Colombia y Estados Unidos alcanzaron un acuerdo tras un cruce diplomático, con Bogotá aceptando recibir a los migrantes deportados de EE. UU. y evitando así los aranceles del 25% que Trump había amenazado imponer.
El gobierno de Colombia y la Casa Blanca llegaron a un acuerdo después de un fuerte cruce diplomático, en el que Estados Unidos había amenazado con imponer aranceles a los productos colombianos debido a la negativa de Bogotá de recibir a los migrantes deportados. Finalmente, el presidente Gustavo Petro aceptó la propuesta de Washington, y Colombia comenzará a recibir a los deportados, sin que se impongan los aranceles de un 25% que el presidente Donald Trump había anunciado.
El canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, destacó que este acuerdo puso fin a la crisis y garantizó que los colombianos deportados serán recibidos en condiciones dignas. Además, el gobierno colombiano reafirmó su compromiso de usar el avión presidencial para facilitar el regreso de sus ciudadanos deportados.
Por su parte, la Casa Blanca celebró el acuerdo, detallando que Colombia aceptó sin restricciones la recepción de los deportados, lo que evitó la imposición de sanciones económicas. Sin embargo, las restricciones de visado y las inspecciones más estrictas seguirán en vigor hasta que el primer avión con deportados regrese con éxito.
El conflicto había comenzado cuando Petro se negó a recibir dos vuelos de deportados bajo la condición de que se les brindara un trato digno. Ante esta situación, Trump había anunciado sanciones que incluían aranceles adicionales a los productos colombianos y restricciones de visas para funcionarios del gobierno de Petro.
El presidente colombiano expresó sus críticas a Trump a través de las redes sociales, cuestionando su política y posicionándose en defensa de su país y su soberanía. Sin embargo, el acuerdo alcanzado parece haber resuelto la disputa, al menos por ahora, sin que se implementen las medidas punitivas inicialmente anunciadas.
