logo

“Modus Operandi” por Sebastián Russo

Terror, cinismo y moral(es). Reflexiones sobre la reciente represión en Jujuy

Se habla de Modus operandi. Se habla de Laboratorio. Uno sería un procedimiento que ya estaría probado. El otro es un estado de prueba, de “globo de ensayo”, como se dice. El primer término es usado por una de las líderes de la oposición. Entendiendo que tal modo de operación sería el de tirar piedras, sembrar el caos. Vinculando lo que sucede hoy en Jujuy con la manifestación contra la reforma jubilatoria en el 2017. Modus operandi de dos fuerzas de resistencia a un gobierno, provincial ahora, nacional entonces. Y que expresan tal diferencial de poder en el hecho mismo de tirar piedras.

“La piedra nunca puede ser un modus operandi sino más bien la respuesta desesperada, espontánea, de alta exposición y baja efectividad del que tira (literalmente) lo primero que tiene a mano.”

La piedra nunca puede ser un modus operandi sino más bien la respuesta desesperada, espontánea, de alta exposición y baja efectividad del que tira (literalmente) lo primero que tiene a mano. Tirar piedras no es del poderoso. A no ser que este se infiltre y se haga pasar por el que protesta. Lo que de por sí es caótico y perverso incluso en términos de representación (quién es quién). La pedrada como modo es del que no tiene otra forma de protestar. Es la intifada palestina. La piedra es la que construye casas, arte (como cínicamente sostuvo la misma Bullrich) pero también sociedades más justas. Porque siempre es la expresión del débil. Que solo es débil en tal diferencial de poder. Porque la fortaleza del que lucha por su dignidad en inferioridad de condiciones es eterna.

Un modus operandi sí es el del Terror. El actuar de forma ilegal desde los estamentos gubernamentales. Desde fusilar en un basural a la sistematización terrorista estatal de la dictadura. Desde la UCEP macrista que golpeaba indigentes y había desalojado un centro cultural donde militábamos en los 2000, pegando patadas a compañeros en el suelo y hasta embarazadas (lo sé incluso por haber estado allí). Al desalojo del PRO larretismo en la madrugada del sábado pasado (mismo día que la represión de su socio jujeño) de Casa Pringles en la ciudad de Buenos Aires. Donde rompieron los canales de diálogo con una irrupción violenta a un espacio que se involucraba de una situación de intemperie social de la que el gobierno de Larreta no se ocupa.

El terror de las semanas que Santiago Maldonado pasó desaparecido. El de las motos que disparaban y perseguían a mansalva en esas y otras manifestaciones durante el macrismo. Con su momento más álgido en el diciembre del 2017. Con una charla de Horacio González, cerramos ese año, en un centro cultural del sur de la ciudad y con los cartuchos de balas que se usaron en esas jornadas sobre la mesa. El terror impartido desde que Morales/Macri asumen encarcelando irregularmente a Milagro Sala hasta el día de hoy y la persecución y encarcelamiento de opositores ex dirigentes kirchneristas. Terror que en estos años de A. Fernández si bien no se desplegó tampoco se avanzó en desarticularlo incluso a futuro. El modus operandi no es la piedra, es el terror.

“El modus operandi es también la mentira y tergiversación cínica y sistemática de declaraciones que fueron naturalizándose incluso bajo el paragua conceptual de la posverdad. Concepto que terminó siendo menos crítico que operativo.”

El modus operandi es también la mentira y tergiversación cínica y sistemática de declaraciones que fueron naturalizándose incluso bajo el paragua conceptual de la posverdad. Concepto que terminó siendo menos crítico que operativo. La misma referente del PRO y Juntos por el cambio lo evidencia, al enunciarse ahora como víctimas de un complot y acusando de violencia a las otras fuerzas políticas, incluso ante la palmaria evidencia de testimonios, videos, imágenes que expresan lo contrario. Además de una situación jurídico irregular, así como económica social por debajo incluso de la debacle económica generalizada producida por el gobierno nacional (el salario básico del docente jujeño es de 35 mil pesos, por debajo de un plan social).

