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FALLECIÓ NORITA CORTIÑAS, REFERENTE DE MADRES DE PLAZA DE MAYO-LÍNEA FUNDADORA

A los 94 años, Nora Cortiñas murió tras varios días internada. Dedicó más de la mitad de su vida a buscar a su hijo desaparecido y a luchar por los derechos humanos.

Tras varios días de internación, falleció este jueves Nora Cortiñas, referente de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora. Tenía 94 años y dedicó más de la mitad de su vida a buscar a su hijo Gustavo, desaparecido durante la última dictadura, y a luchar por los derechos de todos.

La recordamos caminando con pasos cortos en movilizaciones, cortes de calle, asambleas, actos sindicales, políticos o de reclamo social. Su imagen con el puño en alto, apoyando cada lucha que consideraba justa, es indeleble. Incansable.

Símbolo de las causas justas, durante años solo tuvo como armas un pañuelo blanco en la cabeza y la foto de su hijo Gustavo, desaparecido durante la última dictadura, colgando de su cuello. Recientemente, sumó a su arsenal un bastón y un pañuelo verde atado a su muñeca. Madre de Plaza de Mayo, luchadora social, docente, defensora de derechos humanos y feminista.

“Antes no era feminista, me crié en un hogar machista y patriarcal, y cuando se llevaron a mi hijo se me cayó un velo. Tomé toda la fuerza y el impulso para salir a la calle y vencer todos los obstáculos. Encima del dolor, nos decían que no saliéramos a la calle, que nos quedáramos adentro. Tuvimos que despojarnos de un sistema que teníamos incrustado en nuestro cuerpo y en nuestro ideario hasta ese momento, y conocer que tenemos derechos”, dijo en una entrevista sobre su defensa de los derechos de las mujeres.
Foto: Leo Spinetti

El 15 de abril de 1977 fue un punto de inflexión: ese día, cuando secuestraron a su hijo en la estación de trenes de Castelar, Nora se convirtió en madre de un desaparecido y comenzó su búsqueda. Gustavo tenía 24 años, estudiaba Ciencias Económicas en la UBA, militaba en la Juventud Universitaria Peronista y en Montoneros. Estaba casado con Ana Cernadas, con quien tenía un hijo de dos años.

En su búsqueda de Gustavo, Nora se encontró con otras mujeres en la misma situación, como Azucena Villaflor, y empezaron a reunirse en Plaza de Mayo, caminando para reclamar la aparición con vida de sus hijos.

“El 30 de abril de 1977, nuestro primer día, éramos muy pocas y todas atravesadas por el miedo y la angustia. Mientras averiguábamos el paradero de nuestros hijos, nos encontramos con mujeres y hombres en la misma situación. Entonces comenzamos a juntarnos para descubrir las causas y consolarnos. No nos unían opiniones políticas ni religiosas, sino la tragedia y la búsqueda incansable. Desde el inicio, en lugar de quedarnos quietas, decidimos rondar. Durante los primeros cuatro meses solo estábamos paradas, pero las vueltas comenzaron casi por orden de la policía que nos hacía circular. La razón era simple: el estado de sitio no permitía que las personas se juntasen en las calles, así que decidimos caminar alrededor de la plaza. Azucena Villaflor propuso esa idea. Allí podíamos expresar nuestro dolor y angustia, y la gente al vernos se enteraba de lo que estaba sucediendo”, relató en una entrevista publicada por el programa Educación y Memoria.

La búsqueda de su hijo se convirtió en una lucha colectiva que dio forma al movimiento de derechos humanos en Argentina. Así, fue parte de los inicios de las Madres de Plaza de Mayo y, años después, formó parte de Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora, organización con la que militó hasta su muerte.

“Nosotras ya no somos madres de un solo hijo, somos madres de todos los desaparecidos. Nuestro hijo biológico se transformó en 30.000 hijos. Y por ellos parimos una vida totalmente política y en la calle. Los seguimos acompañando, pero no de la misma manera que cuando estaban con nosotras: revalorizamos la maternidad desde un lugar público. Somos Madres a las que se nos sumó un nuevo rol, para el cual muchas no estábamos preparadas. Transmitimos algo más que antes: el espíritu de la lucha y el compartir otras luchas”, afirmó.
Foto: Gentileza Prensa Obrera

Desde 1977, Norita se convirtió en una referente social y política, siendo distinguida en Argentina y otros países por su defensa de los derechos humanos. En su honor, en 2022 un grupo de mujeres fundó el Norita Fútbol Club en Castelar. En 2021, Tiempo Argentino la declaró socia honoraria de la cooperativa de trabajadores por su lucha por Memoria, Verdad y Justicia.

En una entrevista con Graciela Di Marco para el libro “De lo privado a lo público. 30 años de la lucha ciudadana de las mujeres en América Latina” (2007), Norita expresó cómo quería ser recordada. “Me gustaría ser recordada como una mujer que exaltó el género, valorando y aprendiendo de la lucha de las mujeres en el mundo, en cualquier rincón, así fuera la más humilde. (…) Me gustaría que simplemente dijeran ‘¿Te acordás de Nora? Uyyy, venía a todos lados’”.

Será velada en la Casa de la Memoria y la Vida – Predio Quinta Seré, en Santa María de Oro y Blas Parera, Castelar, partido de Morón, este viernes 31 de mayo, entre las 9 y las 19 horas.

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