TRABAJADORES DEL INTA SE MOVILIZARON POR LOS RECORTES Y DESPIDOS EN EL ORGANISMO

La asamblea de trabajadores advirtió que el Gobierno Nacional planea fusionar el organismo con otras áreas del Estado, lo que provocaría unos 1.500 despidos. Semanas atrás, delegados gremiales denunciaron una "intervención encubierta"

La asamblea de trabajadores advirtió que el Gobierno Nacional planea fusionar el organismo con otras áreas del Estado, lo que provocaría unos 1.500 despidos. Semanas atrás, delegados gremiales denunciaron una «intervención encubierta»

En un clima de creciente preocupación por el futuro del sector científico-tecnológico agropecuario, trabajadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) se movilizaron este jueves a la mañana frente a la sede central del organismo, ubicada en Rivadavia 1439, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La medida de fuerza responde al trascendido de una posible fusión del INTA con otras entidades estatales, como el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), una decisión que, según denuncian los empleados, podría acarrear la pérdida de aproximadamente 1.500 puestos de trabajo y debilitar la crucial labor de investigación y extensión que lleva adelante el instituto.

La alarma se encendió tras la difusión de información que sugiere que el Poder Ejecutivo estaría considerando la implementación de un decreto para fusionar diversos organismos del Estado, incluyendo al INTA. Esta institución, creada en 1956, goza de un estatus de organismo público descentralizado con autarquía operativa y financiera, lo que le ha permitido desempeñar un rol fundamental en el desarrollo y la modernización del sector agropecuario argentino durante más de seis décadas.

Según datos correspondientes a 2024, el INTA cuenta con una planta de 6.424 trabajadores distribuidos estratégicamente en unidades y centros de investigación a lo largo y ancho del país, adaptándose a las diversas realidades productivas regionales. La potencial fusión genera incertidumbre sobre la continuidad de estos puestos de trabajo y la descentralización de la investigación, que es esencial para abordar las problemáticas específicas de cada región agroecológica.

La inquietud de los trabajadores se ve exacerbada por el reciente cierre de dos programas emblemáticos del INTA tras la asunción del gobierno de Javier Milei: Pro-Huerta y Cambio Rural. El primero de ellos, con una larga trayectoria, promovía activamente la producción agroecológica de alimentos para el autoabastecimiento, llegando a familias, escuelas y comunidades a través de la implementación de huertas y granjas. Su impacto trascendía lo productivo, fomentando la seguridad alimentaria, la educación ambiental y la inclusión social.

Por su parte, Cambio Rural constituía una valiosa herramienta de extensión rural y periurbana, financiada por la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, que este año cumplía 30 años de ejecución ininterrumpida, brindando asistencia técnica y capacitación a pequeños y medianos productores para mejorar su productividad y competitividad. La discontinuidad de estos programas generó un vacío importante en el apoyo al sector agropecuario y a la agricultura familiar.

Es relevante destacar la composición del Consejo Directivo interno del INTA, donde el 50% de los representantes provienen de entidades clave de la Mesa de Enlace, además de representantes de CREA (Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola) y facultades de Veterinaria y Agronomía. Esta conformación plural subraya la estrecha vinculación del INTA con el sector productivo y académico, lo que añade preocupación ante una posible decisión unilateral de fusionar el organismo sin un debate profundo con los actores involucrados.

A pesar del duelo nacional decretado por el fallecimiento del Papa Francisco, que llevó a la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) a suspender otras protestas previstas para la semana, Flavio Vergara, secretario de Convenios Colectivos del Consejo Directivo Nacional de ATE, confirmó que la movilización del INTA se llevará a cabo. Esta decisión resalta la gravedad de la situación y la urgencia de visibilizar el rechazo a una medida que los trabajadores consideran perjudicial para el futuro de la investigación agropecuaria y el sostenimiento de sus fuentes de empleo.

La comunidad científica, el sector agropecuario y la sociedad en general observan con atención el desarrollo de esta protesta, conscientes del rol estratégico que el INTA desempeña en el desarrollo del país.

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