El ministro de Economía de la Nación planea vender inmuebles y centrales hidroeléctricas para cumplir con la meta exigida por el Fondo Monetario Internacional. Cree que podrá recaudar «miles de millones de dólares».
Esta semana, mientras todas las miradas mediáticas estaban puestas sobre la sentencia de la Corte Suprema a Cristina Fernández de Kichner, el ministro de Economía, Luis Caputo, confirmó que el Gobierno avanza en un plan para la venta de «miles de millones de dólares» en activos públicos. El objetivo principal de esta estrategia es acumular reservas en el Banco Central y ofrecer tranquilidad a los inversores sobre el cumplimiento de la deuda pública, en un contexto donde la prioridad económica es mantener el dólar «planchado» hasta las elecciones de octubre.
Caputo detalló esta iniciativa en el programa «Las Tres Anclas» del canal de streaming Carajo, una plataforma que difunde ideas libertarias. En el ciclo, el ministro estuvo acompañado por integrantes de su equipo económico, incluyendo a Federico Furiase, Martín Vauthier y Felipe Núñez, directores del Banco Central y el BICE, respectivamente, además del viceministro José Luis Daza y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili.
El ministro anticipó que, para incrementar las reservas internacionales, «también está la opción de la que no se habla pero en la que nosotros de hecho estamos trabajando: que va a haber venta de activos por miles de millones de dólares».
Caputo fue específico sobre las fuentes de estos ingresos: «Vamos a vender muchos de los activos de la AABE (Agencia de Administración de Bienes del Estado) y eso va a generar un ingreso de miles de millones». Además, adelantó que «va a haber licitaciones, por ejemplo, de centrales hidroeléctricas en el corto plazo, en las que el Estado recaudará 400 o 500 millones de dólares. Va a haber privatizaciones».
La AABE es el organismo encargado de la administración de todos los inmuebles del Estado, incluyendo edificios públicos y terrenos ociosos. Entre estos últimos, se destacan los apetecibles playones ferroviarios que rodean las estaciones de Retiro, Caballito, Liniers y Constitución, de gran interés para desarrolladores inmobiliarios.
En cuanto a las centrales hidroeléctricas, su posible venta está en estudio desde hace tiempo, ya que las concesiones originales de 30 años, otorgadas durante el menemismo, ya vencieron. La particularidad es que lo que se concedió fue el servicio, mientras que las represas siguen siendo propiedad del Estado, lo que implica un trámite de venta más complejo y extenso.
Estas privatizaciones y ventas se suman a otros recursos que el Gobierno anunció recientemente para obtener dólares. Entre ellos, se destaca la concreción de un repo (préstamo garantizado con activos públicos) con bancos privados, cuyos detalles se darán a conocer en los próximos días. Asimismo, se incorporará la licitación mensual de los Bonte, títulos en pesos suscriptos en dólares y reservados para inversores del exterior, que tuvo un lanzamiento experimental hace diez días.
Con estas herramientas, el Gobierno busca mitigar el posible incumplimiento de la meta de acumulación de reservas prometida al Fondo Monetario Internacional –uno de los principales criterios de desempeño del programa firmado en abril–, que requeriría reunir unos 4.500 millones de dólares. Como primera medida, las autoridades lograron postergar la auditoría del FMI, que se iba a realizar la semana próxima y fue demorada hasta fines de julio. Este retraso, junto con el repo y las nuevas emisiones de Bonte, serviría para paliar el incumplimiento de ese objetivo.