Beijing denunció injerencia estadounidense en la región, pidió “respeto a la soberanía” y reclamó que Washington actúe dentro de los marcos legales internacionales, en medio de la tensión por la operación militar lanzada por el gobierno de Donald Trump.

China rechazó el aumento de la presencia militar estadounidense en el Caribe y consideró que la ofensiva de Washington constituye una intromisión en los asuntos internos de Venezuela. La vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores, Mao Ning, recordó que la CELAC declaró en 2014 a América Latina y el Caribe como “zona de paz” y afirmó que Beijing se opone a cualquier acción que vulnere la Carta de la ONU o ponga en riesgo la estabilidad regional.
La funcionaria instó al gobierno estadounidense a ajustarse a los mecanismos bilaterales y multilaterales de cooperación judicial y policial, y a “contribuir a la estabilidad” en lugar de escalar el conflicto. Sus declaraciones llegaron tras el lanzamiento de la Operación Lanza del Sur, anunciada por el secretario de Guerra Pete Hegseth, que se presenta como una ofensiva contra el narcotráfico pero coincide con el despliegue naval que Caracas denuncia como amenaza de intervención.
En los últimos meses, Estados Unidos reportó la destrucción de más de veinte embarcaciones en el Caribe y el Pacífico, acciones en las que murieron más de 70 personas a las que la Casa Blanca definió como “narcoterroristas”. Cada operativo fue difundido con videos editados y áreas difuminadas, lo que impide verificar cuántas personas viajaban a bordo o si existían pruebas de actividades ilícitas. Desde Venezuela y otros gobiernos de la región sostienen que estas acciones alimentan la tensión política y justifican un despliegue militar que excede cualquier operativo antidrogas.


