La Gendarmería, bajo las órdenes de Patricia Bullrich, aplicó el protocolo antipiquetes tras advertir que en la movilización había “grupos anarquistas”.
La jornada de este miércoles se vio empañada una vez más por un fuerte operativo de seguridad y represión que afectó a la marcha de jubilados frente al Congreso de la Nación, horas después de que el gobierno hiciera caer la sesión para tratar el aumento de haberes. El despliegue, ordenado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, bajo el argumento de la presencia de «grupos anarquistas», dejó un saldo de varios heridos y detenidos, incluyendo a dos fotógrafos.
Tras montar un fuerte operativo policial a las 12 del mediodía, miembros de la Policía Federal, Gendarmería y la Policía de Seguridad Aeroportuaria activaron el protocolo antipiquetes cuando los manifestantes empezaron a marchar en las inmediaciones de la Plaza de los Dos Congresos. Las corridas, palos y gases lacrimógenos fueron la respuesta ante la legítima protesta de los jubilados y de quienes se acercaron a apoyar su reclamo.
El ostensible despliegue policial no solo afectó a los manifestantes, sino que también provocó extensos cortes de tránsito a lo largo de la Avenida de Mayo, desde la Casa Rosada hasta el Congreso, alterando la dinámica habitual del centro de la ciudad.
Entre los detenidos se encuentran los fotógrafos Tomás Cuesta y Javier Iglesias. Según los reportes, Cuesta fue tirado al suelo, golpeado e inmovilizado con una rodilla sobre su cabeza, una imagen que reaviva la preocupación por la violencia institucional y la libertad de prensa.
De la movilización participaron diversas organizaciones políticas, entre ellas el Frente de Izquierda, el Polo Obrero y la UTEP. Zulema, de Jubilados Insurgentes, relató: “Hoy hubo mucha represión a los jubilados en el Congreso. Un grupo grande fuimos cambiando el lugar de corte, y dimos varias vueltas. Terminamos haciendo un semaforazo en Corrientes y Callao, y hasta allí nos fueron a reprimir. Pero les aviso a los que estén preocupados, que estamos todos bien”.
La situación de los dos reporteros gráficos es motivo de creciente preocupación. Pasadas las 19:30, ambos permanecían demorados en la vía pública. Organizaciones de trabajadores de prensa y jubilados hicieron circular un comunicado que detalla: “El ataque a la libertad de expresión no cesa, hoy se llevaron detenidos a los Fotoperiodistas Tomás Cuesta y Javier Iglesias, en otro claro ataque al ejercicio del periodismo en medio de la brutal represión a los jubilados. Los tienen en un estacionamiento frente al Congreso, en Hipólito Yrigoyen 1834. Los y las colegas no nos moveremos de aquí hasta su liberación”.
Mientras el Gobierno sigue destinando una enorme cantidad de dinero para montar estos operativos de seguridad, la realidad económica que enfrentan los adultos mayores en Argentina es apremiante: la jubilación mínima se sitúa actualmente en $285.820, mientras que la Pensión Universal de Adulto Mayor (PUAM) alcanza los $228.656 y la Pensión No Contributiva es de $200.074.
A esta situación se suma el reciente vencimiento de la moratoria previsional en marzo, una medida que permitía acceder a una jubilación a aquellos trabajadores que, si bien habían alcanzado la edad requerida, no contaban con los 35 años de aportes necesarios.
Tensión frente al Congreso: Gendarmería desalojó con empujones a jubilados que se manifestaban por la moratoria y el bono. En Diputados no hubo quórum para tratar el tema. Otro miércoles marcado por la represión y la parálisis legislativa. pic.twitter.com/6CnV0vHLvK
— Sergio Rosso (@Sergrosso) May 21, 2025