Alberto Fernández y Sergio Massa, con planes fuera del país.
Todavía sin claridad sobre qué ocurrirá con el peronismo, y a tan solo cinco días de que Javier Milei asuma la presidencia, los tres grandes accionistas que formaron el Frente de Todos en 2019 toman caminos diversos. La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner dijo este martes que no se piensa correr de la política y que todos saben dónde podrán encontrarla: “Voy a estar acá cerquita, a dos cuadras, en el (Instituto) Patria”, puntualizó. Sergio Massa, mientras que planea fortalecer el Frente Renovador, evalúa la posibilidad de irse a vivir al exterior por tres ofertas que le hicieron desde el sector privado y Alberto Fernández, luego de la cumbre del Mercosur, para la que viajará a Río de Janeiro esta semana, planifica instalarse tres meses en España para dar clases. Más allá de eso, no dejará la presidencia del PJ nacional en el que –según dice a sus colaboradores más cercanos– “se tiene que dar un debate sobre qué es el peronismo”.
En medio de rumores que consignan que se irá a pasar una larga temporada a El Calafate –y que se va a correr de la coyuntura–, este martes la vicepresidenta sorprendió con un discurso que dio al despedirse de los trabajadores del Senado. En el salón Malvinas Argentinas de la Cámara alta inauguró un cuadro con la cara de Diego Maradona y las islas Malvinas de fondo y dijo: “Que esto oficie como despedida de estos cuatro años. Además de Diego y las Malvinas, dejamos una obra social mejorada y para mí eso es un orgullo”. Ese punto es algo que también destacó luego de reunirse con quien será su reemplazo, Victoria Villarruel.
CFK aprovechó la ocasión para cuestionar a la oposición que habla de superávit sin tener en cuenta las consecuencias sociales. “Recibimos una obra social deficitaria y la entregamos superavitaria y con más servicios, porque se puede tener superávit a costa de no dar servicios. El superávit con el sufrimiento de la gente no sirve. El superávit sirve cuando la gente vive mejor y tiene mejores servicios”, indicó.
Después de desearles a todos “que pasen las fiestas en paz y en familia”, y opinar que los argentinos “merecen vivir mejor”, los presentes empezaron a cantar “vamos a volver”. CFK disparó con firmeza: “No me voy a ningún lado, ya saben dónde encontrarme. Voy a estar acá cerquita, a dos cuadras en el (Instituto) Patria”. Desde algunos sectores que se identifican con ella, sin embargo, no terminan de confiar del todo en los dichos de la vicepresidenta y opinan que, sin la influencia que supo tener, ya no estará en el día a día de la política. Eso está por verse.
Alberto Fernández, en tanto, este jueves viajará a Río de Janeiro a la cumbre del Mercosur que organiza su par, Lula da Silva. Allí se definirá si el bloque firma o no un acuerdo con la Unión Europea que la Argentina, todo pareciera indicar, no acompañaría. Luego de eso, tiene planificado hacer un discurso de cierre de gestión –no se sabe aún qué día– y el 10 de diciembre irá al Congreso para el pase de mando. El 18 viajará a Turín, Italia, para participar de una conferencia sobre cambio climático a la que fue invitado por los presidentes de Francia Emmanuel Macron y de Italia Sergio Mattarella. Tras la actividad se quedaría en España donde ya están su esposa Fabiola Yáñez y su hijo.
El mandatario, por ahora, más allá de que pasará mucho tiempo en España, dice que no tiene en mente renunciar o tomar licencia a la presidencia del PJ nacional, como le están reclamando varios miembros del partido. Para él es necesario convocar al Congreso partidario –que preside Gildo Insfran, gobernador de Formosa– y llamar a elecciones. “Hay que debatir qué es el peronismo”, se lo escucha decir por los pasillos de la Quinta de Olivos en los días previos a abandonarla.
Fernández considera que es necesario que en el marco del PJ “debatan todas las corrientes internas”, y que se vote una nueva conducción. Un argumento similar al que repitió durante toda su presidencia sobre la importancia de propiciar las internas en el peronismo, algo que finalmente no ocurrió porque se llegó a las elecciones con Massa como candidato único, más allá de la postulación de Juan Grabois, y porque terminó dando de baja la precandidatura de Daniel Scioli, al que ahora critica por quedarse en el gobierno de Milei como embajador. Para Fernández es momento de abrirle paso en el PJ a una “nueva camada de dirigentes”, entre los que menciona a sus preferidos: Gabriel Katopodis y Victoria Tolosa Paz.
El Frente Renovador
El que no quiere volver a formar parte del PJ y seguirá con la construcción y fortalecimiento del Frente Renovador es Massa. Hay 35 intendentes en la provincia de Buenos Aires que responden a su espacio. Hace unas semanas el excandidato dijo al salir del ministerio de Economía que tenía “tres ofertas del sector privado para trabajar fuera de la Argentina”, y que estaba evaluando qué es lo más conveniente para su vida personal y su familia. Además, adelantó que volverá a poner en marcha la Fundación Encuentro, un think tank que lanzó en 2020. “Siempre hice política sobre la base de hacer o proponer, eso será en todo caso un aporte mío para la nueva etapa de la Argentina”, subrayó.
Quienes dialogaron con el ministro de Economía durante los últimos días lo notaron con pocos ánimos y lo intentaron alentar: “Nadie conoce más el Estado que vos. Sos joven. Lula se presentó tres veces a la presidencia y ganó a la cuarta”, le insisten. Por ahora, el tigrense no confirmó si se irá del país. Otros, como el secretario general de la Bancaria, Sergio Palazzo, son más tajantes con las ideas de Fernández y Massa después de la derrota: “No me gusta que Alberto Fernández y Sergio Massa se vayan del país. Deberían sostener el 45 por ciento obtenido en el balotaje”, sentenció. Dentro del universo peronista los más rotundos opinan fuera de los micrófonos: “No nos votaron para que nos borremos o para que la gente se arregle con lo que votó y después nos venga a pedir que volvamos. Hay que dar la cara y ser responsables”, opinan.
FUENTE: Página 12.