia”. Martínez de Giorgi agregó que eran “manifestaciones vertidas en una conversación privada”. El dato que le pareció novedoso y que, al parecer, no estaba en la causa, es la fecha de los diálogos donde “Dali Revolución” ofrece un arma calibre 9 mm, muy cercana al ataque a la vicepresidenta, en plenas movilizaciones de respaldo cuando transcurría el juicio de Vialidad y el fiscal Diego Luciani pedía 12 años de prisión para ella.

Una coincidencia que impacta es que la noche de aquel 27 de agosto, el día que “Dali Revolución” ofreció por cuarta vez su arma, Fernando Sabag Montiel ya estaba mezclado entre la gente y se acercaba a su primera tentativa de magnicidio después de que CFK hablara desde un escenario improvisado a metros de su casa en Recoleta. Brenda Uliarte, esperaba un aviso para ir al lugar. Pero Sabag le escribió que no fuera: “Cristina ya se metió adentro”; “no traigas nada”. A la vez le daban temor las cámaras de televisión. Ella, a la vez, le dijo a su amiga Agustina Díaz: “Mandé a matar a la vice Cristina pero se metió adentro. No salió porque se metió adentro….”. Los dos primeros están presos igual que Gabriel Carrizo, el que proveía los copos de azúcar y que también se jactaba de haber “mandado a matar a Cristina”.

Por esos mismos días, Morel hacía charlas en vivo en Twitter Spaces. El 25 de agosto, en una convocatoria que llamó “Hay que pudrirla?” describió, mientras hablaban de matar a CFK y a los manifestantes, lo que se imaginaba que podía hacer: “Si a mí no me conocieran los nenes de La Cámpora, yo voy y te canto ahí la marcha peronista 7 días seguidos y en cuanto puedo pasa a la historia, después me linchan, pero paso a la historia”. Fue lo que hizo Sabag Montiel el 1° de septiembre, cuando volvió a la carga e intentó gatillar en la cabeza de la vicepresidenta pero falló.

Los mensajes de “Dali Revolución”

La usuaria “Dali Revolución” aparece con el mismo número en tres grupos de whatsapp: “Zona Norte Activismo”; “Revolución Federal” y “Alerta Revolución Federal”.

*22 de julio. En el grupo “Revolución Federal” alguien compartió una publicación de “La Gaceta” con un video, que decía: “Manifestantes autoconvocados amenazan de muerte a Cristina Kirchner. Arrojaron basura y patearon las puertas desde la sede del Instituto Patria. La amenazas se suman a una serie de ataques que viene sufriendo la vicepresidenta”. “Dali revolución” respondió: “Lo único que falta es que la convirtamos en mártir a esta hija de remil putas”. Y luego: “Lo que fue agresivo fue el mensaje de amenaza de muerte (…) que no es una mala idea tengo una 9 mm cualquier cosa me avisan”. El día anterior, en efecto, varios integrantes de Revolución Federal, entre ellos Morel, fueron al Patria con consignas amenazantes.

*25 de julio. Basile llamaba a ir a la Rural a “defender al campo” frente a la cual los integrantes decían si irían y qué podrían llevar. “Dali Revolución” dijo: “Tengo una 9 mm y el mástil de la bandera (el consolador de la Cerruti) y tengo fas (por gas) pimienta”.

*25 de agosto. El mismo día que Morel habló sobre cómo imaginaba meterse en la multitud también compartió un video de C5N donde se ve a CFK entre la gente, con el título: “Histórico. La llegada de Cristina Kirchner rodeada de militancia”. Él mismo escribió: “Hay que matarla”. Del otro lado, “Dali Revolución” acotó: “Una granada ahí (…) mi límite es la 9 mm que tengo”.

Tres día antes el fiscal Luciani había terminado su alegato con el pedido de cárcel e inhabilitación para la vicepresidenta y Morel pedía en sus grupos abandonar “el enfoque pacifista”. El 23 hicieron una movilización contra los simpatizantes de CFK y llevaron bombas molotov bajo la consigna: “Que tengan miedo de ser K”. Morel directamente decía “matémoslos”.

*27 de agosto. “Dali Revolución” tiene un diálogo privado con Morel y le pide la letra de una canción. Una parte decía: “El pueblo unido jamás va a ser vencidoooo. A los pibes de La Cámpora les digooo. Con Cristina yo me meto y la persigo. Cristina presa el pueblo Unido. Cristina presa el Pueblo Unido”. Le dice también al líder de la agrupación: “Yo no estoy en el grupo pero costa (contá) conmigo la actividad bala tengo unas ganas de usar mil 9 mm”.

En otra actividad virtual de Revolución Federal ese mismo día, Morel insistía con la idea de “matarlos” a los manifestantes que apoyaban a CFK en los alrededores de su casa. Mientras otro agregaba que en vez de tirar agua, como hacía la policía, había que tirar “nafta”. Ese día, en efecto, la represión a los manifestantes pacíficos estuvo a cargo de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, que puso en acción sus camiones hidrantes, algunos agentes sacaron fotos desde los balcones, Máximo Kirchner fue golpeado e insultado y el audio de una modulación policial reveló las directivas que tenían los uniformados. Avisaba que había llegado el gobernador bonaerense Axel Kicillof y acotaba: “El gobernador de la Provincia (Kicillof) es un manifestante más en este momento. Vamos a trabajar con el personal urbano de la manera correcta, está formada la línea y vamos a aguantar. El hidrante va a tomar posición por detrás del personal policial”. No estaban dispuestos a cuidar a nadie sino a atacar. A la noche estaba ahí Sabag Montiel.

Demasiadas ideas y llamados a matar a Cristina, desde distintos personajes, en la antesala del atentado y todavía poca claridad en las investigaciones judiciales.

FUENTE: Página 12.

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