En un contexto de máxima tensión militar entre Estados Unidos y Venezuela, el presidente Nicolás Maduro confirmó que mantuvo una conversación telefónica “cordial” con Donald Trump, un hecho que abre la posibilidad de una vía diplomática tras semanas de amenazas y acusaciones cruzadas.
Maduro afirmó que la llamada, realizada desde la Casa Blanca hacia el Palacio de Miraflores, podría marcar un giro en la crisis si deriva en un vínculo “respetuoso, de Estado a Estado”. Según relató, la conversación se desarrolló en un clima de “respeto” y fue mantenida en reserva por prudencia diplomática. El mandatario insistió en que Venezuela busca “paz y entendimiento”, especialmente ante un escenario regional marcado por la incertidumbre militar.
El anuncio llega luego de que el papa León XIV pidiera públicamente a Washington evitar una escalada bélica y privilegiar la vía diplomática. En este contexto, la confirmación del contacto directo entre ambos jefes de Estado funciona como la primera señal concreta de distensión desde que Estados Unidos acusó al gobierno venezolano de encabezar un supuesto esquema de narcotráfico en el Caribe.
Maduro evitó precisar los temas abordados en la conversación, pero remarcó que el pueblo estadounidense “está cansado de guerras eternas” y que su gobierno está dispuesto a reconstruir puentes políticos. La declaración contrasta con las denuncias recientes de Caracas, que sostiene que los operativos militares norteamericanos buscan forzar un cambio de gobierno y desestabilizar a la región.
La confirmación pública del contacto, hasta ahora manejado bajo estricta reserva, introduce un nuevo elemento en la crisis diplomática que rodea a ambos países. Aún así, Maduro insistió en que cualquier avance deberá construirse “con discreción y sin diplomacia de micrófono”, mientras Venezuela mantiene su rechazo a las acusaciones de Washington.
