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CINCO POEMAS INÉDITOS DE SOL CORREA

El árbol, las flores, la cartera, el recinto personal: objetos y espacios que se visitan mejor paladeando las palabras que los visten. Los poemas de Sol Correa, autora del reciente Porfía y coeditora del genial sello artesanal Buchwald, prueban una vez más que el tema está sujeto a la apropiación de las formas. No porque el poema deba probar nada, sino porque solo hay poema cuando el lenguaje se pone a prueba.

CERCO VIVO

Polvo de palabras,
lena de mis flores.
Polen.

Me trepo al hombre como a un árbol.
Avanzo, enredada culebra,
y tiendo manos y mantos.     

Hoja de cienfuegos,
forma sagitada.
Folio.

Me aferro con brazos
que ahorcan cálices
y apoyo tarsos 
sobre vértices.  

Fruta machucada,
óvulo maduro.
Musgo.

Mis piernas de leña 
clavan su cadera  
crean un contorno,
más bien una corteza
que es seca 
              sin pellejo, 
                            ni carne ni savia
                            ni vasos ni jugos.
Grieta.

Sémola de siembra,
trigo desnudo.
Planta.

Sus brazos dentados
de hojas caídas 
duermen y olvidan,
imitan mis piernas:
crean un contorno
más bien una defensa
que es púas
              sobre lenguas, 
                            pacto discoloro,
                            sangre en tierra:
su tupido cerco vivo.


CARTERA DE MUJER

Condenada a un pasamanos:
errores de dedos tensos,
no abrir el cuero negro.
no probar la hiedra en flor.
Venenito rojo, huevito ´e gallo. 
¿Qué se piensan?
Por las dudas.
Los hombres.
Pero los hombres-hombres,
esos que no tocan
esos que no abren
la cartera de mujer.
Un cañón como garganta
donde un puño cabe entero
si la boca sigue abierta,
donde moscas que no entran
reciben recatos castos 
y coronitas de papel.



FLORA IGNOTA

I
Nimia en barco, 
planta ornamental,
maleza y forraje,
Sos — todas.

Tradescantia
de flor pálida,
purpurina mora,
Sos — todas.
	
Conozco este arresto.

Sé de él 
como de una flora ignota,
espectáculo especular
que devuelve mi idiotez.  

Amor de hombre, 
herbácea perenne, 
garza azulada 
de miembro erguido
Sos — todas.

II

Conozco esta fractura
que resulta de la urgencia
un tallo que se rompe 
es mi pata de tesón.

Trastabillo el palabreo
en el seseo aporreado  
soy yo 
soy todas
en azules que machucan
un delirio ardor.



Giro subjetivo

Las cosas como son.
Cómo son las cosas.
Las cosas tal como son en mí.
Tan como son.

Ardor.
Nudo.
Negro.
Ego.
Muro.

Las cosas como son.
En mí. 


RENUNCIA

Ni qué decir de esta ausencia
que baila sobre mi cara
y se pavonea, cocorita,
como si yo fuera el festín.

No voy a decir nada.
Voy a cerrar. Voy a esperar.

Hoy atiendo sólo ogros,
deidades de mi noche,
azores de los negros,
y ranas de fangal.

Que me coman y festejen.
Que se unan, abundantes,
y que dancen sortilegios
de partidas y destierros.

Hoy me quedo en casa.

Sol Correa (1982) nació en Villa de Mayo, Buenos Aires. Es Licenciada y Profesora en Letras, diplomada en Artes del libro y magistranda en Artes Performáticas, siempre en la universidad pública. Desde 2017, es coeditora de Buchwald, editorial de libros hechos a mano. Su primer poemario, Porfía, fue publicado en 2022 (Kunstflug).

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