LITERATURA
Inéditos.
El juego empezaba con silencio
después oscuridad
abrazaba mis rodilla para sentir el perfume
imaginando que eran flores
flores húmedas brotando de mis piernas
pasos de taco bajo, se escuchaban acercarse,
apretaba los ojos más fuerte, hasta ver destellos
la oscuridad se construía sin cimiento en la casa
el juego termina cuando
la luz duele
nos mirábamos y éramos iguales:
él tenía en la boca la sangre de nuestros animales
yo plumas apretadas en las manos
brillaban como escarchas en la puerta de la habitación
los ojos de mamá.
El campo prohibido a la madrugada
de lejos veía el corral
que parecía entreabrirse con el viento
me contaron que las gallinas no sobrevivían
en esa época, las bestias acechaban
solo se veían los ojos entre el pastizal
logré escaparme una noche
y con los ojos entreabiertos me acerqué al corral
la luz de una ruta cercana se refractaba en
las crestas rojas
ya quedaba poco alimento
y en las manos sentí el vacío
del campo.
La agitación del invierno
entrando en los pulmones
jóvenes
la ilusión de encontrar en la oscuridad
un bicho que ilumine, que cuide el camino.
Se despidió desde la ventana nuestro animal
salvaje, ese que se había quedado a vivir de las sobras
que nuestra familia ofrendaba a la tierra.
Tal vez no volveríamos a verlo,
la noche se comía en esos tiempos
los bancos de madera, los utensilios,
una pala y un hueco
el juego de miradas entre
el animal más cansado
y el abuelo, había comenzado.
Antonella I. Vulcano (Hurlingham, 1993). Es profesora de Lengua y Literatura (UNGS) y editora. Publicó fanzines de manera independiente y participó con su poesía en varias revistas literarias. En el año 2020 se publicó su primer poemario Años de casa por la Editorial Santos Locos poesía. Es una de las fundadoras de la revista y editorial Flor de ave.