RIESGO SANITARIO: EL DERRUMBE DE LA VACUNACIÓN IMPULSA EL REGRESO DE ENFERMEDADES YA CONTROLADAS

El país registra un crecimiento abrupto de casos de tos convulsa, hepatitis A y sarampión, que en algunos casos triplican las cifras de 2024. La baja histórica en las coberturas obligatorias, la ausencia de campañas masivas y el avance de discursos antivacunas delinean un escenario de fragilidad sanitaria.

El país registra un crecimiento abrupto de casos de tos convulsa, hepatitis A y sarampión, que en algunos casos triplican las cifras de 2024. La baja histórica en las coberturas obligatorias, la ausencia de campañas masivas y el avance de discursos antivacunas delinean un escenario de fragilidad sanitaria.

Seis bebés murieron este año por tos convulsa en Argentina. Tenían menos de dos años; cuatro estaban en edad de vacunarse, pero no figuraban en el registro oficial, mientras que los otros dos eran demasiado pequeños para recibir la dosis. El Boletín Epidemiológico Nacional muestra que los contagios de coqueluche triplican los del año pasado, en un contexto donde la vacunación obligatoria cae a niveles inéditos y los discursos antivacunas logran instalarse incluso dentro del Congreso.

El Ministerio de Salud difundió antes de las elecciones un comunicado que celebraba “mejoras de hasta 15 puntos” en las coberturas de 2024, aunque el propio texto aclaraba que ese avance respondía, sobre todo, a un mayor uso del Registro Nominal de Vacunación electrónico y no a una mayor cantidad de personas inoculadas. Al comparar los números con 2022, la caída se hace evidente: la vacuna quíntuple, que incluye la protección contra la tos convulsa, descendió del 90% al 84,7%. Médicas y epidemiólogas consultadas señalan que esto deja expuestos a recién nacidos y embarazadas, los grupos más sensibles.

En los hospitales pediátricos ya se percibe un aumento sostenido de consultas. Profesionales del Garrahan advierten que lo que hoy se registra “es solo la punta del iceberg”, y describen familias que ignoran que sus hijos presentan síntomas compatibles con coqueluche. La falta de pesquisa clínica, la caída en la vacunación escolar y la escasa aplicación de la dosis para embarazadas profundizan el riesgo. “Que mueran seis bebés por una enfermedad prevenible es inadmisible”, resume una jefa de epidemiología.

Mientras tanto, crecen los episodios de desinformación en espacios oficiales. En el Congreso sigue en pie una charla titulada “¿Qué tienen realmente las vacunas?”, impulsada por una diputada del PRO que propone revisar la ley de vacunación obligatoria. Pese a los pedidos de suspensión de la Comisión de Salud, la convocatoria avanza, aun cuando entidades como la Sociedad Argentina de Pediatría reúnen miles de firmas en contra. Infectólogas consultadas remarcan que “faltan campañas estatales, sobra desinformación y no hay decisión política” para recuperar coberturas.

La reaparición de distintas patologías confirma el deterioro. Hepatitis A registra un aumento del 276%, la tuberculosis sube un 30%, y la región enfrenta un brote de fiebre amarilla con alta mortalidad. A su vez, el continente perdió el status de área libre de sarampión, lo que obliga a reforzar la vigilancia. El derrumbe más profundo se registra en las vacunas del ingreso escolar: la triple viral cayó del 94% al 46,7%, mientras que la de varicela descendió del 102% al 45,8%. Para especialistas, esto configura un escenario de “fragilidad inmunológica colectiva”, donde la desprotección alcanza por igual a lactantes, embarazadas, niñas, niños y adolescentes.

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