Este miércoles, las fuerzas federales de Patricia Bullrich tiraron gases lacrimógenos y unas 70 personas tuvieron que ser atendidas por voluntarios, mientras que una mujer debió ser trasladada por el SAME.
Una vez más, el Congreso Nacional fue escenario de una jornada de protesta y violencia en la calle. Siguiendo la rutina de todos los miércoles, cientos de jubilados, apoyados por organizaciones sociales y políticas, y distintos ciudadanos, realizaron una manifestación para reclamar una mejora en la jubilación mínima. Y ahí se encontraron con la misma respuesta de siempre: un férreo operativo de seguridad, donde la Policía Federal reprimió con palos, gases y empujones.
El foco de conflicto volvió a ubicarse en la intersección de Rivadavia y Entre Ríos, frente al histórico edificio del parlamento argentino.
Como es habitual, cerca de las 17hs los manifestantes iniciaron una ronda alrededor de la sede del Poder Legislativo nacional. Cuando intentaron movilizarse por la calle los efectivos lo impidieron. Allí se sucedieron empujones, insultos, que derivaron en la utilización de gases de parte de la policía sobre los manifestantes.
Como consecuencia de los cruces entre la policía y quienes participaron en la marcha, los efectivos demoraron al menos a una persona. Si bien en el momento no se informó su identidad, un móvil de C5N que se encontraba frente a la reja de ingreso del palacio logró abordarlo. “Sólo quise impedir la represión”, alcanzó a expresar el hombre, mayor, que llevaba puesto un sombrero.
También intervinieron integrantes del SAME, el servicio de emergencias médicas, para brindar asistencia a una mujer herida que fue afectada por el gas pimienta que utilizaron las fuerzas de seguridad. Fue trasladada en una ambulancia, mientras otras 50 personas fueron asistidas en el lugar por parte de los voluntarios que habitualmente acompañan estas movilizaciones.
Los jubilados, a pesar de la creciente violencia policial, reafirmaron su determinación de continuar con las protestas. «No le tenemos miedo a la policía de Bullrich, miedo le tenemos a morirnos de hambre», expresó una manifestante a una periodista de C5N, evidenciando la desesperación que impulsa sus reclamos.
Otro jubilado, mientras recibía atención médica por los efectos del gas lacrimógeno, anunció que se sumará a la marcha convocada para el próximo 1º de mayo en la Plaza de Mayo, prometiendo: «No nos van a cansar, no nos van a callar».
Entre los afectados por la represión se encontró el diputado de izquierda Alejandro Vilca, quien debió ser atendido en la enfermería del Congreso Nacional por un grupo de médicos “luego de recibir los gases de la policía de Patricia Bullrich a los jubilados”.
“¡Orgullo de estar con ellos todos los miércoles, basta de represión y hambre a los jubilados!”, publicó el diputado en redes sociales.
Está escribiendo este tuit la compañera que me está acompañando en la guardia oftalmológica. Donde estoy esperando ser asistido luego de los gases de la Policía de Bullrich a los jubilados. ¡Orgullo de estar con ellos todos los miércoles, basta de represión y hambre a los… pic.twitter.com/3Ymu8cmiPy
— Alejandro Vilca (@vilcalejandro) April 16, 2025