Las organizaciones colmaron el microestadio Malvinas Argentinas para lanzar la campaña que dispute el voto “barrio a barrio, casa a casa”. Massa anunció el derecho al lote propio y baja del IVA por ley para la canasta básica. “No te olvides de los pobres —le dijeron— porque vas a ser Presidente”.
Intentó empezar tres veces pero no pudo. Una y otra vez volvían los cantos. “¡Massa presideeente! ¡Massa presideeente!” Los miles de integrantes de los movimientos populares, de la Corriente Clasista y Combativa y Barrios de Pie con la centralidad del Evita, llevaban horas esperando cuando el ministro candidato finalmente subió al escenario. Detrás, lo secundaban casi cuarenta dirigentes.
En ese momento, aún antes de hablar, el ministro recogió una visera, la gorrita de los pibes de las barriadas populares que alguien le lanzó. Intentó ponérsela, la dejó y volvió al intento. Y antes de empezar dio una vuelta más. Cuchicheó al oído de Emilio Pérsico y enfiló para la última silla de la última hilera donde estaba Alejandro “Coco” Garfagnini, coordinador de la Túpac Amaru y mano derecha de Milagro Sala. El saludo y el gorrito eran el preámbulo de lo que venía: un acto donde hubo épica, anuncios largamente esperados, pero sobre todo el inicio de un ritual: “Massa conectó con los que lo habían esperado —dijo más tarde un dirigente—, los más pobres que también son los que están enojados”.
El acto convocado en el microestadio Malvinas Argentinas de Argentinos Juniors llevaba como consigna “La damos vuelta”, y era un relanzamiento de la campaña de Massa con las organizaciones territoriales para ir a disputar, casa a casa, el voto de la derecha y a los desencantados. Massa habló no más de veinte minutos. Cerró y dejó varios títulos con tres grandes anuncios: eliminación del IVA para los beneficiarios del Potenciar, proyecto de ley para eliminar el impuesto al valor agregado de la canasta básica y un programa del derecho al lote propio en tierras ociosas del Estado, guiño y respuesta a las demandas de Juan Grabois, que no estuvo en el estadio.
El IVA se había anunciado un día antes, pero, dijo Massa, hubo algo “que no salió en ningún lado”: “También pusimos en marcha para los beneficiarios de Potenciar la devolución del IVA por 18.800 pesos”. El estadio clamó. Rápidamente también dijo que ese mismo miércoles se envió al Congreso un proyecto para que en la canasta básica alimentaria no se cobre más el impuesto al valor agregado: ni en la leche, ni en la carne, ni en la fruta, ni en la verdura, ni en los alimentos, ni en los productos de higiene personal ni del hogar, explicó. E inmediatamente lo definió como el “mas regresivo” de los impuestos “por el que paga lo mismo un gerente de banco que un incluido en un programa social”. Y chicaneó: “Y queremos ver qué hacen aquellos que se llenan la boca y hablan de bajar los impuestos –arengó–, a ver si ahora van a levantar la mano cuando se trata de sacar un impuesto que pagan los que menos tienen”.
El estadio que iba del “Massa presidente” a “Patria sí, Colonia, no”, volvió a los cantos. Todavía faltaba el final, y una pasarela en medio de la muchedumbre a lo CFK donde iban a lloverle remeras, selfies y cartas. Había tiempo para otro anuncio.
“Queremos un Estado que mire, cuide y proteja a los que más necesitan”, dijo y, sin nombrarlo, incluyó la demanda programática del dirigente que no estaba. “Queremos ir a cada barrio con las intervenciones para tratar de recuperar la idea de que el derecho al agua y las cloacas son parte de los derechos del nuevo tiempo, el término de derechos humanos y creemos, como anunciamos hoy en La Rioja, que cada argentino tiene derecho a su lote, cada familia en su tierra”. Por eso, dijo, “ponemos en marcha un programa de lotes con servicio, usando las tierras ociosas que tiene el Estado para que ninguna familia tenga que andar como mendigo”.
Arriba del escenario, en tres filas apretadas, las pantallas gigantes trasmitían a la muchedumbre que seguía afuera. De cuando en cuando, cambiaba a flyer con los ejes del encuentro: La damos vuelta. Barrio por Barrio. Unión por la Patria. Los anillos del estadio estaban desbordados de banderas. En el escenario, Massa ocupó el centro, primera fila. De un lado, Emilio Pérsico, Eduardo “Wado” de Pedro, el “Chino” Fernando Navarro, Patricia Cubría. Del otro, Agustín Rossi, Daniel Menéndez de Barrios de Pie y Ramiro el ‘Vasco’ Berdesegar de la CCC. Atrás, Victoria Tolosa Paz, los diputados de las organizaciones Leonardo Grosso y Natalia Souto, Andrés Rodríguez de UPCN, Gerardo Martínez de la UOCRA, Juan Carlos Smith. Afuera hubo ritual: choris, palito bombón helado, piberío, muchas mujeres, eje de las organizaciones y “las esenciales” como las llamaron en el acto, a las que Pérsico convocó a permanecer en la primera línea de la batalla que viene: ir a buscar a los pibes alucinados con los libertarios, para decirles, de alguna manera, que vuelvan a casa.
