El fotoperiodista herido en la represión del 12 de marzo volvió a ser intervenido. Según el último parte médico, su estado neurológico permanece en una “meseta”.
A casi seis meses de la represión frente al Congreso de Patricia Bullrich en la que fue herido, el fotoperiodista Pablo Grillo continúa en tratamiento por el disparo de un cartucho de gas lacrimógeno que impactó en su cabeza. Este martes debió someterse a una nueva cirugía, mientras los médicos avanzan con estudios para evaluar su respuesta.
De acuerdo con el último parte difundido por la cuenta @JusticiaPorPabloGrillo, el estado neurológico del reportero gráfico “no está teniendo la evolución que se espera”. Los especialistas advirtieron que el líquido cefalorraquídeo (LCR) no logra cubrir de forma adecuada el cerebro, y detectaron una dilatación desigual de los ventrículos que podría vincularse a un mal funcionamiento de la válvula que regula ese fluido.
En un diálogo radial, Fabián Grillo, padre del fotógrafo, explicó que se manejan dos hipótesis: que la válvula esté fallando o que el drenaje natural del cerebro vuelva innecesario el dispositivo. “Hoy harán una tomografía para ver cómo evoluciona. Pablo está en terapia, transitando el postoperatorio, y de la intervención salió bien”, precisó.
Los médicos decidieron cerrar la válvula para observar la reacción del cerebro, luego de comprobar que la expansión esperada tras la colocación de la prótesis se estaba produciendo de forma muy lenta y parcial. Aun así, el equipo tratante se muestra optimista. La familia remarcó que, pese a las dificultades, el mensaje sigue siendo de lucha: “Pablo continúa con fuerzas. El cariño que le hacen llegar lo siente y lo necesita”, señalaron.
Grillo permanece internado en el Hospital Ramos Mejía, donde ingresó en coma tras la represión del 12 de marzo. La investigación judicial identificó al gendarme Héctor Jesús Guerrero como responsable del disparo que lo dejó en estado crítico.