El asesinato a tiros del fiscal César Suárez, encargado de importantes casos de narcotráfico y del reciente asalto a un canal de televisión en Ecuador, desencadena preocupación por la creciente violencia en el país. Suárez, quien ya manejaba investigaciones emblemáticas, fue atacado en Guayaquil.
Un fiscal del distrito de Guayas, encargado de varias causas relacionadas con el narcotráfico y la investigación del asalto a un canal de televisión la semana pasada en Ecuador, fue asesinado a tiros por individuos desconocidos el miércoles. Este trágico evento reaviva la espiral de violencia que afecta al país, a pesar de un breve período de relativa calma.
César Suárez, quien había manejado casos destacados de narcotráfico, peculado, terrorismo y homicidios a lo largo de su carrera, estaba a cargo de dos investigaciones emblemáticas. La primera se refería a la delincuencia organizada vinculada al narcotráfico, conocida como el “caso Metástasis”, donde uno de los principales acusados, Daniel Salcedo, fue detenido en Panamá. La segunda investigación abordaba la toma del canal público de Guayaquil durante un noticiero la semana pasada.
Según los informes iniciales sobre el asesinato, Suárez se dirigía desde la policía judicial hacia la unidad de justicia del Albán Borja para una audiencia. La imagen de su automóvil blanco, con varios impactos de bala, fue difundida por los medios locales, destacando el incidente ocurrido en la Avenida del Bombero, al norte de Guayaquil, la ciudad más poblada y significativa de Ecuador, que ha sido testigo de rivalidades de bandas de narcotráfico disputando sus calles y el puerto estratégico hacia el Pacífico.
A pesar de la militarización de las principales ciudades ecuatorianas, la violencia persiste. La fiscal general, Diana Salazar, condenó el asesinato de Suárez y afirmó que los grupos de delincuencia organizada, criminales y terroristas no detendrán el compromiso con la sociedad ecuatoriana.
Este trágico suceso se produce en un contexto de crisis de seguridad, marcado por la fuga de líderes criminales como Fabricio Colón Pico y Adolfo Macías, alias Fito, lo que llevó al presidente Daniel Noboa a declarar un estado de excepción en todo el país, con toque de queda nocturno. A pesar de la detención de supuestos “terroristas” y el respaldo internacional, la violencia persiste, y el asesinato de Suárez amenaza con aumentar la inestabilidad en el país.