ABUELAS DE PLAZA DE MAYO ANUNCIARON LA RESTITUCIÓN DEL NIETO 140

En un contexto de recortes a instituciones clave, Abuelas de Plaza de Mayo celebró el reconocimiento de la identidad del nieto 140, hijo de Graciela Romero y Raúl Metz. Este emotivo hallazgo reafirma la incansable lucha por la memoria, verdad y justicia, y destaca la importancia de la búsqueda colectiva.

En un contexto de recortes a instituciones clave, Abuelas de Plaza de Mayo celebró el reconocimiento de la identidad del nieto 140, hijo de Graciela Romero y Raúl Metz. Este emotivo hallazgo reafirma la incansable lucha por la memoria, verdad y justicia, y destaca la importancia de la búsqueda colectiva.

En un acto de profunda emoción y reafirmación de su incansable lucha, Abuelas de Plaza de Mayo anunció la identificación del Nieto 140, un hito que, como aseguró la organización en sus redes, demuestra que «la identidad siempre florece» a pesar del desfinanciamiento y el desarme de las instituciones dedicadas a esta búsqueda.

En una conmovedora conferencia de prensa realizada en la Casa por la Identidad, ubicada en la ex ESMA, Estela de Carlotto reveló la identidad del nuevo nieto restituido: se trata del hijo de Graciela Romero y Raúl Metz, ambos militantes del PRT – ERP. La pareja fue secuestrada en Cutral-Có, Neuquén, el 16 de diciembre de 1976. Raúl, conocido como “El Melli”, tenía 24 años, y Graciela, apodada “Peti”, 25 y un embarazo de cinco meses al momento de su desaparición.

Los jóvenes fueron trasladados primero al centro clandestino de detención “La Escuelita” de Neuquén y luego al campo homónimo en Bahía Blanca, donde Graciela dio a luz a su hijo el 17 de abril de 1977.

El nieto, hoy de 48 años y residiendo en Buenos Aires, se reencontrará con su hermana, Adriana, de 49 años, quien lo buscó incansablemente durante décadas. Adriana, nacida en 1975, fue criada por sus abuelos paternos en Bahía Blanca y desde 2023 forma parte de la comisión directiva de Abuelas, un testimonio viviente de la continuidad de esta causa.

«Gracias a las Abuelas por enseñarnos que la búsqueda es colectiva y que tenemos que continuar por estos 300 nietos y nietas que nos faltan a todos», expresó Adriana, visiblemente emocionada. Relató la primera y esperada conversación con su hermano: «Me dijo que fue criado como hijo único y que no tiene familia. Cuando dice eso, yo le digo ‘hey, acá estoy yo’ y me dice: ‘Sí, ya sé boluda’».

La anécdota desató sonrisas y reafirmó la conexión instantánea entre los hermanos. «De acá en más es todo ganado. Para nuestra familia, pero también para la sociedad, porque cada nieto nos ilumina un poco más», agregó.

Estela de Carlotto, acompañada por Adriana y rodeada por las fotos de los padres del nieto restituido, calificó el hallazgo como un «bálsamo para seguir a pesar de las circunstancias». Subrayó que «la identificación del nieto 140 confirma que nuestros nietos y nietas están entre nosotros y gracias a la constancia de estos años de lucha seguirán apareciendo».

Manuel Gonçalves, también presente en la conferencia como nieto restituido, enfatizó la fundamental importancia de organismos estatales como la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), a pesar de los recientes ataques y recortes gubernamentales. Fue el personal de la CONADI quien, luego de una investigación en abril de este año, contactó al hombre. Él accedió a realizarse el análisis en el Banco Nacional de Datos Genéticos, recibiendo la noticia el martes de esta semana, y sus familias fueron informadas este fin de semana.

La restitución de una identidad trasciende lo individual; es un acto de reparación colectiva. Como bien se señaló en la conferencia, cuando una identidad se restituye, no es solo una familia la que recupera a un hijo o a un hermano: es un país entero el que encuentra una parte de sí mismo.

La búsqueda y la esperanza persisten, porque, como afirman los propios nietos con la verdad en la voz y la memoria en la piel: «no está todo perdido mientras haya amor, búsqueda y esperanza».

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