Un informe revela que los jubilados perdieron en promedio 10 millones de pesos desde la gestión de Macri hasta la fecha, con un ajuste fiscal que disparó la pobreza en adultos mayores y disminuyó drásticamente el poder adquisitivo. La crisis económica golpeó una vez más a los jubilados, ubicándolos en una situación vulnerable al enfrentar una creciente precarización.
Un informe reciente puso de manifiesto el devastador impacto de la política económica en los jubilados argentinos, quienes, en promedio, perdieron 10 millones de pesos desde la gestión de Mauricio Macri hasta la actual administración de Javier Milei. El ajuste fiscal de 2024 profundizó esta transferencia millonaria, aumentando exponencialmente la pobreza en el sector de los adultos mayores, cuya situación se deterioró a un ritmo cuatro veces mayor que el promedio general de la población.
Las jubilaciones y pensiones siguen siendo el principal objetivo de los recortes fiscales del gobierno de Milei, que implementó un ajuste de 7,9 billones de pesos. Esto provocó que el valor de la jubilación media sea un 39% inferior al de 2015, mientras la pobreza en adultos mayores ha alcanzado niveles alarmantes. Según el informe del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE), la pobreza en este grupo se disparó un 12,8% en solo un año, la cifra más alta desde la crisis de 2001. Más de un millón de jubilados se encuentran por debajo de la línea de pobreza, sin recursos suficientes para cubrir necesidades básicas como alimentos, medicamentos y vivienda.
A esta dramática situación se suma el impacto de la inflación, que sigue superando las expectativas del Gobierno. La suba de precios, especialmente en alimentos y medicamentos, dejó a los jubilados sin los recursos necesarios para mantenerse a flote. La Canasta Básica para Jubilados se encuentra en un valor de $912.500, mientras que la mayoría de los jubilados recibe apenas $265.900, lo que representa menos de un tercio de lo necesario para cubrir las necesidades mínimas.
El informe también señala que, por primera vez en la historia reciente, el gobierno de Milei gastó más en intereses de la deuda externa que en el pago de jubilaciones, lo que pone en evidencia las prioridades del ajuste fiscal. Este recorte, sumado a la caída de la actividad económica, el desempleo y la precarización de los salarios, empobreció aún más a un sector de la población que ya se encuentra en condiciones de vulnerabilidad.
En términos laborales, los trabajadores activos también experimentaron una fuerte pérdida de poder adquisitivo. En los primeros diez meses de la gestión de Milei, el salario promedio cayó drásticamente, con pérdidas cercanas a los 3 millones de pesos en el sector público y 1 millón de pesos en el sector privado. Esta caída salarial provocó una transferencia de ingresos de 26,6 billones de pesos, lo que refuerza aún más la desigualdad económica y la concentración de la riqueza.
El panorama es desolador para los jubilados y trabajadores argentinos, quienes siguen pagando el costo de un ajuste fiscal que no logró frenar la inflación ni mejorar las condiciones económicas del país. La pérdida de poder adquisitivo y el aumento de la pobreza son consecuencias directas de un modelo económico que priorizó la reducción del gasto público y el pago de la deuda externa, mientras deja atrás a quienes más necesitan amparo social.