Aunque se registró una leve baja respecto al mes anterior, la inflación acumulada en el año ya alcanza el 101,6%, muy cerca del 104,4% proyectado para todo 2024. Los aumentos en servicios públicos y alquileres lideraron el alza de precios.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó que la inflación de septiembre fue del 3,5%, marcando una leve desaceleración respecto al 4% registrado en agosto. A pesar de esta disminución, la inflación sigue siendo elevada, lo que refleja las fuertes presiones inflacionarias generadas por el plan económico del Gobierno. La recesión provocó una caída en el consumo de alimentos y productos de primera necesidad, como ropa y artículos de limpieza e higiene. Esta contracción en el consumo ha limitado el aumento de precios en esos sectores, según un informe del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Isepci) publicado esta semana.
Sin embargo, los datos del INDEC indican que los precios continúan subiendo más allá de las previsiones oficiales. Aunque el Gobierno estimaba una inflación del 104,4% para este año, al cierre de septiembre ya se acumulaba un 101,6%. Con este escenario, parece poco probable que se cumpla la proyección del Ministerio de Economía, lo que generaría un impacto estadístico para 2025 mayor al previsto en el proyecto de Presupuesto, que anticipa una inflación anual del 18%, una cifra que se percibe como inalcanzable.
Durante septiembre, la mayor presión inflacionaria provino de los aumentos en los servicios públicos. El INDEC destacó que la categoría de mayor incremento fue “Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles”, con un alza del 7,3%, impulsada por las subas en alquileres y tarifas de servicios. De manera similar, la Dirección de Estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires informó que esta categoría subió un 4,3%, siendo uno de los principales factores del aumento en la Ciudad.
Este fenómeno no se limitó al Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), sino que fue la división con mayor incremento en todas las regiones del país. En septiembre, mientras que los bienes aumentaron un 3%, los servicios subieron un 4,6%, lo que refleja el impacto de las tarifas en los costos.
Además, los precios regulados, que incluyen tarifas y otros servicios controlados por el Gobierno, crecieron un 4,5% en septiembre. En contraste, la inflación núcleo, que excluye los precios más volátiles, subió un 3,3%, y los precios estacionales mostraron una caída del 2,9%.
La categoría “Alimentos y bebidas no alcohólicas”, que tiene el mayor peso en el índice de precios, mostró una desaceleración del 2,3% debido a la caída en el consumo.
La consultora LCG señaló que la desaceleración inflacionaria se debió principalmente a factores que restringieron los aumentos de precios, como una actividad económica débil y la apertura de importaciones a través de la reducción de impuestos y aranceles. También mencionó la estabilidad cambiaria, con un dólar oficial que aumentó un 2% mensual y una brecha cambiaria en descenso.
El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) destacó que la caída en el consumo y la moderación en los mercados cambiarios influyeron en la evolución de los precios. En septiembre, el tipo de cambio oficial mayorista subió un 1,9%, mientras que el dólar contado con liquidación (CCL) cayó un 4%.
A pesar de estos datos, el Gobierno celebró la reducción de la inflación, aunque en un contexto de salarios deprimidos y pérdida de poder adquisitivo. Esto explica por qué conflictos como el de los docentes universitarios continúan en el país.
El presidente Javier Milei escribió en la red social X: “INFLACIÓN BAJANDO”, y atribuyó este logro a su estrategia económica, afirmando en su habitual tono grandilocuente: “Nunca antes has visto luchar contra la inflación así. Tarda un poco más, pero es genuino”.