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LO QUE QUIEREN ES VERLA MUERTA; POR MARTÍN GAMBAROTTA

El interés malsano por liquidar a Cristina Kirchner, la impericia histórica de la oligarquía antidemocrática, las cuentas que no le cierran a Galperín y el paseo Caputo movilizado por un FMI con desconfianza hacia su gestión.

El presidente libertario Javier Milei estaba de ánimo metafórico durante una entrevista el domingo pasado con un canal de noticias por cable. Al principio, Milei se resistió un poco a hablar de política, pero finalmente admitió que le daba “morbo” clavarle el último clavo al ataúd del kirchnerismo con el cuerpo de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner adentro. La imagen era violenta pero rápidamente los amigos del presidente en la prensa salieron a aclarar que se trataba de una metáfora. ¿Y qué hay de la palabra “morbo”? Va una definición clásica: interés malsano por personas o cosas.

Fernández de Kirchner reaccionó rápido en la red social X acusando al presidente de querer matarla. El intento de asesinato contra la expresidenta en 2022 no tuvo nada de figurativo. Un joven le apuntó con una pistola a la cabeza y la bala no salió. Ya en el reciente Coloquio de IDEA el ministro de Economía Luis Caputo insistió con la idea de que el kirchnerismo “no vuelve más”. La historia no acompaña a Caputo. La oligarquía tuvo 18 años para terminar con Juan Perón y, probando su legendaria impericia, gracias a todos los poderes a su disposición no lo logró.

Ahora lo que quieren es verla muerta a Fernández de Kirchner y al kirchnerismo, lo que complica bastante la idea de tener una democracia civilizada. Esto sucede en el momento en que la figura de Fernández de Kirchner según las encuestas parece estar revitalizada, en especial en el conurbano bonaerense. Ya se dijo acá: si, según la narrativa del momento difundida por los periodistas amigos del presidente, los jóvenes les pidieron a sus padres que votaran a Milei, ahora los mayores están informándoles a sus hijos de lo que vivieron durante las presidencias de Fernández de Kirchner en 2007-2015.

Este es el problema para los que quieren asistir al funeral del kirchnerismo, la conversación política nacional no cesa nunca, fluye, y ese fluir incluye a Fernández de Kirchner. Los deseos de liquidarla, como dice el diccionario, son malsanos. Esto ocurre cuando Fernández de Kirchner lanzó su candidatura para presidir el Partido Justicialista (PJ). El gobernador de La Rioja Ricardo Quintela encabeza otra lista (si finalmente a última hora conseguía certificar sus avales). La novedad es que el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, se abstuvo de apoyar explícitamente a Fernández de Kirchner.

Ahora el que decide es el votante peronista, la misma población que se las ingenió para aguantar 18 años de opresión.

Algunos llaman a la moderación. El expresidente liberal Mauricio Macri dijo que el lenguaje de Milei era demasiado “violento”. Pero Macri sigue haciendo negocios políticos con el presidente y es probable que su partido, PRO, forme una alianza con el partido de gobierno La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires, para luchar juntos electoralmente contra el peronismo el año que viene. Macri sigue reuniéndose con Santiago Caputo, el principal asesor de Milei. La tensión entre los dos disminuye, pero Macri desliza que Milei “se desentiende” de los asuntos presidenciales y los delega en Santiago Caputo.

Igual, durante la semana Milei en persona se dedicó a tejer contactos con los gobernadores Hugo Passalacqua (Misiones), Raúl Jalil (Catamarca), Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Gustavo Sáenz (Salta). Jaldo y Jalil son dos gobernadores peronistas que le están brindando apoyo a Milei en el Congreso. La que cruje es la Unión Cívica Radical (UCR). El bloque de la UCR se partió en diputados por disputas sobre el apoyo de un grupo de cinco diputados radicales al gobierno de Milei. Hay un sector, liderado por el Senador Martín Lousteau, que se opone abiertamente a Milei.

¿Cómo será el Congreso en el futuro? Elisa Carrió, una ferviente anti-kirchnerista, dijo que el Gobierno teme que Fernández de Kirchner gane las elecciones de medio término en la provincia de Buenos Aires. Si gana la expresidenta el año que viene, según Carrió, el gobierno de Milei cae. En el Gobierno tildaron a Carrió de “tremendista”.

