El aumento de casos de Gripe A y otras enfermedades respiratorias en 2024 se ve potenciado por la ausencia de campañas de prevención y vacunación del Gobierno. Especialistas advierten sobre la necesidad de vacunarse para evitar complicaciones graves: la cobertura de vacunación no llega al 40%,
La época de frío es propicia para los virus y enfermedades respiratorias. Este año, su crecimiento exponencial se ve agravado por la falta de campañas de prevención y vacunación por parte del Gobierno, que promueve un alejamiento del Estado.
El impacto se vive día a día en las guardias de los hospitales, donde en 2024 se ha visto una notable multiplicación de casos de Gripe A. “Se observa un incremento en la circulación de distintos virus respiratorios que pueden producir cuadros clínicos, desde un resfrío común, un cuadro bronquial o una infección respiratoria aguda, hasta una neumonía”, explica a Tiempo la infectóloga Florencia Cahn, presidenta de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología.
Según el Boletín Epidemiológico Nacional, en las primeras 20 semanas del año se reportaron más de 37 mil neumonías y casi 290 mil casos de enfermedades tipo influenza. Esta última ha aumentado notablemente: un 15% más que en el mismo período de 2023. “Puede tener formas graves y complicaciones en la población de los extremos de la vida (bebés y adultos mayores), así como en personas con condiciones de riesgo como enfermedades cardíacas o pulmonares crónicas, diabetes, obesidad, inmunocompromiso, y embarazadas”, agrega. Para estas poblaciones, la vacuna es crucial.
El neumonólogo Alejandro Videla, expresidente de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), señala que tanto en la guardia del Hospital Austral, donde es jefe del Servicio, como en las unidades centinelas de seguimiento de infecciones respiratorias, se ha reportado un aumento por encima de lo habitual de la influenza A y del virus sincitial respiratorio: “Tenemos una situación de alta circulación de virus respiratorios, lo que lleva a un aumento de consultas”.
Esta situación impone una sobrecarga significativa en las guardias, especialmente con el virus sincitial respiratorio, donde la tos persistente motiva nuevas consultas. Esto genera problemas en los equipos de salud, que luchan por mejoras salariales y laborales: recientemente, hubo paros en las principales clínicas privadas del AMBA.
En La Plata, las guardias también están llenas debido a un aumento de casos. El médico Diego Bares del Hospital San Martín alerta que “en los últimos 15 días, tanto en el ámbito público como en el privado, se ha notado la persistencia de las infecciones de las vías respiratorias altas, pero ahora se ha sumado algo mucho más complejo: las neumonías, es decir, la afectación de las vías respiratorias bajas”.
Falta de campañas
Por ahora, los especialistas afirman que hay suficientes vacunas para afrontar la gripe; sin embargo, en un contexto sin campañas del Ministerio de Salud, las personas no acuden a vacunarse. Según Videla, “el problema es la falta de conciencia de riesgo de la gente. Incluso, hay un porcentaje importante del personal de salud que no se vacuna contra la gripe, que no le da importancia y ahora es un factor que la causa”.
Desde la AAMR insisten en que no solo los grupos de riesgo deben vacunarse: “Toda la población que pueda acceder a la vacuna debe hacerlo, porque es extremadamente segura, eficaz y previene la enfermedad, no solo los cuadros graves, sino que también disminuye el riesgo de infección. Una persona sana puede reducir su riesgo de infectar a una enferma”.
El infectólogo Ricardo Teijeiro, de la Sociedad Argentina de Infectología y asesor del Hospital Pirovano, coincide en que uno de los grandes problemas es la baja cantidad de vacunados: “La cobertura no llega al 40% en las distintas regiones del país”.
Las enfermedades respiratorias se transmiten de persona a persona, al hablar o toser. “Por eso, ante cualquier síntoma, la persona debe evitar el contacto social y consultar con el médico para tener un diagnóstico temprano y evitar complicaciones”, sobre todo para quienes están en mayor riesgo.
Teijeiro insiste: “Las vacunas están distribuidas, hay cantidad suficiente, pero la gente no se acerca. Uno de los problemas es la comunicación, en un país con una geografía tan diversa, a veces no saben siquiera dónde concurrir o no es accesible”.