EL VATICANO SE PREPARA PARA DESPEDIR AL PAPA FRANCISCO EN UN FUNERAL MULTITUDINARIO

La ceremonia se celebrará este sábado 26 de abril a las 10:00 horas (8:00 GMT) en la Plaza de San Pedro. La misma estará presidida por el decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, y contará con la presencia de jefes de Estado y delegaciones oficiales de todo el mundo.

La ceremonia se celebrará este sábado 26 de abril a las 10:00 horas (8:00 GMT) en la Plaza de San Pedro. La misma estará presidida por el decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, y contará con la presencia de jefes de Estado y delegaciones oficiales de todo el mundo.

El anuncio de la muerte del papa Francisco este lunes 21 de abril dejó conmocionado al mundo entero. El Pontífice falleció a as 7:35 de la mañana a los 88 años en su residencia de la Casa Santa Marta del Vaticano luego de padecer una afección respiratoria.

En Argentina, su tierra natal, el Gobierno decretó una semana de duelo nacional y miles de fieles lloraron su partida en diferentes iglesias del país. Mientras tanto, en Roma, cientos de personas se congregaron en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, llevando flores, velas y mensajes de despedida.

Aunque ya había comenzado el protocolo vaticano para llevar a cabo el funeral de su Santidad, en esta ocasión se hará una sola ceremonia más sencilla: “El Papa Francisco pidió simplificar y adaptar algunos ritos para que la celebración de las exequias del Obispo de Roma expresara mejor la fe de la Iglesia en Cristo resucitado, y para que el rito subraye aún más que el funeral del Romano Pontífice es el de un pastor y discípulo de Cristo y no el de un poderoso hombre de este mundo”, justificó en noviembre de 2024 el maestro de las Celebraciones Litúrgicas de los Pontífices, el arzobispo Diego Ravelli.

Desde 2023, Bergoglio ya tenía ideado el lugar que quería ser enterrado: su deseo sería descansar en la Basílica Santa María Mayor, “en este antiguo santuario mariano al que acudía en oración al inicio y al final de cada Viaje Apostólico”. Además, el Pontífice habría señalado en su testamento que “la tumba debe estar en el suelo; simple, sin ornamentación particular, llevando solamente la inscripción: Franciscus”.

De esta manera, cumpliendo con su deseo, el funeral se realizará este sábado 26 de abril, según lo estipulado en el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, en la Plaza de San Pedro y estará presidido por Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio. La ceremonia contará con la presencia de jefes de Estado y delegaciones oficiales de todo el mundo.

Al término de la misa, el féretro será trasladado a la basílica de Santa María la Mayor, en Roma, para ser enterrado según la voluntad del propio pontífice, expresada en su testamento.

Antes, el miércoles a partir de las 9:00 horas (07:00 GMT) comenzará la traslación del cuerpo hacia la Basílica de San Pedro. El recorrido será acompañado por una breve ceremonia de oración presidida por el camarlengo, cardenal Kevin Joseph Farrell, y la procesión pasará por la Plaza Santa Marta, la Plaza de los Protomártires Romanos y, a través del Arco de las Campanas, llegará a la plaza central del Vaticano, ingresando al templo por la puerta principal.

El cuerpo será colocado bajo el baldaquino del Altar de la Confesión, donde el cardenal camarlengo presidirá una Liturgia de la Palabra. Finalizado el rito, comenzará la visita de los fieles en capilla ardiente.

Según lo dispuesto por el propio Francisco, su cuerpo no será colocado sobre un catafalco ni portará el báculo papal, y descansará en un único féretro de madera, con interior de zinc, abierto a la vista. También se elimina la tradición de los tres ataúdes (ciprés, plomo y roble) que se usaban en entierros papales anteriores.

En su testamento, el papa dejó instrucciones precisas para su tumulación: “Solicito que mi sepulcro sea preparado en el nicho de la nave lateral entre la Capilla Paulina (Capilla de la Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza de la citada Basílica Papal”, escribió.

La tumba será sencilla, sin ornamentación ni inscripción decorativa, solo su nombre en latín: Franciscus. Con ello, se convertirá en el primer pontífice en más de un siglo en ser enterrado fuera del Vaticano, ante el ícono mariano que veneraba antes y después de cada viaje apostólico.

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