Miles de mujeres y diversidades se manifestaron en todo el país en rechazo a las políticas del gobierno de Javier Milei. La marcha en Buenos Aires fue multitudinaria y visibilizó la crisis que atraviesan las trabajadoras y las víctimas de violencia de género ante el desmantelamiento de políticas públicas.
La primera marcha del 8M bajo la gestión de Javier Milei estuvo marcada por una fuerte consigna: «Milei, sos una estafa». Con una masiva participación en la Ciudad de Buenos Aires y movilizaciones en distintas provincias, la jornada del Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras puso en el centro de la escena los efectos del ajuste y el avance de discursos negacionistas sobre derechos conquistados en los últimos años. La convocatoria, organizada por múltiples sectores sin un documento final unificado, reunió a sindicatos, organizaciones feministas, colectivos de diversidades, jubiladas, estudiantes y trabajadoras independientes, todas unidas en una jornada de protesta que expresó la creciente preocupación por la situación económica y social.
Un 8M marcado por el ajuste y la violencia institucional
El recorrido de la marcha desde el Congreso hasta Plaza de Mayo estuvo acompañado por pancartas y cánticos en contra del gobierno nacional. Los recortes en políticas de género, el avance del desempleo, el desmantelamiento de programas de asistencia y la persecución a sectores vulnerables fueron los principales reclamos. «Nosotras estamos en la primera línea de la crisis. El ajuste de Milei golpea más fuerte a las mujeres y diversidades, que somos quienes más sostenemos las economías de cuidado y los trabajos precarizados», expresó Georgina Orellano, secretaria general de AMMAR, desde la cabecera de la marcha.
En ese marco, el Observatorio de Género del CEPA difundió un informe que revela el impacto de la crisis en las mujeres trabajadoras: la tasa de actividad femenina se ubicó en 52,1%, en contraste con el 70,5% de los varones, lo que marca una brecha de 18,4 puntos porcentuales. Además, el desempleo en las mujeres aumentó en el último año y se profundizó la informalidad, con cuatro de cada diez trabajadoras sin derechos laborales básicos.
Mientras el gobierno nacional avanza con la desregulación del mercado de trabajo, crece también la persecución hacia sectores de la economía popular. «Estamos hartas de la violencia institucional en nuestros barrios, de la criminalización del trabajo ambulante y la represión. No solo contra las trabajadoras sexuales, sino contra todas las personas que trabajan en la informalidad», denunció Orellano.
«El femicidio sí existe»: el reclamo de las víctimas
Desde temprano, familiares de víctimas de femicidios se concentraron frente al Congreso con una instalación de zapatos violetas en memoria de mujeres asesinadas por la violencia machista. «Nosotras estamos acá para hablar por nuestras hijas, por nuestras hermanas, por las que ya no tienen voz», expresó Marcela Moreira, integrante del colectivo Atravesados por el Femicidio.
El reclamo cobró especial fuerza frente a los intentos del gobierno de minimizar la violencia de género. «Queremos que Milei vea que el femicidio sí existe», dijo Eva Domínguez, cuñada de Vanesa Celma, víctima de femicidio en Rosario. A su vez, trabajadoras despedidas del ex Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad denunciaron el vaciamiento de políticas de prevención y asistencia. «Desmantelaron los programas de protección y dejaron a las víctimas sin herramientas. Esto es violencia desde el Estado», expresó Fernanda Fuentealba, de ATE.
Diversidades en lucha: la resistencia travesti-trans
Uno de los sectores más golpeados por las políticas del gobierno es el colectivo travesti-trans. Con la eliminación de áreas de gobierno dedicadas a la diversidad y la paralización de la Ley de Cupo Laboral Travesti Trans, más de 150 trabajadores y trabajadoras trans fueron despedidos del Estado. En la marcha, columnas travesti-trans reclamaron el fin de la persecución y el reconocimiento de derechos básicos. «Estamos en un momento de disolución política y social. La sociedad está dividida por el odio y la discriminación, y nosotras somos el blanco de esa violencia», expresó Marcela Tobaldi, de La Rosa Naranja.
En el mismo sentido, la activista Alba Rueda sostuvo que «este gobierno fascista quiere borrarnos de la historia, pero nosotras seguimos de pie». Con pancartas que decían «Marchamos por el derecho a la participación política travesti-trans» y retratos de referentes como Diana Sacayán y Lohana Berkins, la comunidad travesti-trans hizo visible su resistencia en un contexto de retroceso en materia de derechos.
El gobierno difunde datos falsos sobre violencia de género
Mientras miles de personas marchaban en todo el país, el gobierno nacional difundió un video en redes sociales con información falsa sobre los femicidios y el presupuesto en políticas de género. En el spot, se afirmaba que en 2024 hubo una caída en los homicidios de mujeres, comparando solo con 2023 y omitiendo años anteriores en los que las cifras fueron más bajas. Además, el video aseguraba que el ex Ministerio de Mujeres había gastado 4 billones de pesos, pero en realidad incluía datos de moratorias previsionales y otros programas ajenos a la cartera de género.
El colectivo Ni Una Menos rechazó la publicación oficial y denunció que «se presentan datos falsos para justificar el desmantelamiento de las políticas de género». En un comunicado, advirtieron que «sin políticas de prevención y asistencia, los femicidios seguirán aumentando», y recordaron que en Argentina una mujer es asesinada cada 35 horas por violencia machista.
Una marcha intergeneracional: madres e hijas en la lucha
La manifestación del 8M estuvo marcada por la presencia de familias enteras. Gabriela Mansilla, madre de Luana, la primera niña trans en obtener su DNI con identidad autopercibida, sostuvo que «este es un ataque directo a las niñeces y adolescentes trans». Junto a ella, Silvia, una trabajadora de casas particulares, marchó desde Pilar con su hija de diez años. «No quiero que mañana ella tenga que marchar por lo mismo que yo sufrí», explicó.
El cierre en Plaza de Mayo estuvo atravesado por la emoción y la memoria. Ana María Careaga, hija de una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo, recordó a Nora Cortiñas y su incansable lucha. «Si Norita viviera, estaría acá. Es emocionante ver a tantas jóvenes levantando las mismas banderas. No tenemos que perder la capacidad de conmovernos frente a la injusticia», afirmó.
El 8M en las provincias
Las movilizaciones se replicaron en Mendoza, Córdoba, Rosario, Tucumán y muchas otras ciudades del país, con consignas similares contra el ajuste y la violencia institucional. En Mendoza, una de las marchas más multitudinarias, se denunció «el avance del fascismo y la criminalización de la protesta». En Córdoba, trabajadoras de la salud y la educación encabezaron la movilización, visibilizando los recortes en sus sectores.
A pesar del contexto adverso, el 8M 2025 se consolidó como una de las marchas más grandes de los últimos años, demostrando que la resistencia sigue en pie y que la lucha por los derechos de las mujeres y diversidades no se detiene.