En diciembre de 2022, el empleo registrado tuvo un crecimiento interanual de 4,9%, según el SIPA. Los factores que explican por qué podría sostenerse esta tendencia.
Tal como informó el Ministerio de Trabajo, en base a los datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), en diciembre pasado la cantidad de personas con trabajo registrado en el país alcanzó los 13,07 millones. Esto representó una variación positiva del 0,2% frente a noviembre y del 4,9% interanual.
Según repasaron desde la consultora Ecolatina, cerca del 40% de la expansión del empleo formal correspondió al incremento de los asalariados del sector privado, “que crecieron 4,4% i.a. en promedio -guarismo coincidente con su avance entre puntas-, algo relativamente poco usual en los últimos años, ya que habría que remontarse a 2015 para encontrar una correspondencia similar”. “El resto de la mejora se explica por la performance de los trabajadores independientes (monotributistas y autónomos, 1 de cada 4 trabajadores formales), con una suba que rozó el 9% (más de 11% punta a punta). Por su parte, el empleo público creció 2,4% i.a. en 2022 (1,5% respecto a diciembre 2021)”, agregó el estudio.
“En diciembre se observó un buen desempeño del empleo, con una mejora de 14.400 puestos en la serie desestacionalizada, lo cual implica que prácticamente se recuperó todo lo perdido durante el gobierno de Mauricio Macri y con la pandemia. Se llegó a los niveles de finales del 2017 y principios del 2018, que había sido el punto máximo de empleo”, explicó a Ámbito Hernán Letcher, director del CEPA.
En ese escenario, al proyectar qué puede ocurrir en materia de empleo durante este año, el analista sostuvo: “Lo interesante es que, al analizar por sector en la serie desestacionalizada, se observa que prácticamente todos los sectores le ganan al mes anterior. Con lo cual, está mostrando un buen desempeño de los sectores, a pesar de que en diciembre había algunos sectores de la actividad que no venían teniendo un crecimiento sustancial”.
“Más aún si se observa la EIL, la encuesta de indicadores laborales, que también muestra un desempeño que mejora en enero y que se ve reflejado, por ejemplo, en el sector industrial y en la construcción. Con lo cual, aparentemente, a pesar de que la actividad económica no está teniendo un desempeño superlativo y tiene un amesetamiento desde mediados del año pasado, en materia de empleo, se siguen generando puestos de trabajo. Lo cual, abre una expectativa positiva de que se sostenga esa dinámica en el tiempo, a pesar de que quizá el nivel de actividad no lo acompañe en la misma cuantía”, señaló Letcher.
Factores
Por su parte, desde Ecolatina señalaron que “la expectativa de un estancamiento de la actividad económica este año arroja dudas acerca de las posibilidades de que continúe creciendo la masa de asalariados del sector privado, típicamente asociado al empleo de calidad”.
De todas formas, desde la consultora señalaron que, sin embargo, todo esto pueden ser detalles de segundo orden: “Tanto para la industria como para el resto de la economía, un salario real formal más de 5% por debajo de 2019 y casi 20% inferior al de 2017 puede ser un factor determinante para utilizar de forma más intensiva este recurso. La ausencia de una perspectiva que sugiera un cambio de tendencia, no sólo este año sino también el próximo, puede intensificar este proceso”.
“En ausencia de un incremento significativo del empleo público -no hay margen para tal empresa-, otra tendencia, como el incremento del cuentapropismo, puede también apuntalar la creación de empleo formal. En este caso, el fuerte avance del monotributo social refleja el paulatino, pero igualmente parcial, ingreso a la formalidad de población anteriormente ‘en negro’”, agregaron desde Ecolatina.
“Conjuntamente, un año de estancamiento de la actividad no necesariamente traerá como resultado una caída en el empleo formal (tampoco prevemos que lo haga si sumamos la informalidad). A excepción del 2020 -por motivos obvios- la secular caída del PBI per cápita a lo largo de la última década, en combinación con las nuevas tecnologías, ‘desenganchan’ la dinámica laboral de los vaivenes de la actividad”, concluyeron.
Otro panorama
“Durante 2022 vimos un rebote cíclico del empleo argentino. La cantidad de empleados registrados volvió a los niveles de 2017, pero en medio de una pérdida del poder adquisitivo de los salarios”, explicó por su parte Eugenio Marí, Economista Jefe de la Fundación Libertad y Progreso.
“En 2023, en cambio, se profundizará la pérdida de poder adquisitivo y, además, se sumará un ajuste en la cantidad de trabajadores empleados. Es que será un año de recesión con inflación sumamente alta, algo que a todas luces resultará contrario a la creación de empleo”, explicó el analista.
“Queda manifiesta la necesidad de una modernización de los incentivos en el mercado de trabajo. El elevado costo laboral no salarial golpea directamente la demanda de trabajo de las empresas y perjudica a los trabajadores, que tienen menos oportunidades. Hoy, la mayor absorción de nuevos trabajadores se realiza en el sector informal o independientes. Cambiar esta realidad es imprescindible para recuperar la demanda de trabajo y los salarios reales”, concluyó Marí.
FUENTE: Ámbito Financiero.