Con la llegada del frío extremo, la Ciudad de Buenos Aires enfrenta un aumento sin precedentes de personas sin hogar y muertes en la calle, mientras las organizaciones sociales denuncian la insuficiencia y el enfoque criminalizador de las políticas públicas nacionales.
Buenos Aires, la ciudad más rica de Argentina, se enfrenta a una cruda realidad que la ola polar intensifica: el número de personas en situación de calle crece cada vez más, dejando en evidencia una emergencia humanitaria y social. La reciente muerte de un hombre de 55 años a la intemperie en la puerta del Hospital Fernández, el pasado 12 de junio, mientras dormía bajo bajas temperaturas, es un trágico recordatorio de una problemática que crece sin freno.
Según un informe solicitado por la legisladora porteña Berenice Iañez (UP), el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat de CABA reveló que durante 2024 se registraron once muertes de personas sin hogar. Alarmantemente, solo dos de ellas habían recibido asistencia gubernamental en algún momento, y únicamente una había cobrado el subsidio habitacional.
La situación se agrava con cada descenso de temperatura. Con pronósticos de mínimas de 0 grados para esta semana, la calle se convierte en un lugar fatal. Las cifras oficiales, a noviembre de 2024, arrojan un total de 4049 personas en situación de calle en la Ciudad, lo que representa un alarmante incremento del 55% en los últimos dos años.
Sin embargp, las organizaciones sociales advierten que las cifras oficiales están lejos de la realidad. Argumentan que el relevamiento del gobierno se realiza una sola vez y en horarios de menor visibilidad, sin considerar la movilidad constante de esta población. Por ello, lanzaron el Tercer Censo Popular de Personas en Situación de Calle, una iniciativa que dura al menos tres días y que busca visibilizar a quienes el Estado «decide criminalizar». El último relevamiento popular, de diciembre de 2023, contabilizó 8028 personas en esta situación a nivel nacional.
Desde las organizaciones, el mensaje es claro y contundente: «Exigimos presupuesto acorde, políticas públicas efectivas y respeto por los derechos humanos de quienes hoy no tienen un techo. La calle no es un lugar para vivir y tampoco para morir»
Un reciente relevamiento en la Comuna 1 (Monserrat, San Nicolás, San Telmo, Puerto Madero, Retiro y Constitución), la zona con mayor concentración de personas sin hogar, contabilizó 1483 individuos, ninguno de los cuales duerme en los Centros de Inclusión Social (CIS) del gobierno, antes conocidos como paradores.
Mónica De Russis, de la organización «Amigos en el Camino», que asiste y entrega viandas, advierte sobre el notable incremento: «Hay una brecha muy grande entre lo que nosotros relevamos. Visitamos a unas 1200 personas por semana, recorremos los distintos barrios y vemos que el número se incrementó mucho”. La situación es tan crítica que se han visto obligados a «acortar algunos circuitos con mucho dolor» por falta de recursos.
Lo más alarmante, según De Russis, es la aparición de nuevos perfiles en situación de riesgo: «Vienen los que están en los hoteles, que ya lograron salir de la calle e incluso gente con casa propia y trabajo, profesionales, a los que ya no les alcanza para comer.» Describe escenas desgarradoras donde, con vergüenza, piden comida, y donde la demanda supera la capacidad de asistencia: «en la 16 se nos acabó la comida y ya no llegamos, nos desborda”.
A pesar de que el gobierno porteño informó a la Legislatura que existen 47 CIS con un total de 3749 plazas, muchas personas se niegan a utilizarlos. “Algunos nos dicen que prefieren estar tranquilos en una esquina y no entrar en lugares donde a veces hay violencia, les roban sus pertenencias, se los separa de sus parejas o no pueden llevar a su familia de cuatro patas», denuncia Mónica. Además, la cruda realidad es que «con este frío, hay muchas personas que quieren ingresar pero no hay vacantes”.
Las políticas de la Ciudad, que incluyen la línea 108 del Programa Red de Atención y el subsidio habitacional, parecen ser insuficientes. «Nosotros mismos, cuando llamamos, nos quedamos esperando», lamenta Mónica De Russis.
Un informe de abril de ACIJ, el Cels y el Ministerio de la Defensa critica el enfoque de la gestión de Jorge Macri. Catalina Marino, de ACIJ, señala un «enfoque punitivista y criminalizador» con un «paradigma de orden y limpieza» y una «campaña comunicacional sobre el uso del espacio público y el corrimiento de las personas de situación de calle de ese espacio». El Gobierno de la Ciudad, además, justifica la situación afirmando que «la mayoría son de Provincia«, a pesar de que se trata de personas que, si bien nacieron en territorio bonaerense, viven en CABA desde hace años.
Marino subraya que, aunque se ha incrementado el presupuesto en los centros, estos «no dejan de ser dispositivos de emergencia«. El problema de fondo es la falta de un abordaje integral que permita la superación efectiva de la situación de calle, con pocas herramientas para egresos exitosos y subsidios habitacionales que no se actualizan y no alcanzan para cubrir los costos mínimos. «Hace falta una política pública integral y con una perspectiva a largo plazo sin importar si vienen del Área Metropolitana o de la Ciudad«, concluyó Marino.