La guerra en Ucrania provocó una pérdida de casi 5.000 millones de dólares en la balanza comercial. Se obtuvieron unos u$s600 millones por la suba de los productos agrícolas, pero en contraposición se debieron afrontar mayores importaciones de combustibles – por más de u$s3.700 millones – y se debieron pagar u$s1.800 millones más por fletes.
La guerra en Ucrania provocó un fuerte aumento en los precios de las materias primas durante el año pasado. La Argentina se vio beneficiada por la suba en las cotizaciones de los productos agropecuarios, pero esta mejora fue más que compensada por los mayores costos que debió asumir el país por las importaciones de distintos rubros como combustibles o el incremento en los valores de los fletes.
Como resultado, el efecto negativo en la balanza comercial asciende a u$s4.940 millones de acuerdo con un estudio del Ministerio de Economía al cual accedió Ámbito. A ello se agrega que los mayores precios de la energía determinaron una suba en los subsidios que otorga el gobierno en esta materia de $587.934 millones.
El gobierno viene reclamando al Fondo Monetario Internacional que contemple las mayores erogaciones que implicó e implica la guerra en Ucrania en las cuentas públicas. Esta demanda también fue planteada al organismo multilateral por otros países.
Sergio Massa, que actualmente se encuentra en la India participando de la reunión del G20, se estima que el sábado mantendrá reuniones tanto con la directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva como con Gita Gopinath, directora general adjunta del FMI, quien en ocasión de la visita de Massa a Washington el año pasado supo participar de las conversaciones técnicas.
Combustibles y Fletes
La mayor pérdida se registra en el rubro combustibles. Antes de la guerra se estimaban importaciones por este concepto por u$s 1.999 millones y se calcula que alcanzaron a u$s 5.756 millones, es decir un gasto extra por u$s 3.757 millones.
El segundo rubro que impactó sobre la balanza comercial fueron los fletes. El proyectado pre guerra ascendía a u$s 3.000 millones, u$s 1.800 millones menos que los u$s 4.800 millones que, según se calcula, se destinaron el año pasado.
Precios agrícolas
Estos efectos negativos fueron contrabalanceados en menor medida por las subas en los precios de las materias primas agrícolas.
Antes del conflicto bélico se esperaba que el complejo agro exportador aportara u$s 30.181 millones que finalmente terminaron resultando ser u$s 30.798 millones, con una ganancia de u$s 617 millones.
Energía
El enfrentamiento armado provocó una alta volatilidad y subas en las cotizaciones energéticas. El precio del petróleo BRENT pasó de 74 dólares por barril en diciembre del 2021 a un pico de 123 dólares en junio de 2022 -un incremento del 66%-.
Peor fue el caso del gas ya que se aprecian incrementos del 233% para el GNL, 114% para el gas proveniente de Bolivia y de los combustibles alternativos importados por CAMMESA para la generación eléctrica, siendo estos de 85% para Gasoil y 63% para Fueloil, midiendo la variación como el cambio entre los promedios anuales.
En cambio, se observa una reducción del 25% promedio anual del precio de la energía eléctrica importada.
Proyecciones
Para cuantificar el impacto de este aumento de precios en la energía, el estudio oficial realiza un ejercicio de simulación del valor de las importaciones durante 2022, si los precios fuesen los mismos que durante el año anterior.
Si los precios se hubieran mantenido en el promedio mensual del año 2021, las importaciones de combustibles alcanzarían los u$s9.033 millones. En cambio, con el aumento de precios correspondiente para el 2022, las proyecciones indican que las importaciones de combustibles alcanzaron los u$s13.279 millones.
“La diferencia de u$s4.246 millones implica un importante efecto negativo sobre la balanza comercial argentina, elevando los requerimientos de dólares para llevar a cabo estas importaciones”.
El informe señala que, dada la rigidez de estas importaciones, el Poder Ejecutivo Nacional empleó una serie de estrategias para paliar las consecuencias del cambio de precios relativos, entre las que se encuentran:
- Aumento de la producción local de gas.
- Renegociación con YPFB del contrato de Gas Natural desde Bolivia.
- Importación de energía eléctrica desde Brasil a precios competitivos con la generación térmica.
- Desplazamiento de las paradas programadas de centrales nucleares.
- Regla de decisión dinámica de alternancia de combustibles para priorizar el más barato ante los picos de requerimientos.
Subsidios
El shock de precios de los combustibles generó un aumento en los subsidios energéticos transferidos por el Estado Nacional durante 2022. Según los cálculos realizados se prevé que las transferencias en concepto de subsidios asciendan para este año a los $1.799.286 millones.
Si se toman los precios de 2021 y la estrategia energética del 2022, es decir, se utilizan las cantidades de cada fuente energética según los precios vigentes durante ese año, los subsidios a la empresa CAMMESA hubieran ascendido a los $898.117 millones. Dentro de los subsidios a CAMMESA el 60% corresponde a la demanda residencial.
En el mercado de gas, los subsidios hubieran ascendido a los $290.425 millones, $135.239 millones para IEASA por la importación de GNL y gas desde Bolivia y $76.978 millones bajo la órbita del Plan Gas.
Tras la suba en los precios, se estima una erogación de $1.270.943 millones en subsidios para el mercado eléctrico durante 2022. Esto supone que la guerra generó un incrementó en las transferencias a CAMMESA de $350.578.
La proyección de subsidios al gas para el 2022 es de $372.65 millones, es decir, un crecimiento de $237.416 millones con respecto al escenario con precios de 2021.
De esta manera, se calcula que el aumento de precios de los commodities debido al conflicto bélico redundará en un crecimiento de los subsidios de $587.934 millones.
Agro y Fertilizantes
Tras el comienzo del conflicto bélico, se produjo un shock general de precios que incrementó los valores de venta de los granos hasta mayo de este año. La soja subió 9,4%, el trigo: 33,7% y el maíz: 17,8%. Sin embargo, en los meses siguientes se produce una reversión en los precios producto de las medidas tomadas por los países para paliar el efecto de la guerra y un nuevo rebote en agosto del 2022.
Además, el sector se vio afectado por la suba en los valores de los insumos. Se estima que la argentina importa un 70% de los fertilizantes que utiliza para su producción agropecuaria. Asumiendo una importación para el año 2022 igual a la realizada para el periodo 2020-2021, y manteniendo los precios vigentes durante el primer semestre del 2022, las importaciones de fertilizantes ascenderían a u$s4400 millones durante todo el 2022. Esta cifra representa un incremento de 93% respecto a las importaciones del 2021, las cuales ascienden a u$s2285 millones (2021 fue año récord en consumo de fertilizantes).
Si se toman en cuenta los primeros 8 meses del año, se evidencia una caída en las importaciones de fertilizantes nitrogenados del 29% (los más utilizados) y una caída del 15% en fertilizantes fosfatados, por lo que la estimación de importaciones para el 2022 podría ser más baja, entre u$s3080 millones y u$s3784 millones de consolidarse dicha tendencia.
Fletes
Producto de la salida de la pandemia y la guerra entre ruso-ucraniana se incrementó el costo de los fletes marítimos durante el periodo 2021-2022. La Bolsa de Comercio de Rosario estima un aumento en los costos para exportar la cosecha cercano al 62% respecto a la campaña 2020-2021, lo que representa un aumento de u$s1800 millones.
FUENTE: Ámbito Financiero.