Una declaración triunfal antes de tiempo, las maniobras defensivas del PRO ante su posible extinción y las ”operaciones” de Bullrich que hacen a un lado la impericia discursiva de Karina Milei; por Martín Gambarotta.
El año se va. Se viene un 2025 electoral. Cada vez que hay que votar en una elección de medio término se tiende a decir lo mismo: es un voto crucial. Es crucial, sí, también para el presidente libertario Javier Milei, que necesita consolidar su posición. Diciembre, en la superficie, pasó de manera apacible. Los libertarios creen que se afianzan a base de un voluntarismo fundado en el patoterismo de las redes sociales y la desinformación. Milei ya se declara el mejor presidente de la historia sin esperar que se termine su mandato. Para Navidad retuiteó una foto de un centro comercial colmado, se suponía que era Unicenter en vísperas de noche buena. Pero resulta que la foto no era de Unicenter sino de un centro comercial en China, el gigante asiático que hasta hace poco Milei denostaba por “comunista”. Ahora bien, o los libertarios estaban desinformando con la foto, o estaban ejecutando una doble ironía: sabían que era una foto de China, sabían que no era una foto de Unicenter y estaban mandándose un chiste para aguijonear a la oposición otra vez.
La afirmación libertaria de que los centros comerciales están atestados de gente es muy dudosa. Los salarios en el año pierden mal contra la inflación. Milei utiliza piruetas estadísticas que por momentos solo él entiende para afirmar que la economía está despegando. Todo es a corto plazo. Las maniobras del Banco Central son especulativas: el jueves vendió 600 millones de dólares para compensar por el fin del impuesto PAIS (por compras atrasadas de las automotrices). El dólar ya no está tan quieto. Los libertarios parecen estar violando una ley básica de toda contienda política: declararse los mejores de la historia antes del final de la historia.
El año que viene es electoral, pero el comienzo puede ser sindical. Está clara la intención del Gobierno de pisar las paritarias. Rodolfo Aguiar, el líder de los estatales de ATE, el viernes le declaró la guerra a Milei y juró presentar batalla en 2025 usando la motosierra para cortar la cabeza de la administración libertaria. Están pendientes las negociaciones salariales de gremios pesados como ferroviarios y camioneros. Aguiar usó una declaración temeraria y una ilustración de Inteligencia Artificial con militantes de ATE para hacer notar el conflicto.
El diputado libertario José Luis Espert dijo que Aguiar es un “simio drogado”, Milei apoyó la declaración. Milei, que sistemáticamente utiliza un lenguaje violento en especial contra los “zurdos”, además se quejó de que tiene que tratar con “salvajes”. Es un movimiento clásico de la agresividad de derecha: primero se apropia de la violencia verbal, para después hacerse la víctima cuando hay un contraataque en los mismos términos. ATE se anotó un punto comunicacional en un momento muy difícil para el peronismo militante y los gremios del sector público.
Hay una tajada significativa de la población que quiere creer que las cosas están funcionando. Suele suceder en el primer año de gobierno. De a poco en 2025 todo será ingeniería electoral. El Gobierno dice que la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei (hermana del presidente), se dedicó todo 2024 a construir un partido nacional libertario: La Libertad Avanza. La irrupción de un nuevo partido redefine el campo de la derecha argentina en un momento en el que esa ideología está en boga.
Milei sabe que tiene que definir su relación con el partido de centroderecha PRO, liderado por el expresidente Mauricio Macri. El presidente dijo que La Libertad Avanza y el PRO deben sellar un acuerdo electoral a nivel nacional o nada, en un intento de vencer al kirchnerismo. Macri respondió con un mensaje en la red social X en la que se pronunció de acuerdo, pero llamó la atención sobre la corrupción y la defensa de la “República”. Esto se interpreta como un condicionamiento por parte del PRO a un acuerdo. El partido de Macri, que hasta las presidenciales de 2023 (que perdió) dominaba en la derecha, quiere la aprobación de la ley de ficha limpia, que prohíbe a personas con doble condena confirmada ejercer cargos públicos. Y cuestiona la candidatura del juez federal Ariel Lijo, señalado por algunos de corrupto, a la Corte Suprema, que también presenta su propia interna desquiciada. El juez de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, criticó a su colega que se jubiló, Juan Carlos Maqueda, por el nombramiento de un secretario antes de retirarse. Con la jubilación de Maqueda, la Corte Suprema queda con tres miembros.