Lo singular es que las cosas parecen estar bajo control en el corto plazo. El riesgo país el viernes bajó por debajo de los 1000 puntos por primera vez en cinco años. El Gobierno fabrica titulares casi a diario. Anunció la privatización del tren Belgrano Cargas y propone reformas en las telecomunicaciones. Otro título: la disolución de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) para crear una nueva agencia tributaria, ARCA, más reducida, con salarios ejecutivos más bajos. El plan del Gobierno es rebajar los sueldos jerárquicos, históricamente altos en AFIP, y cortar empleos. La medida disparó protestas de los empleados y el riesgo es que el creciente resentimiento interno en la administración pública termine por paralizar al Gobierno a la larga. Una señal de las tensiones puede ser el comunicado oficial en el que se nombró a las Islas Malvinas también como Falklands, su nombre según la usurpación británica. Cancillería y el Ministerio de Defensa entraron en pánico y se culparon mutuamente por el pifie diplomático. Finalmente se optó por buscar un empleado culpable y “despedirlo”. Lo que quedó en claro es que algo no está del todo bajo control en los ministerios.

Así y todo, el diario británico Financial Times dijo en una nota que Milei está venciendo a los escépticos. Este es el mismo diario que fue acusado por Marcos Galperín, el multimillonario dueño de Mercado Libre, de haber entrado en decadencia progresista cuando hace poco publicó una nota analizando el programa económico de Milei.

Galperín sigue muy activo en X. Ahora se quejó de las trabas para abrir un predio de Mercado Libre en La Matanza, gobernado por el PJ. Culpó a los “80 años de peronismo” por la situación. No dan las cuentas a los falangistas. La historia es un poco más rebuscada. Galperín, tuvieron esos 18 años más siete de dictadura militar entre 1976-83 para terminar con el peronismo y no pudieron aniquilarlo. Algo está pasando en el territorio como para que todavía se hable de una posible victoria del kirchnerismo en Buenos Aires y se añore su total desaparición al mismo tiempo.

El Gobierno mientras tanto hace cosas que no necesariamente caen bien. De pronto, desaparecieron de los medios el debate por el financiamiento universitario y la privatización de Aerolíneas Argentinas. ¿Será que las encuestas muestran que no hay apoyo para el Gobierno en estos temas?

La Universidad de Buenos Aires (UBA) pasó a la ofensiva el viernes cuando presentó una demanda legal en tribunales alegando que la decisión del Gobierno de auditarla con la SIGEN viola la autonomía universitaria. Para el Gobierno la jugada demuestra que la UBA no quiere mostrar sus números, pero la universidad dice que está dispuesta a ser auditada por los canales correctos y no por la SIGEN que depende del ejecutivo. La UBA dice en su escrito que rinde cuentas a la Auditoría General de la Nación (AGN). “La SIGEN no tiene competencias para auditar a las universidades nacionales”, dice la UBA. La reacción inmediata del Gobierno fue salir a declarar que la presentación es una muestra clara que la UBA esconde algo y se resiste a ser auditada. El Gobierno otra vez confía que puede torcer los asuntos a fuerza de gritos en las redes sociales.

Hay hostigamiento por todas partes. Luis Caputo sigue su guerra en contra de los municipios que cobran tasas municipales en servicios y otros productos. ¿Qué decide hacer el Gobierno? Cerrar una sucursal del Banco Nación en La Matanza, una medida que no le facilita la vida al vecino.

Milei también usó la entrevista para atacar a Marcelo Bonelli, el histórico periodista económico del Grupo Clarín, supuestamente por inventar acusaciones contra el saliente secretario de Salud, Mario Russo. Para agregarle carga a la tensión el Gobierno eliminó exenciones al IVA el diarios, revistas y medios digitales.

El ministro de Economía mientras tanto fue a Washington a reunirse con la jefa del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva. En público, el FMI elogió el plan de Caputo, pero los cables de las agencias internacionales hablan de tensiones en privado sobre los controles de capitales: el cepo, que todavía rige en el país. Argentina, según el Gobierno, necesita fondos frescos del FMI para levantar el cepo. Pero para el fondo no está tan claro que tenga que intervenir en ese asunto hasta que Caputo no haga los deberes.

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