Un reciente informe de ProTejer revela que la mitad de las empresas textiles sufrió caídas en sus ventas y producción durante el primer trimestre, lo que llevó a siete de cada diez firmas a reducir personal desde diciembre. La baja del poder adquisitivo y las importaciones son las principales causas señaladas.
La industria textil y de la indumentaria en Argentina atraviesa un período crítico, con caídas significativas en ventas y producción durante el primer trimestre del año. Así lo revela la última Encuesta de Coyuntura de la Fundación ProTejer, que expone un panorama preocupante para el sector.
Según el informe, cinco de cada diez empresas de la cadena de valor sufrieron una disminución en sus ventas en comparación con el mismo período del año anterior, con una caída promedio del 5%. La situación se agrava al comparar el primer trimestre de este año con el trimestre inmediatamente anterior (cuarto trimestre de 2024), donde el desplome promedio fue del 21%, afectando a siete de cada diez empresas.
La producción no escapa a esta tendencia negativa: cinco de cada diez empresas experimentaron una caída en su volumen de producción interanual. Al comparar el primer trimestre de 2025 con el último de 2024, la producción se derrumbó un 20%, impactando a 7,5 de cada diez compañías.
La compleja situación económica tuvo un impacto directo en el empleo del sector. El 72% de las firmas encuestadas admitió haber tomado medidas que afectaron de alguna manera el personal desde diciembre de 2023, coincidiendo con el inicio del actual gobierno. En particular, seis de cada diez empresas redujeron directamente su plantilla, mientras que otras optaron por cerrar turnos, cancelar horas extras, no renovar contratos, adelantar vacaciones y ejecutar suspensiones.
ProTejer identificó los principales factores que, según las empresas, explican la desaceleración de la actividad:
- Caída del poder adquisitivo del salario: El 82% de las empresas lo señaló como la razón principal.
- Participación de bienes importados en el consumo: El 63% de las empresas atribuyó parte del problema a la creciente presencia de productos importados.
- Apreciación cambiaria: Un 39% de los encuestados apuntó a la valorización del peso frente a otras monedas como un factor negativo.
- Otros elementos mencionados, aunque en menor medida, fueron el cambio de políticas sectoriales para la industria (34%), la expectativa macroeconómica y el clima de negocios (29%), y el acceso y las condiciones de financiamiento (8%).
En este contexto adverso, la Utilización de la Capacidad Instalada (UCI) también refleja la crisis. Solo 3,5 de cada diez empresas lograron mejorar su nivel de UCI entre enero y marzo de este año, y ninguna recuperó los niveles de 2023. La gran mayoría, ocho de cada diez empresas, experimentó caídas en sus niveles de UCI, evidenciando una menor actividad productiva.