En medio del escándalo por un aumento salarial del 48% para él y su Gabinete, contradiciendo su discurso anticasta, Milei intentó culpar a Cristina Kirchner. Luego de ser desmentido por ella, el Gobierno oficializó la marcha atrás con el incremento y Milei echó al secretario de Trabajo, Omar Yasin.
En un giro inesperado de los acontecimientos, el presidente Javier Milei se vio envuelto en un escándalo tras la revelación de un aumento salarial del 48% para él y su Gabinete, contradiciendo su discurso contra la “casta” política. El incremento, que entró en vigor a través del Decreto 235/2024 firmado por Milei el 28 de febrero, generó un repudio creciente en las redes sociales y una ola de críticas tanto desde la oposición como desde sectores dialoguistas.
La medida, que contradice la retórica anticasta de Milei y su enérgica oposición al gasto presupuestario derivado de los cargos políticos, desató un enfrentamiento con los gobernadores provinciales y puso en entredicho su postura respecto a la austeridad y la crisis económica que atraviesa el país.
La situación alcanzó su punto álgido cuando la diputada nacional Victoria Tolosa Paz reveló el crecimiento de los ingresos para el presidente y su Gabinete, desencadenando un cruce de acusaciones entre Milei y Cristina Fernández de Kirchner. Milei, en un intento por desmarcarse del aumento, atribuyó la responsabilidad a un decreto firmado por la expresidenta en 2010, lo que provocó una respuesta contundente de CFK quien señaló la falta de originalidad en culpar a una mujer por la situación.
Sin embargo, la polémica no terminó ahí. En un sorprendente giro, Milei decidió despedir al secretario de Trabajo, Omar Yasin, a quien responsabilizó por el decreto que dispuso el aumento salarial, a pesar de que la firma del funcionario no figuraba en el documento en cuestión.
Ante la creciente presión y el escándalo desatado, el Gobierno finalmente oficializó la marcha atrás con el incremento y el congelamiento de los salarios del Poder Ejecutivo. Milei, en un último intento por justificar la situación, culpó nuevamente a Cristina Kirchner y reiteró su compromiso con la austeridad y la eliminación de privilegios políticos en medio de la crisis económica que enfrenta el país.
Este episodio deja al descubierto las contradicciones en el discurso y las acciones del presidente Milei, quien enfrenta ahora el desafío de restaurar la confianza en su liderazgo y en su compromiso con los principios que promueve.