El mandatario celebró la reunión realizada en Cúcuta y agradeció al presidente colombiano por su rol en la defensa regional. Desde agosto, Estados Unidos ejecutó 22 ataques a embarcaciones y 83 asesinatos extrajudiciales en el Caribe y el Pacífico, según Caracas.
El presidente Nicolás Maduro valoró la iniciativa de Gustavo Petro, quien convocó en Cúcuta a distintos sectores de la oposición venezolana para analizar la crisis abierta por la ofensiva militar estadounidense en aguas del Caribe y el Pacífico. La reunión giró en torno a los recientes ataques a lanchas atribuidos a fuerzas de EE.UU., episodios que derivaron en 83 muertes extrajudiciales, según la denuncia formal del gobierno bolivariano.
En su programa Maduro Live de Repente, el mandatario calificó el encuentro como “una excelente noticia” y destacó que Petro “ama mucho a Venezuela” por la historia compartida entre ambos países. Maduro reafirmó que esa sintonía política sostiene la idea de una Gran Colombia renovada, una visión que, afirmó, debería apuntalar la soberanía regional frente a cualquier presión externa.
Petro, por su parte, difundió un mensaje en redes en el que reiteró su “rechazo a la violencia” ejercida contra Venezuela y planteó la necesidad de avanzar en un acuerdo democrático nacional. El presidente colombiano describió su encuentro en Cúcuta como una instancia de diálogo con “fuerzas sociales, empresariales y obreras” interesadas en evitar la escalada de tensiones y en abrir un canal político alternativo a la confrontación.
Desde Caracas se remarcó que el despliegue militar estadounidense en el Caribe —activado por decisión de Donald Trump en agosto— se disfraza bajo el argumento del narcotráfico, pero persigue en realidad un objetivo de cambio de régimen y el control de los recursos energéticos venezolanos. EE.UU. ya lanzó 22 ataques sobre embarcaciones civiles y comerciales, según la información oficial difundida por Venezuela.
La cancillería venezolana y analistas regionales advierten que la presencia militar norteamericana configura el mayor operativo en décadas sobre el Caribe. El gobierno venezolano busca articular apoyos diplomáticos y consolidar interlocutores en la región, en un escenario donde los movimientos de Washington reavivan tensiones históricas sobre soberanía y control territorial.
