Los jubilados se manifestaron en la puerta de la Quinta Presidencial contra “la obsenidad del presidente y los diputados de festejar con un asado la comida que nos sacan a nosotros”.
A pocos metros de la Quinta Presidencial, y también cerca del asado con el que Javier Milei agasajaba los legisladores que apoyaron su veto, los jubilados protestaron una vez más contra el veto del presidente, que los dejó sin aumento de sus haberes. La manifestación fue un repudio al veto, a la represión en el Congreso y a la cena que tenía lugar en Olivos.
“Robar a los jubilados es un crimen social”, decía una de las pancartas que portaban los manifestantes, mientras se escuchaba el ruido de algunas cacerolas. Vecinos y varias organizaciones sindicales se sumaron al reclamo. Al respecto, Zulema Palavecino, miembro de Jubilados Insurgentes, declaró: “Estamos acá porque es indignante la obscenidad de este presidente, que no sólo veta la ley de movilidad, que ya era insuficiente, sino que además ostenta con un asado delante de jubilados que apenas sobreviven. Jubilados que no pueden comprar sus medicamentos, que no pueden llegar a fin de mes. Esto es inaceptable, es un golpe muy duro. Por eso estamos acá, para repudiarlo”, expresó con firmeza.
Carmen, una jubilada de 77 años, expresó: “Ellos están comiendo asado, y nosotros no tenemos para comer. No tienen vergüenza, no nos respetan. Y encima, nos reprimen. Yo vine porque hay días que no como. Si como, no puedo comprar mis remedios, y si compro los remedios, no puedo comer”, dijo con la voz entrecortada.
Ya caída la noche, Zulema explicó que algunas organizaciones se retiraron, pero que ellos seguirían protestando un poco más, cerca de una esquina de la Quinta de Olivos. La frustración con los diputados radicales que cambiaron su voto era palpable. “Es vergonzoso, era su propio proyecto”, comentó, aún incrédula. Para Zulema, la lucha “no puede estar con ningún partido de los capitalistas. Tenemos que organizarnos, jubilados y trabajadores, y hacer una huelga general”. Mientras tanto, a pocos metros, el presidente y sus aliados continuaban con su banquete.
