Literatura
La contemplación de lo inaudito e inesperado. Tres poemas inéditos de Cataclismo (Castelar, 1999) en los que la mirada se deja permear por lo que ve como si no hubiera membrana capaz de separar sujeto y entorno, ficción y realidad, presente y pasado.
Camelias Un montón de camelias se escaparon de un libro y florecieron en la habitación invadieron todo están en el piso en el escritorio entre la biblioteca y sobre la ropa sucia yo contemplo el espectáculo boquiabierta como si fuera algún tipo de magia una alucinación camino con cautela no quisiera pisar los caracoles o sin querer enredarme entre los tallos de las flores recuerdo cuando removí las sábanas y escupí las manchas de la pared recuerdo la incertidumbre un bicho alado zumbando en mis oídos por las madrugadas hoy las camelias habitan cada pliegue de la casa sólo resta cuidarlas hasta que mueran. *** Veneno que trago siempre el mismo sabor la soledad frente a la idea esta lluvia torrencial llegó cuando nadie la esperaba me gustan las sorpresas tropicales porque me da miedo el viento y las copas de los árboles bailando eufóricas quizás reconozco esa euforia es la misma que disimula el corte y me cuida del ardor en la mentira. *** La serpiente plateada Me persigue un concepto un sueño el fantasma soy yo de vieja con canas lacias en el flequillo caen sobre mis ojos negros tapándome las cejas mi cara se ha vuelto un mapa de arrugas cicatrices de peleas marcas de machetes enemigos sabia y silenciosa se sienta a merendar conmigo rodeada por infinitos aparatos desconocidos y no quiere contarme si viene de una distopía o del comunismo me mira me dice que ya no le importa ser linda ahora es feliz la juventud era una prisión un castigo estético un desierto para devenir sujeto un desierto para tener sed por siempre me dio tanta intriga conocerla que comencé a preparar las citas con antelación a pintarme las uñas antes de verla quiero volver a tocar esas manos piel de víbora brillante estas manos corroídas por la humedad para que me acaricie y diga ninguna tragedia será la calamidad que creía siquiera la muerte nada nunca va a sacudir el misterio nada rompe esta intensidad perversa hermosura de los días hace tiempo ya no viene a mi encuentro me dejó plantada con el café tibio entre las manos bajo la vista resignada para mojar las vainillas y noto la transformación pelo áspero un leve temblor sacude la taza y esta piel que me recubre esta piel que parece pegada a los huesos se desajusta para volverse una arruga y mil para volverse la piel de la serpiente plateada ya es hora de viajar al pasado y decirme todo va a estar bien.
Cataclismo (Castelar, 1999). Seudónimo de Catalina. Estudia Filosofía en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Da clases de inglés y traduce poesía. Publicó, de manera independiente y autogestiva, su primer libro La mutación de la serpiente (La Mugre, 2023).