La consultora Audemus reporta un incremento del 0,2% en la actividad económica. Sin embargo, la recesión se refleja en una disminución del empleo formal y un aumento sostenido del monotributo.
Si bien la actividad económica muestra indicios de recuperación, especialistas advierten sobre la caída del empleo formal, que fuecompensada en parte por el aumento del trabajo independiente a través del monotributo, el cual creció durante nueve de los últimos diez meses.
Tras una significativa contracción en el primer semestre, en agosto la actividad económica creció un 0,2%. Según la consultora Audemus, ya no sólo el agro y los hidrocarburos impulsan esta recuperación: 9 de los 15 sectores mostraron un crecimiento intermensual. Sin embargo, en el acumulado anual, se observa una caída del 3,1% respecto al mismo período de 2023.
Desglosando los datos, Audemus destaca que sectores como la construcción (-24%), las ventas mayoristas (-15%), el acero crudo (-12,6%) y la producción automotriz (-10,7%) fueron los más afectados desde noviembre del año pasado.
La recuperación es entonces desigual y con incertidumbres sobre su sostenibilidad. Además, el informe de Audemus, liderado por Matías Kulfas, revela una problemática persistente: el deterioro del empleo registrado, en contraste con el crecimiento del monotributo.
Según datos oficiales recopilados por Audemus, el empleo formal en el sector privado lleva once meses de caída acumulada, con más de 146 mil puestos eliminados desde noviembre pasado. Además, entre noviembre y septiembre, el sector público nacional recortó 36 mil puestos laborales como parte de un proceso de reducción estatal.
En contraste, el trabajo independiente creició en nueve de los últimos diez meses, con un incremento de más de 101 mil monotributistas desde noviembre de 2023.
Joan Vezzato, analista de Trabajo e Ingresos de Fundar, señala que existe una relación entre el deterioro de la actividad económica y el aumento del monotributo. “El crecimiento de esta forma de registración más precaria, en paralelo con la destrucción de empleo formal, puede reflejar una salida para los trabajadores despedidos o una mayor precarización del empleo asalariado”, explicó.
Vezzato también advirtió que la protección de ingresos frente a la inflación “no es la misma para los trabajadores independientes en comparación con los asalariados registrados, quienes cuentan con negociación colectiva, aunque su efectividad varíe entre sectores”. En promedio, los asalariados registrados tuvieron un mejor desempeño en términos de ingresos que los trabajadores independientes y no registrados.
Por su parte, Luis Campos, investigador del Instituto de Estudios y Formación de la CTA, observa que esta dinámica no es nueva. Según Campos, entre enero de 2016 y julio de 2024, el empleo registrado en el sector privado creció solo un 0,3%, mientras que en el sector público aumentó un 11,7%, ligeramente por encima del crecimiento vegetativo de la población. En cambio, el monotributo (pleno y social) creció un 54%. “No es un fenómeno de los últimos meses”, afirmó.
Ernesto Mattos, economista de la UBA y director del IDEPI-UNPAZ, sostiene que el crecimiento del monotributo se remonta al cambio de gestión en 2015 y se intensificó tanto durante el gobierno de Macri como el de Alberto Fernández. “Esto implica precariedad y falta de representación sindical, por lo que los trabajadores independientes tienen menos protección frente a la inflación”, detalló.
Mattos compartió datos de agosto, indicando que los salarios privados registrados perdieron casi un -12% en términos interanuales, los públicos un -70% y los privados no registrados un -52%. Según el INDEC, los datos de trabajadores informales tienen un rezago de cinco meses, pero se estima que este grupo asciende a unos 10 millones de personas.
Finalmente, Mattos sugiere que, además del ajuste fiscal, se necesita controlar la inflación con acuerdos salariales adecuados para proteger el poder adquisitivo de los trabajadores.