La relación entre Milei y Macri ya es dificultosa. Los asesores de Milei, su hermana y Santiago Caputo, miran las encuestas y calculan que pueden absorber al PRO. Hablan de una “fusión”, el tema es que Macri es un magnate que no está acostumbrado a compartir el poder. Piensa que le corresponde tener razón por nepotismo. Por el momento, pocos piensan que Macri y Milei van a presentar candidatos por separado en la provincia de Buenos Aires, el bastión del kirchnerismo.
La reacción de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner a los movimientos de Milei y Macri fue esta: “mafia y delirio, peligroso binomio”.
Lo preocupante para Macri es que La Libertad Avanza está empezando a hacer movimientos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el bastión del PRO. El jefe de Gobierno Jorge Macri (primo del líder del PRO) anunció el viernes el desdoblamiento de las elecciones en CABA, en un movimiento defensivo para frenar lo que puede llegar a ser una embestida de La Libertad Avanza dentro del distrito macrista. El jefe de Gobierno anunció que llamará a sesiones extraordinarias en la Legislatura para suspender las elecciones primarias simultáneas y obligatorias, PASO. La decisión puede indicar que el PRO apoyaría la cancelación de las PASO a nivel nacional en el Congreso.
Lo que teme ahora el PRO, que suena cada vez más como una marca política pasada de moda, es una debacle electoral en CABA que le haga perder el control de la Legislatura. Legisladores de LLA el viernes criticaron el desdoblamiento electoral en la Ciudad. Si la situación entre los dos partidos se deteriora en CABA entonces lo mismo puede suceder en provincia, donde se espera que Fernández de Kirchner sea la candidata del kirchnerismo.
Hay que poner la relevancia de las elecciones de medio término en perspectiva. El kirchnerismo perdió las elecciones de medio término en la provincia de Buenos Aires en 2009 con Néstor Kirchner de candidato, pero después gobernó hasta 2015. El partido de Macri hizo una elección brillante en todas partes para ganar las elecciones de medio término en 2017, pero después se vino abajo de una manera estrepitosa por fallas garrafales en la política económica.
Los medios antiperonistas ahora venden la elección que se viene como una posibilidad de “matar” al kirchnerismo. Es lo que los sectores dominantes desean desde 1945: una garantía de la extinción total del movimiento nacional y popular.
Una victoria del kirchnerismo sería inaceptable para la narrativa libertaria. La ironía, como sucede muchas veces, es que el partido que está luchando por su vida es el PRO, en especial si La Libertad Avanza se anima a jugar en CABA.
La contra para Milei es que en las presidenciales de 2023 no le fue especialmente bien ni en CABA, ni en la provincia de Buenos Aires, donde gobierna el kirchnerismo. Pero los libertarios piensan que van ganando. Apuestan al descalabro del PRO. Los ministros Luis Caputo (economía) y Federico Sturzenegger (desregulación) fueron funcionarios en el gobierno de Macri y ahora son fanáticos servidores de Milei. La ministra de Seguridad Patricia Bullrich fue la candidata presidencial del PRO y ahora se especula con que puede ser candidata por La Libertad Avanza. Ese trío ya no recibe órdenes de Macri. El PRO llama a luchar contra la corrupción pero todavía no se esclarecen las acusaciones contra el Diputado Cristian Ritondo, jefe del bloque de Diputados del partido, que dicen que tendría propiedades sin declarar a nombre de su esposa en Miami. A Ritondo ahora se le suma otra denuncia de emprendimientos inmobiliarios en CABA y Pinamar. Ritondo dice que tiene “todo declarado”.