Antes de los anuncios de Massa
– Compañeros, que no decaiga, sigan poniendo fuego –decía, en la previa, el escenario–. ¿Qué pasa al fondo? ¡Una ola, por lo menos! ¡Massa presidente! –arengaron, y el estadio estallaba.
Massa volvía de La Rioja. La espera se hizo larga.
– ¡Estamos de todo el país! –volvía el escenario–: Guaymallén, Tunuyán. ¡Más fuerte esa bandera! Los compañeros del astillero Río Santiago, ¡vamos ese laburo!
Abajo y durante la espera, Juan Marino, diputado del espacio del Cuervo Andrés Larroque, conectaba lo que ocurría con el “relanzamiento segmentado” de esta semana: primero los gobernadores en Tucumán y la CGT, luego los movimientos educativos, más tarde la producción y ayer los movimientos sociales. “Más allá de los anuncios –dijo–, esto es el relanzamiento político de la campaña de Massa”. En esa línea hablaron los tres referentes de las organizaciones convocantes.
“Venimos a este acto para hacer lo que haya que hacer para que el próximo 10 de diciembre el compañero Sergio Massa sea el presidente de los argentinos”, arrancó engolado el “Vasco” Berdesegar. “Venimos a reafirmar la decisión política de recorrer los lugares más recónditos de nuestros barrios, llevando la idea de UxP, para poder frenar el intento de gobernar de la derecha reaccionaria, de Bullrich y de Milei”, clamó. Como sucedió más tarde, hubo críticas y autocríticas y también señalamientos sobre una “situación de la que no somos responsables, somos parches y remiendos”, dijo el Vasco. “Somos los que ponemos el pecho para que hasta el último vecino tenga su plato de comida en los merenderos”.
El Papa y los pobres
Los niveles de pobreza entre los jóvenes de las barriadas; el Estado que llega con cara de patrullero; el “crápula” de Mauricio Macri; Joe Lewis; los 20 empresarios que controlan el mercado y “no paran de darle a la maquinita de la inflación” y Milei fueron parte de los ejes: “No es lo mismo reivindicar la gesta de Malvinas” que hablar de “autodeterminación de los kelpers”, dijo el Vasco. “No es lo mismo seguir levantando la bandera de los derechos humanos y la bandera de los 30 mil” que “hacer actos para garantizar la impunidad de los milicos genocidas”. Y el estadio dijo ole, olé, olé. Él pidió paciencia, argumentos, “convencernos para poder convencer”. Y al “compañero Massa” le dijo que va en buen camino, pero también le dejó un mensaje en el que recuperó un viejo diálogo de un cardenal y el Papa Francisco:
– No te olvides de los pobres, Sergio –advirtió el Vasco–. Porque vas a ser presidente. No te olvides, Sergio –repitió.
Habló Menéndez. Y luego, Pérsico: “¡Acá no se rinde nadie, compañeros”, arrancó. “¡Vamos a llevar el frente de unidad, lo vamos a llevar al triunfo! ¡Vamos a trabajar hasta el último día para conseguir la victoria! El que se rinde, pierde, el que no se rinde siempre gana”, lanzó. Luego reflejó una mirada autocrítica del gobierno y sostuvo que hay que darle fuerzas a Massa: “Creo es el único que nos puede sacar de esta situación y de esta encrucijada, Argentina tiene una gran oportunidad por delante, lo dicen todos, lo dice la derecha, la izquierda, el centro, se dice de todos lados: tenemos litio, gas, energía, todo por delante. ¿Qué estamos discutiendo entonces? Estamos discutiendo si eso va a ser una extracción para llevársela y fugar capitales a través de los préstamos que nos entrega el FMI o si la vamos a poner en el desarrollo nacional”. El gasoducto entró en la campaña como parte de un cañón que apunta a hermanar a América Latina; el yuan como modo de disputar el bimonetarismo por un tri-monetarismo con cambio de eje geopolítico.
En el cierre, Massa arengó a la militancia.
“Como dice la consigna de esta noche, ciudad por ciudad, barrio por barrio, casa por casa, chacra por chacra, rancho por rancho, fábrica por fábrica, comercio por comercio”, dijo. “Vayamos a luchar a cada argentino, a decirles que sabemos que estamos en deuda, que esa deuda la vamos a pagar, que venimos al nuevo gobierno para devolver el ingreso, distribuir mejor y hacer crecer a la Argentina”. Y remató: “Pero sobre todas las cosas, venimos a defender la identidad de nuestra patria frente a aquellos que plantean que somos un país de mierda, les contestamos que somos orgullosamente argentinos”. Y como viene diciendo: “Si mañana muriera, si volviera a nacer, volvería a elegir Argentina. ¡Viva la Patria!”, bramó. Antes hubo himno. Luego, el candidato salió a la calle para abrazarse con los que esperaron.
Ya de salida, sobre las calles de Villa Ortúzar, Coco Garfagnini recuperó el comienzo. “Queda claro de este acto que la ‘unidad nacional’ es con los humildes, con los trabajadores y con los castigados de la Argentina, que son el 60% de nuestra patria, y no con los carceleros, ni con los que reprimen a sus pueblos, ni con los que se enriquecen a costa del pueblo y de los recursos naturales de la Patria”.
La gente se iba, volvía a los barrios donde empieza la última pelea, 1000 asambleas se proponen las organizaciones, para darla vuelta.
FUENTE: Página 12.