MÁS MOTOSIERRA: TRABAJADORES DEL ARSAT DENUNCIAN LAS CONSECUENCIAS DEL AJUSTE

Desde la asunción de Javier Milei en el Gobierno, muchos pueblos quedaron desconectados, unos 150 profesionales aceptaron los retiros voluntarios por los bajos salarios y hasta se postergó el lanzamiento de un satélite.

Desde la asunción de Javier Milei en el Gobierno, muchos pueblos quedaron desconectados, unos 150 profesionales aceptaron los retiros voluntarios por los bajos salarios y hasta se postergó el lanzamiento de un satélite.

La conectividad que el Arsat celebró llevar a la remota localidad chubutense de Doctor Atilio Viglione en 2019, permitiendo a sus 167 habitantes dejar atrás el aislamiento, hoy es un recuerdo. Actualmente, trabajadores de la empresa estatal de telecomunicaciones denuncian que, debido a la desinversión, este pueblo fronterizo con Chile, junto con otras localidades como Ñorquinco (Río Negro), Medanitos y Antofagasta de la Sierra (Catamarca), se encuentran desconectados. La situación se extiende a problemas de funcionamiento en estaciones de Televisión Digital Abierta (TDA) en Mainqué, Puerto Deseado y Villa Ángela, dejando a comunidades sin acceso a información y entretenimiento.

Ezequiel Billiani, operador de red en Arsat, describe un «abandono enorme» ante la falta de personal para mantenimiento y la partida de técnicos por retiros voluntarios, en un contexto de congelamiento salarial y un futuro incierto marcado por la posible privatización. “Hay estaciones de televisión que están hace meses sin nadie que vaya a asistir. Hay lugares donde lo único que tienen para recibir noticias o entretenimiento es la televisión digital, y hoy no la tienen. Hay localidades que, como no estamos pudiendo mandar gente, se quedaron sin Internet, describió

Nos está pasando que los técnicos que arreglan la parte de la Red Federal de Fibra Óptica se están yendo. No hay nadie que pueda cubrir los reclamos. Es un abandono enorme de la empresa”, lamentó. Desde que asumió Javier Milei, unos 150 profesionales aceptaron los retiros voluntarios sobre un total de 700.

Quienes quedaron pelean contra el congelamiento salarial, mientras el Poder Ejecutivo aplica sobre la compañía el modus operandi que usa con el Conicet: la plata de créditos internacionales está pero no se ejecuta, el vaciamiento se fomenta y el futuro es incierto.

Hasta fines de 2023 estaban vigentes las decisiones administrativas según las cuales los salarios de quienes trabajaban en Arsat aumentaban según las paritarias del sector de telecomunicaciones. Sin embargo, en 2024 los incrementos fueron los de la Administración Pública Nacional y, desde agosto último, quedaron congelados.

Están cobrando, en términos reales, menos de la mitad que en noviembre de 2023 por decisión del Gobierno nacional”, difundió Defendamos la Ciencia. Previo al congelamiento, ya desde fines de 2023 se reclama por el incumplimiento del aumento acordado con FOETRA.

“El poder adquisitivo se derrumbó de manera atroz”, define Pablo Eibuszyc, delegado del sindicato. Eso explica la gran cantidad de retiros voluntarios aceptados. “Prácticamente no hubo reemplazos y los que quedan están sobrecargados, los usan para tapar agujeros, los cambian de sector. Y la empresa no está en crisis, es superavitaria, con ganancias muy grandes. Con un datacenter que es uno de los más grandes de la región, dos satélites en funcionamiento que usan un montón de organismos y empresas de varios países y pagan en dólares”, destaca.

El futuro, según Eibuszyc, huele a negocios privados. “Milei busca recrear negocios con sectores afines a él. Si Arsat da cobertura de conectividad a escuelas y hospitales en lugares remotos y de pronto desmantelás o desinvertís en la red de fibra óptica y viene Musk y firma un contrato por cada antena que pone, se transforma en un negocio gigantesco. Él apunta a eso. El tercer satélite está frenado, cuando está demostrada la importancia de tener satélites propios. Podría ser una fuente de ingresos, pero prefieren desinvertir. Y el proyecto está ahí, vegetando”.

Paralización total de un nuevo satélite argentino:

En diciembre de 2020 se aprobó el crédito CFA011501 a través del Organismo Internacional de Crédito Corporación Andina de Fomento (CAF) – Banco de Desarrollo de América Latina para el desarrollo y fabricación del tercer satélite nacional, ARSAT-SG1. El préstamo total asignado era de 243.800.000 dólares, al que se sumaría el aporte local de 22.000.000. Estaba previsto que se lanzara este año, pero ya sufrió varias postergaciones.

“Hasta la fecha, la CAF ha desembolsado un total de 160.036.979 dólares y no se cuenta con un cronograma para los desembolsos restantes”, respondieron desde la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología. Agregaron que el ARSAT-SG1 “se encuentra en un estado de avance por encima del 61%, su lanzamiento se estima para octubre de 2027 y su puesta en funcionamiento para abril de 2028”.

Desde el entorno de Arsat afirman que ese satélite está frenado, tiene el crédito de la CAF ejecutado en un 55%, facturado por los proveedores del exterior el 70%. Esa diferencia de 15% no se está pagando y Arsat entrará en mora con los proveedores, con el riesgo de acciones judiciales y que la entrega de componentes críticos se cancele (…) El SG-1 está parado desde que asumió Milei, la plata de la CAF la está ejecutando el Gobierno, pero los dólares van al BCRA y no se pueden usar para pagar lo que se debe del satélite, ni los componentes faltantes”.

“La semana que viene habría una reorganización del proyecto, pero lo tomamos con pinzas porque los créditos que tuvimos se usaron para reservas. La ejecución presupuestaria del año pasado fue nula, no llegó ni a 500 mil dólares lo que se pudo ejecutar de los créditos cuando teníamos programados 62 millones. Entre eso estaba programada la reserva del lanzador, que no se hizo”, apuntó Ezequiel Mc Govern, delegado en Arsat.

“Quitaron todo lo que es inversión y pagos a los desarrollos. Ahora no hay un horizonte. Arsat garantiza la posición orbital de Argentina con un satélite: cuando deje de estar operativo, necesita otro. De esa manera estás extendiendo la soberanía nacional a la órbita: es como una extensión de tu soberanía en una franja del Espacio. El tráfico de información a través de un satélite conlleva mucha plata. Si eso lo perdés, puede explotarlo otro país. Es un montón la cantidad de dinero que se puede generar”, explicó el operador de red.

De hecho, el desinterés estatal no se justifica –como argumentan en otros casos- por costos y pérdidas. Al contrario. Arsat es una empresa superavitaria que en 2024 ganó seis veces más que en 2023. Así y todo, proyectos parados y sueldos congelados.

Comparti la nota

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Telegram