El joven reportero gráfico se asomó, junto a enfermeros y sus padres, a un balcón del Hospital Ramos Mejía, donde fue operado por última vez el 16 de abril. “La alegría es total. El agradecimiento es eterno», posteó la cuenta Justicia por Pablo Grillo, mientras avanza la causa contra el efectivo policial que disparó el…
A casi dos meses de aquel lamentable 12 de marzo, cuando un disparo de gas lacrimógeno de la Policía Federal impactó brutalmente en su cabeza durante una cobertura periodística de una protesta de jubilados frente al Congreso, el fotoperiodista Pablo Grillo experimentó un miércoles de profunda emoción y esperanza.
Tras permanecer 55 largos días en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) del Hospital Ramos Mejía, luchando por su vida, Pablo pudo salir a sentir el aire fresco y disfrutar de un breve paseo por los balcones del centro de salud, marcando un nuevo y significativo avance en su ardua recuperación.
La noticia de este pequeño pero trascendental paso fue compartida a través de la cuenta de Instagram «Justicia por Pablo Grillo», espacio que ha mantenido informada a la comunidad sobre la evolución del joven reportero gráfico. Las imágenes difundidas mostraban a Pablo, luciendo un gorro de lana de su club Independiente, rodeado del afecto incondicional de su familia, quienes han permanecido a su lado en este difícil proceso.
«No fue a hacerse ningún estudio ni chequeo, salió a disfrutar un poco de aire fresco y recorrer los balcones del hospital Ramos Mejía. La alegría es total. El agradecimiento es eterno. Vamos Pablo que cada vez falta menos», expresaba el emotivo posteo, que rápidamente se llenó de mensajes de aliento y cariño para Pablo, quien sufrió una grave lesión cerebral a causa del impacto del cartucho de gas lacrimógeno disparado por la Policía Federal.
Este rayo de esperanza en la recuperación de Pablo Grillo coincide con una información crucial en la investigación judicial del caso. En respuesta a un pedido de la jueza federal María Servini, la Gendarmería Nacional admitió formalmente ante la justicia que el tipo de cartucho disparado contra el fotoperiodista tiene el potencial de causar la muerte.
Esta admisión coloca aún más bajo la lupa la actuación del gendarme Héctor Guerrero, quien se encuentra en el centro de la investigación por su accionar durante la manifestación en la que Grillo resultó herido.
El pasado 14 de abril el juzgado que interviene en la causa reiteró su exigencia a la Gendarmería Nacional, dependiente del Ministerio de Seguridad, para que remita en un plazo perentorio de 48 horas la copia completa del legajo del cabo primero Héctor Jesús Guerrero. El oficial fue identificado como el presunto autor del disparo de granada de gas lacrimógeno que impacto en la cabeza de Grillo, provocándole lesiones de gravedad.
En una resolución detallada de seis puntos, la jueza Servini también requirió las actuaciones administrativas que, según declaraciones de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se habrían iniciado contra el cabo Guerrero a instancias de su propio ministerio.
El juzgado también incorporó formalmente al expediente las fotografías tomadas por el fotógrafo Kaloian Santos Cabrera el día de la represión. Estas imágenes resultaron determinantes para la reconstrucción cronológica de los hechos y para la identificación precisa del cabo primero Guerrero como el autor del disparo.
