Los cambios impulsados por el gobernador Gerardo Morales permiten ignorar la voz de los pueblos originarios al momento de decidir el uso que se le dará a la tierra.
La aprobación de la nueva Constitución provincial impulsada por el gobernador Gerardo Morales provocó múltiples rechazados en Jujuy. Comunidades indígenas, organizaciones sociales y sindicatos cuestionan los cambios, pues afirman que criminaliza la protesta social e ignora la voz de los pueblos originarios al momento de decidir el uso que se le dará a la tierra, hoy codiciada para llevar adelante explotaciones mineras, puntualmente para la extracción de litio.
Desde antes que exista el Estado argentino las comunidades indígenas habitan esos territorios de modo que deberían tener derecho a participar de las decisiones económicas y políticas que los involucran. El Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, aprobado por la ley 24.071, establece que deben ser consultadas sobre las formas de extracción de los recursos. En tanto el artículo 75 de la Constitución Nacional reconoce “la preexistencia étnica y cultural de las comunidades de pueblos originarios y el reconocimiento tanto de su personería jurídica como de la posesión y propiedad comunitaria de las tierras”, pero dicha propiedad no está escriturada.
El artículo 50 de la constitución reformada otorga “el poder de sacar a las comunidades de sus tierras asignándoles otras” y el 67 refuerza los fundamentos para reprimir protestas en cortes de ruta. “Se reafirma así la posibilidad del Estado de desalojar a las comunidades de sus tierras, pero por vía legal. Esto en nombre de la paz social, pero una paz que es importante para los emprendimientos mineros”, aclara Federico Nacif, sociólogo de la Universidad de Buenos Aires . Esto es así al punto que “las explotaciones son consideradas proyectos sustentables cuando no hay conflictos sociales en la zona y eso es algo que las mineras deben demostrar”.
Los proyectos
En Argentina existen tres proyectos de explotación de litio en proceso de producción, y cerca de 40 en fase piloto de prospección, una fase que puede extenderse por un período de 10 años. El Salar del Hombre Muerto, que comparten Catamarca y Salta, es conocido como un caso “exitoso” para las mineras porque allí no hubo conflicto con las comunidades. La segunda explotación es en el Salar de Olaroz, en Susques Jujuy, donde opera desde 2015 el consorcio Sales de Jujuy formado por la australiana Allkem, la japonesa Toyota Tsusho y la estatal jujeña Jemse. Allí también opera desde junio de este año la canadiense Lithium Americas. Todas producen carbonato de litio destinado a la exportación. Las diez comunidades que habitan Olaroz dieron su aprobación para la explotación.
En la cuenca de las Salinas Grandes en la Laguna de Guayatoyoc, que comparten Salta y Jujuy, hay conflicto hace un tiempo y un conjunto de 33 comunidades reclaman ser consutadas sobre la gestión de los recursos. En 2010 conformaron una Mesa de trabajo para dialogar con el gobierno de Jujuy en representación de las empresas intersadas, la australiana Orocobre y la canadiense Daijin Resources, pero sus planteos fueron reiteradamente negados. Los caminos judiciales se agotaron hasta llegar a la Corte Suprema, mientras el gobierno a través de Jemse siguió licitando esas tierras y se descubrieron trabajos mineros inconsultos encabezados por Orocobre y la celebración de actas de acuerdo en nombre de la Mesa, pero firmadas por una sola comunera. El arrebato pretende ser legitimado mediante la reforma que ahora está en juego.
Técnicas de extracción
La extracción del litio en Argentina es por evaporación solar, un proceso lento dependiente de factores climáticos, pero a su vez con menores costos operativos. En el triángulo del litio, el metal se encuentra en aguas muy saladas ubicadas en valles cerrados entre las montañas que poseen una concentración “en donde cada millón de fluído tiene solo 700 partículas de ion-litio” especifica Marcelo Sticco, hidrogeólogo de la UBA, eso supone que deben evaporarse grandes volúmenes de agua para fracciones relativamente pequeñas del litio.
El proceso continúa al combinar cal con el agua de la salmuera y volcarla en piletones de hasta 3 metros de profundidad donde permanecerá unos 12 meses mientras se evapora. Finalmente, la industrialización también resulta sencilla porque Argentina solo produce carbonato de litio (el nombre comercial que reciben las partículas de ion-litio purificadas) que se obtiene a partir de una reacción química con carbonato de sodio. Es de destacar también que Argentina no avanza en la industrialización relativamente más compleja del litio, como la elaboración de baterías. Solo exporta este primer elemento.
Riesgos ambientales
Algunos riesgos ambientales involucrados en el proceso extractivo son descriptos en un trabajo realizado por Andrés López, Martín Obaya, Paulo Pascuini y Adrián Ramos publicado por el Ministerio de Educación de la Nación. Por ejemplo, que “supone la pérdida de grandes volúmenes de agua que, aun cuando por sus elevados niveles de salinidad no son aptos para consumo o irrigación, potencialmente podrían ser recuperados para otros fines”. Por otro lado, no está claro el tratamiento que se da a los residuos derivados del proceso de evaporación (sales impuras de sodio, magnesio y calcio), los especialistas recomiendan su reinyección (como ocurre en la industria de petróleo) en los acuíferos subterráneos, lo cual a su vez “acarrea otro riesgo porque podrían infiltrarse futuros pozos de extracción”, sostienen.
Marcelo Sticco también menciona que “el proceso de bombeo de las aguas subterráneas para la extracción de la salmuera acarrea un corrimiento de las aguas dulces aledañas, que se acercan al salar y salinizan de forma irreversible, poniendo en riesgo a toda la fauna y flora de ese humedal”. Además está la afectación de todo el sistema a partir de la construcción de “caminos, acueductos y líneas eléctricas que realizan las mineras”. Se altera, por otra parte, el proceso productivo de “siembra y cosecha de sal” mediante el cual cooperativas producen la sal de mesa que utilizan las familias argentinas.
Actualmente en Argentina existen tecnologías alternativas en proceso de desarrollo, la más conocida es encabezada por el equipo de Ernesto Calvo y fue patentada por Conicet, se denomina en forma genérica “Extracción directa del litio” porque supone su separación de la salmuera mediante un proceso químico y electrolítico que no depende de la evaporación.
FUENTE: Página 12.