Tanto la militancia local como dirigentes nacionales y provinciales le reprochan duramente que no cumplió la máxima “el que gana conduce, el que pierde acompaña”. La nunca desmentida carta en apoyo a Delfino fue sólo el clímax de su estrategia de desgaste hacia la candidatura de Selci.
Es un secreto a voces: Zabaleta traicionó al peronismo y acordó con Delfino para que perdiera Selci. No lo consiguió en absoluto, pero la gravedad de su comportamiento no queda disminuida. En las semanas anteriores a las PASO, en el programa de Joaquín Morales Solá, recordó una máxima del peronismo: “El que gana conduce, el que pierde acompaña”. Sin embargo, su accionar lo contradice y eso generó muchísimo malestar en la militancia y en la dirigencia (provincial y nacional). “Lo que hizo no es de peronista. Quiso hacer lo mismo que en Morón: romper todo. No aprendió nada”, recuerdan en el justicialismo local.
Luego del 13 de agosto, una vez perdida la interna ante Selci, Zabaleta tuvo un solo objetivo: que el peronismo perdiera las elecciones en Hurlingham. Si no ganaba él, que perdieran todos. Así, Zabaleta diseñó su estrategia: “soltó” la gestión, ocasionando el enojo de los vecinos por los hechos de inseguridad y la falta de servicios municipales; promocionó el corte de boleta negando su apoyo a Selci; gestualizó su preferencia por el candidato macristas negándose a desmentir la campaña de apoyo que esté lanzó la última semana. Veamos ejemplos de esa estrategia.
Ocupados en organizar la campaña del candidato macrista, desde el gabinete de Zabaleta suspendieron la gestión. Se interrumpieron servicios hospitalarios, se paralizó la obra pública, las tareas de limpieza urbana y hasta el pago del combustible de los patrulleros, lo que derivó en la peor ola de delitos que el distrito sufrió en años. Hasta la campana de la Iglesia Santa Marta se robaron.
Por otro lado, Zabaleta no mencionó nunca a Selci en público, no pidió que se votara por él , no lo llamó, no repartió su boleta. Dio muchas notas en medios y todas parecían diseñadas con un solo objetivo: hacer evidente la omisión de su apoyo a Selci en su mensaje proselitista. Recordemos, además, que cuando Massa visitó Hurlingham Zabaleta decidió ausentarse para que no hubiera foto de unidad con Selci.
En reuniones privadas, dio un paso mas allá: su apoyo al candidato macrista fue explícito. Amenazó empleados municipales con la idea de que Selci los echaría si ganaba; llegó a decirle a titulares de planes sociales que Selci les “cortaría el chorro” en caso de ser elegido intendente. Si bien el equipo del flamante intendente electo no quiso hacer declaraciones al respecto, en Hurlingham todo el mundo lo sabe: Zabaleta jugó mal. Muy mal.
El ex ministro de Desarrollo Social también habilitó a los candidatos de JxC y LLA a que hicieran campaña en edificios municipales, incluyendo visitas a hospitales y jardines de infantes. Delfino fue invitado por el propio secretario de educación municipal, pocos días antes de las elecciones, a una exposición educativa con todas las escuelas del distrito. Del mismo modo, funcionarios de Zabaleta se ocuparon de organizar y participar, sin disimulo, visitas y reuniones del candidato macrista con clubes y centros de jubilados. Y a la inversa, aquellos que se reunían con Selci recibieron del municipio amenazas de interrupción de subsidios, servicios y hasta clausuras.
Pero el climax de esta secuencia ocurrió el último sábado, un día antes de las elecciones, cuando se difundió una carta del intendente Zabaleta en apoyo explícito al candidato macrista Lucas Delfino (mensaje que se repitió en llamados telefónicos y publicidad en redes sociales). Lejos de salir a desmentir inmediatamente la jugada, Zabaleta mantuvo silencio absoluto, legitimando la maniobra del Delfino. Se limitó a subir a las redes sociales la boleta de Massa presidente, sin Selci.
La frutilla del postre apareció el domingo, cuando muchos fiscales de Zabaleta estaban en las escuelas haciendo la misma labor pero ahora… para Delfino.
¿Y cuales fueron los resultados de semejante campaña por parte del intendente contra el candidato peronista? Podría decirse que fue casi imperceptible: menos de 2.000 votos separaron a Selci de Massa. Tal parece ser el volumen del juanchismo duro. Selci ganó por 15 puntos y ahora en el declinante zabaletismo hay inquietud porque ven un futuro totalmente incierto. Zabaleta quemó todos los puentes. Existe una conocida máxima justicialista que dice: para un peronista no hay nada mejor que otro peronista. Para Zabaleta, en estas elecciones, no había nada mejor que Delfino? ¿Cuánto le costará esa traición?