El gobierno y la CGT muestran señales de progreso en sus conversaciones, con la posibilidad de evitar un paro general. Tras una reunión en la que se rechazó inicialmente la demanda de homologación de acuerdos salariales por encima de la inflación, el gobierno cambió de postura y se comprometió a aceptar dichos acuerdos.
El gobierno tomó una medida crucial para intentar evitar el paro general convocado por la CGT la semana pasada. Después de una reunión entre funcionarios gubernamentales y dirigentes sindicales, en la que se rechazó la demanda principal de homologar acuerdos salariales por encima de la inflación, se produjo un cambio de postura por parte del gobierno.
En el encuentro, participaron dos de los tres secretarios generales de la CGT, Héctor Daer y Carlos Acuña, junto con Hugo Moyano en representación de su hijo Pablo. Tras la reunión oficial, Moyano continuó la discusión con el titular de la Secretaría de Trabajo, Julio Cordero, ya que el acuerdo paritario del gremio camionero estaba en la mira por haber superado la pauta oficial.
Uno de los puntos de discordia entre la CGT y el gobierno era la homologación de los acuerdos salariales que excedieran la inflación. Sin embargo, Julio Cordero anunció que el gobierno finalmente aceptará homologar dichos acuerdos, reconociendo la libertad de las partes para negociar. Además, destacó la importancia de la responsabilidad social en la negociación de estos acuerdos, ya que los salarios no pueden ser reducidos una vez establecidos.
Por otro lado, Cordero mencionó la necesidad de discutir una reforma laboral consensuada como parte de las negociaciones con la CGT. Aunque consideró que el paro general es una medida cuestionable, manifestó que el diálogo con la CGT seguirá abierto, ya que el objetivo es avanzar juntos hacia el progreso del país.