Adorni y Caputo prometen enviar un proyecto postelecciones que elimina paritarias, debilita los convenios colectivos y propone reemplazar indemnizaciones por un “fondo de cese” financiado por los propios trabajadores.
El Ejecutivo confirmó este jueves en el Coloquio de IDEA que, si consolida su mayoría luego del 26 de octubre, impulsará una reforma laboral de fuerte contenido regresivo. Manuel Adorni —vocero presidencial— y el ministro Luis «Toto» Caputo dijeron ante empresarios que presentarán un proyecto tras el recambio legislativo del 10 de diciembre para eliminar convenios colectivos, sustituir las paritarias por “negociaciones libres” y habilitar mecanismos que reduzcan o supriman la indemnización por despido, reemplazándola por un supuesto “fondo de cese” que, según anunciaron, se abonaría en cuotas y con aporte de los trabajadores.
Los funcionarios enmarcaron la medida como la segunda etapa de una “agenda de competitividad” que seguirá a la estabilización macroeconómica. Adorni defendió la idea de dar “dinamismo laboral” y apuntó contra la judicialización de los conflictos como un obstáculo, mientras el Gobierno promete que la reforma será un incentivo para la inversión. En la práctica, las definiciones anunciadas incluyen además la prohibición de juicios laborales por despidos injustificados y la posibilidad de cobrar salarios en moneda extranjera, medidas que aún no pasaron por negociación con sindicatos, cámaras empresarias o pymes.
La reacción sindical y política fue inmediata y contundente. Desde la CGT y las agrupaciones combativas calificaron la iniciativa como un plan que retrocede derechos y profundiza la precarización; organizaciones laborales y juristas alertan que la experiencia local muestra que desregulaciones de este tipo terminan en más desempleo y mayor informalidad. sindicalistas y referentes opositores recordaron que desde la asunción del gobierno se perdieron alrededor de 200.000 puestos de trabajo y que los salarios formales ya muestran una caída real respecto de fines de 2023. La reforma, dijeron, no solo depende del resultado electoral: también encontrará batalla en la movilización social, la oposición política y en el fuero laboral.