El que salió a defender a Ritondo fue Milei, alegando que el diputado es víctima de una “operación” por apoyar las leyes del Gobierno en el Congreso.
A esto hay que sumarle los problemas de la administración de Jorge Macri en CABA. La última mala noticia para Jorge Macri fue la fuga de 17 presos de una alcaldía, a cargo de la Policía de la Ciudad, por un boquete en Liniers. Los noticieros se cansan de repetir las noticias sobre “inseguridad” en el conurbano, pero a las fugas de las comisaría porteñas, que fueron varias durante el año, se las pasaba por alto. No fue el caso con esta última fuga masiva. El jefe y subjefe de la Policía de la Ciudad fueron despedidos. En definitiva, la conducción política de la Ciudad culpó a la policía por lo sucedido en un intento de proteger su reputación.
Antes del bochorno de la alcaldía, Jorge Macri ya tenía problemas con su equipo de seguridad. Diego Kravetz este mes dejó la Secretaría de Seguridad porteña para transformarse en el número dos de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), que controla Milei. Jorge Macri, al menos por ahora, parece haber decidido mantener en su puesto a su Ministro de Seguridad Waldo Wolff a pesar de la crisis. De paso, hay un video que muestra a Kravetz cuando era secretario de Seguridad golpeando a un joven detenido por la Policía de la Ciudad debido al robo del celular de su hijo en octubre.
El otro flanco abierto en la derecha es con la vicepresidenta Victoria Villarruel, que se entiende como una ultranacionalista siempre al borde de reivindicar a la Triple A y la última dictadura militar. Villarruel se opone a la designación de Lijo, y también criticó el accionar del Gobierno después del arresto de un gendarme argentino en Venezuela. Las autoridades venezolanas el viernes confirmaron que el gendarme está preso, sospechado de ser parte de una conspiración terrorista. Acusaron a Bullrich de ser parte del plan con otro funcionario. Para el gobierno argentino y la prensa amiga, el gendarme iba a visitar a su pareja y está “secuestrado” ilegalmente por los bolivarianos.
Milei y su equipo ahora acusan a Villarruel de permitir un aumento astronómico en la dieta de los senadores. Villarruel reaccionó explicando que no es senadora y no controla el tema de los sueldos en la Cámara Alta. La vice, que mide bien en las encuestas, está aislada y no tiene una estructura nacional como la que está armando Milei.
El Gobierno se comporta como una corporación privada disfuncional, no puede controlar sus internas. El último choque sería entre Karina Milei y Bullrich, que busca tener más influencia en la mesa política del presidente. Los libertarios sueñan a su vez con un futuro político para Karina Milei. Hay un problema: le cuesta hablar en público.
Milei el jueves se reunió con un grupo de diputados de la Unión Cívica Radical (UCR), incluyendo al líder del bloque radical, Rodrigo de Lodero, y los tres legisladores que fueron expulsados por apoyar posturas del Gobierno en la Cámara Baja. Este acercamiento también hiere al PRO, que contaba a la UCR como aliada en la coalición Juntos por el Cambio. La reunión fue gestionada por Bullrich y por el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem. Debilita a Macri y demuestra que Bullrich quiere jugar políticamente en el partido de Gobierno más allá de las objeciones de Karina Milei, que es menos experimentada. La tendencia natural de Bullrich a operar la puede hacer colisionar con la hermana del presidente. Hay otro sector de la UCR, liderado por el senador Martín Lousteau, que se opone al Gobierno. La reunión de los radicales díscolos con Milei que se dio el jueves puede llevar a una ruptura definitiva en la UCR.
El diputado Roberto Mirabella, de Santa Fe, mientras tanto defeccionó del bloque kirchnerista en la Cámara de Diputados.
Ante tanta especulación hubo una noticia bien concreta: las Abuelas de Plaza de Mayo anunciaron que encontraron al nieto 138. No hay finta comunicacional que pueda borrar la apropiación de bebés que tuvo lugar durante la última dictadura militar.