Literatura.Solución de continuidad y vértigo de la vida urbana. Adelanto de un libro inédito, los cinco primeros poemas de Trincheta encadenan estrofas en modo narrativo; una narración sin relato, donde lo central es el ritmo frenético (pero discontinuo por el estudiado corte de verso) con que se suceden las imágenes. Ideas sí pero en las…
Choco sale a bailar con la remera
de Misfits. Empuja hacia adelante
el carro del conocimiento; invita a bailar
al taxista después de que lo obliguen
a subirse y pagar un taxi.
Choco conspira
con el claustro de inexistentes para dirigir
la orientación del pensamiento que viene.
Que lo hagan pero bien y hagan
lo que está bien. Piensa al revés. La sube
con lo sintético y después se la pega
contra un escalón
al lado de un policía: todo el peso
de las discusiones hundiéndole la nuca, el policía
le propone que mastique hielo.
Se encuentra la cara
pálida de Toto al lado del local
donde los clientes cambian
dólares negros.
El campo escópico de ambos va a ser
una lluvia de luces y personajes
repetidos. Suben
a la casa de Toto a tomar vino y el hall
está plagado de clientes que esperan
chicas trabajadoras.
Esa circulación sucia es la causa
de que el alquiler sea casi
barato. Uno quiso
mear un tacho porque no lo dejaban
entrar hasta que no saliera
el otro.
Los libros en la pared son la plataforma
para la renovación. El plan urgente
necesita una proyección
de abundancia, una prosa
inflacionaria.
Palabras
escalonadas que guíen
acciones inconsistentes. Infinitas
causas para un léxico
planificado.
.
Camina a la fiesta y piensa
en lo crítico: intenta hacer encajar
dentro de las paredes de su
cabeza la idea
de masticar hielo. Esto
es la crítica.
.
La fiesta, en cambio, es un pozo
de cemento gigante, que financia
el Estado; a veinte
metros siguen obsesionados con coser
moldes de sacos con solapa, desatar
y doblar corbatas
meterlas en un cajón para que algunos
cientos hagan
uso privado. Esa fuga
hay que sellarla con material
termocontraíble y un
encendedor alterado.
.
Ch de Chapa habrá determinado en qué
orientación se mueve
la historia para el final de la tarde. El dictamen
va a ser el clavo que una
ambos labios de los que quieran discutir.
Pero ahora Ch está tirada
en el piso, doblándose sobre sí
misma como un alacrán
recién fumigado.
Se apoya sobre las manos con la pera
muy cerca del piso y estira
los dedos para teclear mejor; las yemas
inmunes a la madera astillada.
.
Se representa la calle vacía como
si la ventana cayera sobre ella y hace
cuánto tiempo no marchan o en qué
mes estamos. Ch si supiera
estaría derritiendo manteca
en la sartén para cocinar los ajos
antes de que germinen.
.
Mientras el agua sigue
calentándose en la hornalla después
de haber controlado precios
antes que la luz
vuelva a enchastrar todo
siempre y
cuando tengan a los perros
afuera ladrando
a los vecinos hasta
que no hayan estirado toda
la conversación una
y otro van a contarse los dientes.
Una y otro y otra practican
cómo atornillarse
los ojos girando de una silla
a la mesa y al piso o entendiendo
cuál es la parte del cuarto que les pertenece.
Desde abajo
del cerebro les quema
la llama que imprime estos perros
ya están domesticados.

Juan Rocchi nació en Buenos Aires en 1995. Estudió Filosofía en la UBA, especializándose en política y estética. Escribe poemas y ensayos. También manda el newsletter semanal de literatura y crítica «Más convertidos”. Los poemas publicados pertenecen a Trincheta, su primer libro todavía inédito.


