El Partido Republicano, liderado por Antonio Kast, triunfó en el Consejo Constitucional que fue idea de Chile Vamos. Ahora tendrá mayoría la derecha.
Por Rodrigo Cordova
Ayer se materializó un mal escenario para Chile Vamos. Si bien la oposición logró conseguir los escaños necesarios para escribir el proyecto constitucional que estime conveniente, sin el bloqueo del oficialismo, el mérito fue del Partido Republicano, que logró alcanzar la mayoría de los asientos en el Consejo Constitucional. El partido de José Antonio Kast consiguió el 35,4% de los sufragios, 3.307.060 votos. En cambio, Chile Seguro (Chile Vamos) solo alcanzó el 21% de la votación, atrás de la lista oficialista y con 1.970.160 votos. Un llamado de atención, a lo menos, para la derecha tradicional que, parece ser, perdió el liderazgo de la oposición.
El panorama es así: el Consejo Constitucional estará compuesto por 22 Republicanos, 17 representantes de Unidad para Chile (Apruebo Dignidad más el PS), 11 consejeros de Chile Vamos (RN, UDI y Evópoli), más un representante de los pueblos indígenas. Una configuración que excede todos los pronósticos. Si bien se esperaba un crecimiento del Partido Republicano, no estaba presupuestado que lograra posicionarse por sobre la derecha tradicional.
En el círculo cercano al presidente de la UDI, Javier Macaya, mencionan que no hay que olvidar que fueron RN y la UDI los que apostaron por lograr un acuerdo para constituir un nuevo Consejo Constitucional, mientras que el Partido Republicano, además de oponerse a una nueva Constitución, postulaba que era el Congreso el lugar donde había que redactar la Carta Magna. “Si se hubiera discutido en el Congreso el tema de la Constitución, la discusión habría sido entre la mitad de derecha y la otra mitad de izquierda”, señalan en la UDI.
El diputado gremialista Juan Antonio Coloma –pese a que, en el periodo de campaña, Chile Vamos calificó como “guerra sucia” la realizada por Republicanos– tras las elecciones dijo: “Lo que hay es un triunfo de la oposición” y añadió que el verdadero derrotado fue “el octubrismo”.
Respecto a la evaluación del rendimiento electoral de su lista, planteó que el análisis era global y que era importante haber ganado como oposición. Sobre los diversos calificativos que hubo de lado a lado, el diputado Coloma bajó las revoluciones desconociendo los golpes en la cancha: “En las campañas las declaraciones van un poquito más allá”.
Es innegable que ahora quien arranca con el botín comunicacional es el Partido Republicano y lo hizo suyo con su máximo exponente, José Antonio Kast. “Chile ha derrotado a un Gobierno fracasado”, dijo en el acto de celebración de su colectividad, tras conocer los resultados. Chile Vamos, en cambio, no pudo declararse como el principal opositor ganador.
Renovación
Si bien la oposición tiene la mayoría de los escaños dentro del Consejo Constitucional, el panorama político para Chile Vamos no está tan claro en su interna tras los resultados. El crecimiento de Republicanos va a demandar una definición de parte de la derecha tradicional: el endurecimiento frente al Gobierno o, bien, diferenciarse del extremo y ser una oposición que genere acuerdos. Una decisión que se tendrá que tomar de inmediato, pues esta semana se empieza a tramitar el fast track legislativo de seguridad que anunció el Ejecutivo junto a los presidentes de ambas Cámaras del Parlamento.
Así como en el Gobierno existen dos almas, lo mismo sucede en RN. Voces al interior del partido hablan de un ala más social, representada por Mario Desbordes, y otra más liberal, que tendría como exponente máximo al ex Presidente Sebastián Piñera. Hoy por hoy, esta segunda alma es la que dirige el partido a manos del senador Francisco Chahuán y su secretario general, Diego Schalper. Una dupla que, hasta ahora, ha logrado posicionar a RN en la discusión pública –dicen fuentes del partido–, pero cuya continuidad no está asegurada en agosto para la elección interna de directiva.
Si bien ambos han precisado ser un equipo y lo demostraron viajando por el país apoyando a sus candidatos a consejeros constitucionales, algunas voces advierten que sus estilos son diferentes y cada uno tiene sus contras en términos de liderazgo.
En tal sentido, en Renovación Nacional piensan que Schalper exhibe una forma más dura y conservadora para el gusto promedio de personeros del partido, sin embargo, advierten que está siempre en varias agendas y logra posicionar a la colectividad en diversos flancos.
Chahuán, en cambio, tiene un estilo propio y, a veces, más performático. Por ejemplo, como cuando llegó con una guitarra a La Moneda para entregársela al Presidente Boric, después que el Mandatario asumiera que “otra cosa es con guitarra”. Uno más reciente, fue el llamado que le hizo a la ciudadanía para “plebiscitar al Gobierno”.
Analistas y políticos coincidieron en que en todas las elecciones sucede que, en parte, la ciudadanía evalúa al Gobierno y, aun así, no llegaron buenos comentarios desde su propia coalición. Incluso, la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei (UDI), subrayó antes de la elección del domingo que “no es un plebiscito, sino un tema de cómo construimos un Chile amable, más educativo, en donde quepamos todos y donde nos podamos reconciliar”.
Gremialismo
Los gremialistas también tendrán que entrar en definiciones para con Republicanos. Javier Macaya, presidente de la UDI, tuvo más de un episodio en que el denominado Team Patriota –dirigido por el exintegrante de la Garra Blanca, “Pancho Malo”– lo encaró y acosó por haber llegado a un acuerdo de nueva Constitución con el oficialismo.
El encuentro no quedó ahí. El Team Patriota, que se entiende que tiene relaciones con el Partido Republicano y similitudes en su dimensión ideológica, se reunía a las afueras de la sede del partido fundado por Jaime Guzmán a gritarles “traidores” a quienes entraran y salieran del recinto.
Con todo, la secretaria general de la UDI, María José Hoffmann, fue la encargada de intentar establecer puentes con Republicanos y convencerlos de sumarse a la lista Chile Seguro para estas elecciones. Desde el interior de Chile Vamos, concretamente desde Evópoli, advirtieron que no pactarían con la extrema derecha y el propio Partido Republicano terminó por rechazar la invitación.
Ahora que el partido liderado por José Antonio Kast logró posicionarse de manera más sólida tras los comicios de ayer, la UDI también tendrá que tomar definiciones sobre cómo enfrentar –y disputar– la hegemonía de una oposición que en las urnas, como quedó demostrado, parece tener un lugar más protagónico que el que se pensaba.
FUENTE: Nodal