Me recuerda a la siguiente escena vivida en el tren San Martín. Alguien quiere robar un celular. El dueño se aviva. Le dice qué hacés. Y el que intentó robar le pega en la cara diciéndole qué me acusás hijo de puta. El otro sorprendido le dice me robás y el culpable soy yo. Incluso el ratero no salió corriendo al ser descubierto. Se quedó, lo enfrentó y dio vuelta la acusación. Fue un momento extraño. El infructuoso ladrón salió caminando rezongando por el mal trato dispendiado. El otro y lxs que lo presenciamos descolocadxs.

Este caso particular, tiendo a pensar que no es aislado. Que el que infringe la ley sea el que se siente empoderado e impune, puede ser la expresión de la ruptura del pacto de convivencia normada, legal. Expresión de una democracia dañada. Deriva de la impunidad de una toma de deuda amañada, ilegítima, incluso nombrada como tal por un presidente de nula acción al respecto. Deriva de un intento de magnicidio no investigado. La ley protege al débil. Es lo que le permite resistir (incluso por el propio derecho a la protesta) a los modus operandi de los poderes. Sin ley el modus operandi del poderoso (una redundancia), arbitrario y desregulado, arrasa.

“El no apego a la ley, el no apego a la verdad, “post verdad” y post legalidad/lawfare mediante: ese es el laboratorio. Ese es el ensayo de un nuevo terror en ciernes. Más sofisticado/algorítmico y cínico: lo que ayer se escondía hoy se alardea. Con las mismas consecuencias de brutalidad sobre los cuerpos y las comunidades anticipando lo prometido: ‘el mismo rumbo y más rápido’.”

El no apego a la ley, el no apego a la verdad, “post verdad” y post legalidad/lawfare mediante: ese es el laboratorio. Ese es el ensayo de un nuevo terror en ciernes. Más sofisticado/algorítmico y cínico: lo que ayer se escondía hoy se alardea. Con las mismas consecuencias de brutalidad sobre los cuerpos y las comunidades anticipando lo prometido: “el mismo rumbo y más rápido”. Haciéndolo, experimentándolo incluso en un gobierno de otro signo, del que ya quedan pocas dudas que actúa o inactúa con cobardía y/o complicidad. De CABA a Jujuy a Olivos y Tigre, la historia reciente lo marca, no hay tantas distancias, al menos ideológicas.

Una película estrenada en estos días, La bruja de Hitler, de Virna Molina y Ernesto Ardito, intenta no solo historizar el fascismo (actual), sino reubicarlo y expandirlo geográficamente. Lo hace centrándose en el nazismo y sus derivas argentinas. Es decir en la matriz racista que tuvo en la Alemania del III Reich su expresión alucinada pero que se entronca aquí con una historia europeísta de racismo colonial aún vigente. He allí las condiciones de emergencia de lo que está en juego, la traducción neocolonial de la pugna por recursos naturales, el litio -el nuevo Potosí-, la puja por cuantiosas rentas concentradas o distribuibles. He allí una de las claves que se pone en juego en las próximas elecciones, incluso internas.

Sebastián Russo (La Plata, 1973). Sociólogo, escribiente. Lic. en Sociología con especialización en Soc. de la Cultura. Doctor en Ciencias Sociales UBA (2022). Docente en Sociología del Arte, Sociología (de la Imagen), Pensamiento Social Argentino y Latinoamericano (UBA/UNPAZ). Investigador IDEPI/UNPAZ. Dirigió los proyectos de investigación “Memorias Imaginadas” (UNPAZ), “Sombras Terribles. Imágenes y figuraciones de lo maldito” (UMSA), “Formas de lo invisible. El espectro como cuestión estético-política” (FFyL/UBA), entre otros. Codirector de plataforma VerPoder-Ensayos de la mirada. Cofundador de las revistas culturales Relámpagos, Carapachay, Tierra en Trance y En ciernes Epistolarias. Publicó el poemario Fluir Seco. Crónicas de una letanía (2015), los libros La parva muerte o la memoria de los otros (2018) y En la lengua que cortaste o la memoria de nosotros (Milena Caserola, 2021). Compiló Los condenados. Pasolini en Latinoamérica (Nulu Bonsai, 2017) y Coutinho, cine de conversación y antropología salvaje (Nulu Bonsai, 2013), entre otrxs.

Comparti la nota

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Telegram