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CARTAS A JÓVENES POETAS DE GABRIELA BORRELLI AZARA

Reseña
Cartas que plantean un diálogo entre generaciones y comparten lecturas. Gabriela Borrelli Azara relee poesía, teoría y escenas literarias en una serie de ensayos epistolares que lindan con la refundación de las tradiciones heredadas e invitan a la reflexión.
por Rocío Kiryk

Gabriela Borrelli Azara traza un mapa de poetas, textos y espacios de circulación feminista que quiere contraponerse al canon oficial. Cartas a jóvenes poetas es un libro de microensayos compuesto por quince cartas escritas “de mí” para “ustedes”, en las que la ensayista va delimitando su identidad como escritora y la de las hipotéticas destinatarias. Es oportuno en ese esquema preguntarse, ¿es necesario anteponer o delimitar la identidad para escribir? ¿Desde qué posición se les habla a las “jóvenes”? A simple vista es un gesto que podría esperarse de alguien que se ubica al final de un recorrido, para hablarle a la generación que viene. Pero Borrelli no escribe sus cartas ni desde los inicios ni desde la culminación de su carrera; tampoco concibe este diálogo en términos estrictamente etarios. Por eso explicita que cuando habla de “jóvenes” se refiere a un modo de habitar la vida, o la impronta de ver las cosas como por primera vez. Quedaría en estas “lectoras jóvenes” decidir si las lecturas que acerca Borrelli de autoras pertenecientes a generaciones anteriores brindan una suerte de legado o si Cartas a jóvenes poetas logra proveerles un aparato crítico que acompañe su recorrido literario.

El esfuerzo de una programática es el método del feminismo, que no espera el momento de que algo llegue, sino que, como la utopía, va por lo que no está ahí. “Las jóvenes poetas” quizás no existen, son más bien una delimitación que construye Borrelli para confrontar contra un ámbito de “narradores” antes que “poetas”; de “viejos”, antes que “jóvenes”. Para eso opera una serie de inclusiones de la literatura nacional (Diana Bellessi, Irene Gruss, Sylvia Molloy) e internacional (Marguerite Duras, Úrsula Le Guin), entre muchas otras escritoras. Como todo discurso programático, Cartas a jóvenes poetas postula un mito de fundación. Piensa en la contraposición que Le Guin trama entre la bolsa y el cuchillo, entre el relato biográfico y el épico como antecedente literario: uno matriarcal y otro patriarcal.

Pero en este punto se vuelve difícil definir cuál sería esa estética propiamente dicha que se pone en valor. Es cierto que Borrelli plantea el erotismo de Diana Bellessi como superación del objetivismo y el “neobarroso”; pero precisamente ahí se adentra en un terreno pantanoso, cuando afirma que estas tendencias no lo habrían abordado, o que las relaciones “imagen-palabra, texto-pueblo, sexo-cuerpo” que lee en Bellesi están ausentes en otras tradiciones literarias:

El texto
el cuerpo común avanza
y elige
la sutileza de la piedra
para ser
un Pueblo
que cruza la gran distancia
 
Eroica cambia el rumbo de la poesía latinoamericana. Nadie, nadie, ni el impostor menos impostor puede negarlo. Arma la escena feminista y lesbiana en la lectura, rompe el ritmo de la poesía objetivista de los ochenta, saluda de paso al neobarroso y publica un poema perfecto, uno que cambia vidas, que tuerce el rumbo (…)

En la efervescencia de caracterizar la escritura “joven”, Borrelli menciona que el poema es “perfecto”, de la misma forma en que dirá durante el libro que asistir a lecturas la hace sentir “cómoda”, “feliz”, y nombra una y otra vez a la poesía y las poetas como “hermosas”. El valor de la oxigenación que encuentra, de ciertas superaciones y rupturas, parece estar un poco exacerbado por un enamoramiento o fascinación “joven” propia de las primeras experiencias. Según las cartas, Bellesi cambia el rumbo de la poesía latinoamericana y “trama el imaginario épico fuera del patriarcado”, porque asocia el corte de verso objetivista con el cuchillo en una ficción masculina de origen. Sin embargo, no queda claro de qué forma lo hace: ¿Es suficiente argumento la asociación libre entre “cuchillo”/”arma”/”corte de verso”? ¿Qué quiere decir que Bellesi “saluda al neobarroso”? ¿Que es parte de la misma corriente? ¿Que dialoga o que la supera? ¿Cómo una poética tuerce el rumbo siendo al mismo tiempo una continuación? Las afirmaciones “jóvenes” quizás juegan con el ansia de refundación e invitan a las destinatarias, que encontrarán apenas el ícono de una cartografía, a pensar una respuesta y desplegar sus propios análisis.

Puede ser que Cartas a jóvenes poetas trate de transmitir el entusiasmo compartiendo las lecturas que le produjeron esas emociones al descubrirlas, pero nos deja con la expectativa de un estudio que desplace el sentimentalismo de la fascinación y dé lugar a mayor precisión estética. Quizás ese sea un libro para el futuro de la ensayista, cuando abandone la exigencia de la “cultura joven” –que nos obliga a maravillarnos–  y escarbar debajo de las superficies de los espacios de pertenencia.

Cartas a jóvenes poetas

Gabriela Borrelli Azara 

Paidós

2023

197 páginas

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