La Secretaría de Inteligencia vuelve a superar los 100 mil millones, mientras el bono para jubilados permanece congelado en 70 mil pesos y profundiza la pérdida frente a la inflación.

El Gobierno de Javier Milei dispuso por decreto una nueva inyección de 26 mil millones de pesos para la Secretaría de Inteligencia, en lo que constituye la cuarta ampliación del año. Con esta decisión, el área vuelve a ubicarse por encima de los 100 mil millones de presupuesto, un nivel que el Congreso había intentado limitar el año pasado. Tras la victoria electoral de octubre, el oficialismo ya no enfrenta trabas parlamentarias para escalar los fondos reservados del sector.
En paralelo, otro decreto confirmó que el bono para jubilados que cobran la mínima seguirá clavado en 70 mil pesos, un congelamiento que rige desde marzo de 2024. El economista Hernán Letcher, director del CEPA, remarcó que, si ese bono se ajustara con el mismo criterio aplicado a la SIDE, debería ubicarse en $177.485, lo que implica que cada jubilado pierde más de $100 mil por mes. Según sus cálculos, el haber mínimo garantizado quedará en $410.886, aún muy por debajo de la línea de indigencia, que el INDEC situó en $544.304 en octubre.
Los datos muestran que la pérdida acumulada se profundiza. Para Letcher, las jubilaciones con bono —que percibe más del 60% del universo previsional— serán 16,5% inferiores en el trimestre octubre-diciembre respecto del nivel del último tramo del gobierno anterior. Mientras la administración Milei prioriza fondos crecientes para inteligencia, la mejora en los ingresos de los adultos mayores continúa sin señales de cambio y anticipa un 2026 con mayor conflictividad social.


