Entre la alucinación mística y la jerga del fogón costero, los poemas de Martín Fernández (Mar del Plata, 2000) despliegan una poética radicalmente comunitaria que desarma el yo lírico en busca de una voz coral y situada. Entre la cumbia y la reencarnación, un arte descentrado, donde el ego se disuelve como sal en el agua y la poesía ocurre cuando “el mar está jamón”. El surf no es deporte: es mística, es estética, es fuga y trascendencia.
MANIFIESTO SURFISTA
El mar nos reclama.
Solo él nos une.
Estéticamente. Socialmente. Espiritualmente.
Nunca aceptamos tener los pies en la tierra:
El mar alberga sabiduría y hay que ir a buscarla.
Este es el punto neurálgico de nuestra poética:
HAY QUE ECHAR A LA MIERDA AL YO
por qué?
el agua nos une a todes
poesía es cuando el mar está jamón
y entra una derecha re glass
el yo es cosa de cornalos
somos el caldo primigenio
las raíces
lo que hubo antes de que exista el ego
E L S U R F
ESTAMOS UNIDOS
el día que me vaya
fumaré el último cigarro
esperando un 221
que me lleve a otro kalpa
que me lleve bien lejos
yo nunca fui un careta
ni en esta vida ni en otra
porque vaya donde vaya
un poco de nosotres
va a venirse conmigo
el faso se arma y se quema
mirando el ritmo de las olas:
el ritmo humano en la tierra
sigue los pasos de las olas
nos cobijan acantilados
para arriba y también para abajo
a cada une de nosotres
entonces, pa toda mi gente
yo canto este canto
le mando esta cumbia
fumando una tora,
me tomo ese amargo,
entre días y noches de brahma
yo soy el de acá de este barrio
yo eterno entre acantilados
vida tras vida buscando
reencontrarme a los muchachos
de parlante en vereda
de reggaeton del más piola
y los wiros y los teclados
y la danza de la existencia
le piden al vate respuestas
donde las palabras se asustan
donde el eco reverbera
silencio
AVES
cuando
nos acercamos a la playa
nos acercamos a las gaviotas
y todavía no encuentro
la metáfora justa
para describir el canto
de esas aves que juegan
al tejo entre las olas.
AIÓN
hay quien mide el tiempo con relojes
otra cosa
es el invierno que se va y que se sabe de vuelta
es el recorrido de un perro viejo que busca el sol
es la luna, el poniente, la lluvia, el viento,
la brisa, la tierra, la oruga y la mariposa
SERENA
sobre los promontorios
asoman severas sombras
la arena tiene colores
como para hacer dulce
el agua canta eterna
el poema de la bruma
no hay uno más antiguo
ni uno más certero
quien es poeta es muchas cosas
pero no es careta ni cornalo
debe traducir a su lengua
el violento ronquido
Martín Fernández de Azcárate nació en Mar del Plata, bajo el signo de Acuario, en el año 2000. Estos poemas son parte de la Orquestación surfista, en desarrollo hace unos cuantos kalpas.