La ilusión liberal versus la corriente popular, la reacción de la ultraderecha ante el orgullo antifascista, las paritarias congeladas y un modelo de gobierno que deja al presidente como un bufón; por Martín Gambarotta.
Este año se vota. El presidente libertario Javier Milei, que lidera en las encuestas, despliega su ingeniería electoral y económica. Es simple y fácil de leer. Es casi rudimentaria en su planteo. En lo político, con la ayuda de los medios de comunicación amigos el gobierno nacional, busca instalar la idea de que el conurbano bonaerense, bastión del kirchnerismo, es un “baño de sangre” debido a la inseguridad. En lo económico, el ministro de Economía Luis Caputo intenta pisar salarios y precios para barrenar el año electoral sobre el ajuste que se hizo en 2024. El triunfo comunicacional del Gobierno es sostener la noción de que domó la inflación: el superávit se mantiene para mantener quieto al dólar. La inflación en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires midió 3,1% en enero. Por ahora, la administración Milei puede argumentar que ese número bastante escalofriante es mucho mejor que hace un año, pero las ilusiones no duran para siempre. No importa, lo que Milei necesita es que la ilusión dure hasta las elecciones. Los salarios en diciembre perdieron contra la inflación, pero el discurso libertario es que “de a poco” los ingresos se recuperan y “de a poco” hay crecimiento económico. Muchos economistas de la vieja guardia liberal ya se quejan de que el peso está sobrevaluado y que así es difícil deshacer el cepo cambiario, una herejía para el libre mercado.
Milei, en una entrevista con un periodista amigo, dijo que el cepo se termina el primer día de 2026. Es una manera sagaz de avisar que no se eliminan los controles de capitales antes de las elecciones. Caputo estuvo reunido con una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI). Ahora Caputo dijo que un acuerdo con el FMI no implica una salida automática del cepo ni una devaluación de un día para el otro. Para el FMI Caputo es un personaje complicado que viene del mundo apostador de las finanzas. El riesgo es que la precaria construcción política y económica le estalle en la cara al equipo de asesores de Milei antes de las elecciones.
El problema para el gobierno nacional es la simplificación. Cree que le va ganando a la inflación, pero la única manera de sostener el espejismo es pisando paritarias cuando el costo de vida no está bajando del todo.
Lo que busca el gobierno nacional en el plano político es inundar el conurbano de noticias negativas y fragmentar el bloque kirchnerista en el Congreso. La presión sobre el conurbano, de por sí una construcción mediática conservadora para estigmatizar, con el tema de la inseguridad será tremenda. El sueño liberal estanciero es que el resultado sea una victoria electoral de La Libertad Avanza, el partido de Gobierno, sobre el kirchnerismo. La lógica es rudimentaria: si pierde en la provincia de Buenos Aires se termina el kirchnerismo, el campo nacional y popular. La derecha busca aniquilar al peronismo desde 1945. Al peronismo le falta ordenarse. No hay calendario electoral en la provincia de Buenos Aires. A nivel nacional se vota por primera vez con la boleta única de papel, lo que puede llevar a complicaciones logísticas en el distrito electoral más grande del país. Milei y el expresidente liberal Mauricio Macri todavía no cerraron trato. Diego Santilli, un dirigente clave del partido de Macri, parece listo para sumarse a La Libertad Avanza.
El que lanzó una ofensiva unipersonal de declaraciones sobre “bala” y linchamiento de criminales es el diputado libertario José Luis Espert. El riesgo para los personajes de derecha es la saturación de ese discurso, que termine importando más la inflación dudosamente baja, el precio de las tarifas y el asado.
El peso oficial ahora se devalúa al ritmo del 1% mensual, de ahí el apuro de Caputo por poner en caja todos los precios, por más que sea de una manera ficticia. “No devaluaremos”, escribió Milei desafiante en un artículo. Según Milei las críticas a su administración vienen de los medios “odiadores” que ya no cuentan con pauta oficial.
No todos los medios de comunicación dominantes cierran filas siempre con Milei, pero todos los cañones de la prensa conservadora ahora apuntarán a la provincia de Buenos Aires, el bastión del kirchnerismo. Las elecciones de medio término son un espectáculo, aunque no siempre revelan el futuro político del país. En 2017 el partido de Macri ganó las elecciones de medio término cuando era presidente, sin embargo, su mandato terminó dando pena.
El presidente lucía encandilado durante la entrevista por la cobertura internacional de la que cree gozar. Fernández de Kirchner se mofó. El asunto es que CFK todavía se perfila como líder de la oposición y tiene peso electoral en la provincia de Buenos Aires. La prensa internacional no va a tener ningún problema en explicar el fracaso de Milei si sucede.
El momento de popularidad le permite a Milei maniobrar en el Congreso. La Cámara de Diputados aprobó la suspensión de las primarias abiertas y obligatorias, PASO. Cada victoria parlamentaria envalentona a Milei, pero ahora la suspensión tiene que pasar por el Senado donde el kirchnerismo es fuerte. La Libertad Avanza negoció con dos gobernadores kirchneristas para suspender las PASO. El oficialismo, que tiene que tejer alianzas en Diputados, ahora apunta a la aprobación el proyecto de Ficha Limpia el miércoles que viene. Para el kirchnerismo Ficha Limpia, que prohíbe las candidaturas para personas con doble confirmación de condena, está diseñada para proscribir a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner que todavía tiene pendiente un fallo de la Corte Suprema sobre su caso. Es decir, Fernández de Kirchner no tiene condena firme.
