La iniciativa redactada por la diputada Silvia Lospennato, que tenía por objetivo proscribir a Cristina Kirchner, no logró alcanzar la mayoría absoluta necesaria de 37 votos, obteniendo 36 votos a favor y 35 en contra. Ahora el proyecto no podrá volver a tratarse hasta el 2026.
En una sesión maratónica que superó las seis horas de debate, el Senado de la Nación asestó un golpe inesperado al proyecto de «Ficha Limpia», rechazándolo por un ajustado margen de un voto. La iniciativa, que buscaba impedir la postulación de personas con condenas en segunda instancia por delitos contra la administración pública, no logró alcanzar la mayoría absoluta necesaria de 37 votos, obteniendo 36 votos a favor y 35 en contra.
Este resultado, que sorprendió a propios y extraños, provocó la inmediata pérdida de estado parlamentario del proyecto, que no podrá volver a ser tratado hasta el año próximo.
La clave de la derrota radicó en el voto en contra de dos senadores misioneros, pertenecientes a un bloque propio, y en la ausencia de un legislador de Unión por la Patria (UxP). Este desenlace inesperado frustró las expectativas del PRO, cuya diputada Silvia Lospennato, candidata a legisladora porteña, era la autora del proyecto, y se produjo en un contexto de creciente tensión electoral entre el PRO y La Libertad Avanza en la Ciudad de Buenos Aires.
Inicialmente, se especuló con la posibilidad de que el proyecto fuera modificado en el Senado y devuelto a la Cámara de Diputados, estrategia que habría permitido evitar una victoria política del PRO. Sin embargo, la falta de consenso y la férrea oposición de UxP impidieron incluso alcanzar el número mínimo de votos para la aprobación.
El debate en el recinto estuvo marcado por un clima de alta tensión, con acusaciones cruzadas de corrupción y proscripción. La iniciativa, que apuntaba a delitos como cohecho, enriquecimiento ilícito, tráfico de influencias, malversación de caudales públicos, negociaciones incompatibles y administración fraudulenta, fue defendida por la senadora cordobesista Alejandra Vigo, quien destacó su objetivo de «garantizar que aquellos con una condena confirmada de segunda instancia por delitos relacionados con el manejo fraudulento de fondos públicos no puedan acceder a cargos electivos o de liderazgo dentro de los partidos políticos».
Sin embargo, los senadores de UxP expresaron su rechazo al proyecto, argumentando que apuntaba a «delitos selectivos» y otorgaba un poder excesivo al Poder Judicial. «Esos sectores van a poder seleccionar los candidatos y lamentablemente siempre van en contra del peronismo», afirmó el senador Eduardo «Wado» de Pedro. «Es un proyecto malo, pero lo van a votar por presión mediática. Ficha Limpia es la culminación de un método mafioso de proscripción de dirigentes a partir del manejo de los medios y el copamiento ilegal de sectores del Poder Judicial«, añadió.
La senadora Anabel Fernández Sagasti (UxP) fue aún más contundente en su crítica, afirmando que el proyecto «nos quieren vender o hacer presentar con la cara amable de la transparencia pero que sabemos que en el fondo esconde una vieja y conocida intención que siempre ha caído en las espaldas del peronismo. De Ficha Limpia no tiene nada porque pretende limpiar lo popular. Pone al mismo nivel la limpieza y la proscripción. Es un eslabón más para disciplinar al peronismo sobre todo a Cristina Fernández», sentenció.
En defensa del proyecto, las senadoras radicales Mariana Juri y Carolina Losada argumentaron que «Ficha Limpia es solo una herramienta. No es la solución a todos los problemas de los ciudadanos, pero hoy con este proyecto aportamos algo tan básico como que quienes pretendemos representar a los argentinos no seamos corruptos». Por su parte, el senador Martín Lousteau (UCR Evolución) respaldó la iniciativa como «un paso en la dirección correcta, pero no es para festejar. Con esto no se termina la corrupción. No hay que venderle espejitos de colores a la sociedad».
Finalmente, la derrota del Gobierno Nacional y del proyecto de «Ficha Limpia» en el Senado abre un interrogante sobre el futuro de la política argentina y evidencia las profundas divisiones ideológicas y políticas que persisten en el Congreso.
