De acuerdo a un estudio privado, sin el veto de Javier Milei, la jubilación mínima sería de $317.000, mientras que en la actualidad apenas alcanza los $304.000. La fórmula del líder libertario busca que la inflación baje y los jubilados están pagando el precio, sin poder afrontar los gastos necesarios para llevar un nivel de vida digno.
Jubilaciones: tensión en el Congreso tras el veto de Milei a la ley de movilidad
El presidente Javier Milei vetó una ley que habría elevado la jubilación mínima a $317.000, superando por muy poco el monto actual de $304.000 que incluye un bono de $70.000, según un informe de la Fundación Eforo. El Decreto 782/2024 frenó de manera despiadada la implementación de la Ley 27.756, que habría permitido una recuperación parcial del poder adquisitivo de los jubilados de haberse implementado, aunque no lo suficiente para compensar las pérdidas de las reformas previas.
De acuerdo con el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), si se hubiera mantenido la fórmula anterior, la jubilación mínima sin bono sería de $253.225 en septiembre, un 7,4% menor que la actual, mientras que con bono habría alcanzado los $323.225, superando marginalmente los niveles actuales. El informe también destaca la historia reciente de las jubilaciones, mostrando cómo la reforma de 2017 marcó el inicio de una caída en términos reales del haber jubilatorio, una tendencia que continuó tras la reforma de 2021.
La Fundación Eforo destaca que, previo a 2017, las jubilaciones mínimas fluctuaban con tendencia creciente, alcanzando un pico en septiembre de 2013, pero desde entonces disminuyeron en términos reales. El actual esquema de movilidad se basa únicamente en la inflación pasada, lo que, según expertos, estabiliza el gasto en un nivel del PBI, pero deja a los jubilados expuestos a la pérdida de poder adquisitivo si la inflación no disminuye.
Reclamos y represión en el Congreso
Este miércoles, tras la ratificación del veto presidencial en la Cámara de Diputados, una protesta organizada por jubilados, movimientos sociales, la CGT y periodistas terminó en un violento ataque de la Policía Federal hacia los manifestantes, en su mayoría personas de la tercera edad, afectando también a niños.
La manifestación se realizó en las inmediaciones del Congreso, donde se desplegó un fuerte operativo de la Policía Federal, Gendarmería, Prefectura y la Policía de Seguridad Aeroportuaria, respondiendo con balas de goma y gases lacrimógenos a las personas que se pronunciaban en contra del veto infame de Javier Milei. En nombre del protocolo antipiquetes, diseñado de antemano para reprimir a todo aquel que proteste ante las determinaciones del Gobierno, los argentinos reciben un cimbronazo debido a políticas de Estado represivas y violentas hacia quienes ejercen su derecho civil de expresarse libremente, paradójicamente contra de un partido que dice abogar por la libertad de los ciudadanos.