El problema para el gobierno nacional es la simplificación. Cree que le va ganando a la inflación, pero la única manera de sostener el espejismo es pisando paritarias cuando el costo de vida no está bajando del todo. Caputo tuvo que salir a aclarar que no se venía una suba de tarifas de luz del 12% para los sectores populares. En la ola de calor, hubo cortes de luz masivos en Córdoba y también miles de afectados en el área metropolitana de Buenos Aires.
Los que apoyan al gobierno ultraderechista también se entusiasman con una supuesta suba de Milei en las encuestas después de la marcha masiva a Plaza de Mayo del “orgullo antifascista” el 1 de febrero, convocada para condenar las declaraciones del presidente en el foro económico de Davos que relacionaban la homosexualidad con la pedofilia.
Milei durante la entrevista televisiva amistosa dijo que lo habían editado maliciosamente en Davos, sin embargo, después insistió que las políticas de género “extremas” llevan al abuso. Repitió la palabra “pedofilia” muchas veces como obsesionado con el tema.
Milei mientras tanto prende fuegos artificiales libertarios para mantener la atención de la opinión pública. El presidente retiró a la Argentina, emulando a los Estados Unidos del nuevo presidente republicano Donald Trump, de la Organización Mundial de la Salud.
El presidente lucía encandilado durante la entrevista por la cobertura internacional de la que cree gozar. Fernández de Kirchner se mofó: es de “cabotaje”, dijo. El asunto es que Fernández de Kirchner todavía se perfila como líder de la oposición y tiene peso electoral en la provincia de Buenos Aires. La prensa internacional no va a tener ningún problema en explicar el fracaso de Milei si sucede.
El hostigamiento del gobierno nacional hacia Fernández de Kirchner ahora incluye una demanda en contra de su pensión de presidenta, con un plus por tener domicilio en la Patagonia.
La lectura de Fernández de Kirchner sobre la marcha a Plaza de Mayo también fue otra. Las personas tienen “derecho a la felicidad”, dijo.
Para Milei y Caputo la meta son las elecciones. Ese es el largo plazo, nada importa más allá del voto. El presidente se mantiene firme en las encuestas con el asado a 10.000 pesos el kilo. El aumento de la carne, según Caputo, es “estacional”.
Milei mientras tanto prende fuegos artificiales libertarios para mantener la atención de la opinión pública. El presidente retiró a la Argentina, emulando a los Estados Unidos del nuevo presidente republicano Donald Trump, de la Organización Mundial de la Salud.
Hay otra coincidencia: despedir empleados públicos. El presidente prepara un decreto para abolir o fusionar 50 agencias estatales, pero la administración libertaria salió a negar que se iba a tocar al CONICET.
En los Estados Unidos la motosierra está en manos de Elon Musk, el hombre más rico del planeta que lidera un departamento de eficiencia gubernamental (DOGE). Musk arremetió contra la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y ya se anuncia su cierre. USAID, para Musk, es una “organización criminal”, y para Trump está lleno de “lunáticos radicales”. Musk está convencido de que con un pequeño comando de programadores de menos de 25 años puede desmantelar a las agencias de asistencia de los viejos gobiernos de los Estados Unidos. Un juez federal a última hora bloqueó el cierre de USAID. Hay dos millones de empleados federales estadounidenses que ahora tienen que decidir si aceptan un retiro voluntario. Trump tuvo que aclarar que Musk, el dueño de la red social X, debe pedir autorización para hacer recortes y ya hay juzgados que cuestionan que tenga acceso a datos confidenciales de la población.
Igualmente, hay cosas que diferencian a Trump de Milei; el argentino aspira a ser su discípulo pero puede terminar siendo su bufón. Trump apunta a la reindustrialización compulsiva de los Estados Unidos. Amenazó con imponer aranceles sobre Canadá y México, pero después fueron suspendidos cuando sus vecinos decidieron abrir negociaciones. México prometió un patrullaje masivo de tropas en la frontera. Trump reaccionó diciendo que la presidenta progresista de México Claudia Shainbaum “le cae muy bien”, Shainbaum es la clase de dirigente que para Milei técnicamente sería una “comunista” intragable.
Trump además abrió canales de conversación con el presidente bolivariano de Venezuela Nicolás Maduro. No solo eso, la administración Trump eliminó el Estatus de Protección Temporal (TPS) a partir de abril, que protegía a cientos de miles de venezolanos de la deportación en los Estados Unidos.
Lo que quedó claro de una manera bizarra es el apoyo contundente de Trump a Israel. Trump propuso demoler la Franja de Gaza, expulsar a dos millones de palestinos y lanzar un proyecto inmobiliario de lujo con el territorio bajo el control de los Estados Unidos. Trump, en definitiva, considera al mundo como una gran agencia de bienes raíces de la que es dueño.